Aspectos de la personalidad multidimensional... III
Seth
SESIÓN 59O, 9 DE AGOSTO DE I97I 22.O5 LUNES
(La sesión empezó tarde esa noche porque Jane y yo asistimos a una fiesta sorpresa, aniversario de veinticinco años de casados, de uno de los miembros de la clase de percepción extrasensorial. La fiesta fue un gran éxito.) (Esa noche en la mesa, cuando cenábamos, habíamos estado conversando sobre las veces en que Seth nos había hablado de su vida como papa, en la sesión del 15 de mayo de 1971 para la clase de percepción extrasensorial y para la sesión 588, en este capítulo. Cuando me preguntaba si yo estaría en lo cierto al pensar que podría ser que la encarnación papal de Seth hubiese tenido lugar en el siglo iv, Jane dijo que había «conseguido» el año, el 325 d.C. Esto parecía ser una confirmación. Más tarde, para nuestra sorpresa, Seth nos dio más datos relativos a esa vida en esta sesión.) Buenas noches. (-Buenas noches, Seth.) Fue en los años trescientos. (-Gracias.) Os voy a dar algunos datos extra para que estéis contentos. Como sucede a menudo, durante ese tiempo y durante cierto tiempo posterior, los documentos son bastante poco fiables, pues se han adulterado.
A veces se daba el nombre de un hombre para un reinado que cubría un lapso de años, pero tal vez el hombre original había sido asesinado y otro había tomado su lugar, sin que ello llegara a conocimiento del populacho. El método habitual era el uso del veneno, y aquellos que sospechaban la verdad no se atrevían a alzar la voz. Los documentos pueden hablar del pontificado de un papa; pero en realidad podía haber habido uno, dos e incluso tres hombres en esa posición. La clave en esos casos debería buscarse en un cambio en la política. Bien, concedednos un poco de tiempo. (Pausa a las 22.11.) Hubo también algunos que fueron llamados «pequeños papas», hombres de naturaleza ambiciosa y que lograron satisfacerla. Si llegaban a estar seriamente en el candelero, las recompensas para sus seguidores eran enormes. Por cierto que estos hombres no eran peores en sus acciones que el resto del populacho; sencillamente, su posición les permitía más libertad de acción. Los años 325 y 375 acuden a mi mente en conexión con mi propia vida de ese tiempo, pero repito que los nombres y las fechas tienen bastante poco significado para mí ahora. En aquella vida aprendí a comprender la interacción entre el hombre y su ambición, el abismo que existe a veces entre los ideales y la acción práctica. Debéis comprender también que en esa época la política era un brazo legítimo de la Iglesia, y se esperaba que un religioso fuera un excelente político. Parece que durante esa vida pasé cierto tiempo en un lugar que suena como Caprina. (Larga pausa a las 22.20.) Tenía un hermano o un primo que era importante para mí. Terminó teniendo dificultades graves, pues fue sorprendido en algún negocio de contrabando con los españoles. En aquel tiempo había un grupo secreto que se llamaba «Seguidores de la maternidad de Dios». Se los consideraba herejes, y a veces me llegaban peticiones en contra de ellos. Esto tenía que ver con la posición de «la Virgen» dentro del dogma de la Iglesia. Bien, ahora ya hemos acabado con esas notas y podéis tomar un descanso.
(22.25. «Sabía que iba a hacer esto», dijo Jane y luego añadió que ella se había limitado a dejarse llevar. Su ritmo había sido bastante lento, pero se recuperó cuando continuamos a las 22.32.) Bien. Continuamos con el dictado. Vuestro destino no consiste en disolveros en Todo Lo Que Es. Mantendréis los aspectos de vuestra personalidad como los entendéis en la actualidad. Todo Lo Que Es es el creador de la individualidad, no el medio de su destrucción. Mis propias personalidades «anteriores» no están más disueltas en mi interior de lo que lo están vuestras personalidades «pasadas». Todas están vivas y son vitales. Todas siguen su propio camino. Vuestras personalidades «futuras» son tan reales como las pasadas. Después de cierto tiempo esto ya no os preocupará. Una vez fuera de la estructura de la reencarnación, no existe la muerte como la concebís vosotros.
Sin embargo, mi propio marco de referencia no está ya enfocado en mis existencias en las reencarnaciones, pues he vuelto mi atención en otras direcciones. Debido a que todas las vidas son simultáneas y suceden a la vez, cualquier separación es sólo de tipo psicológico. Yo existo como soy, mientras mis vidas en las reencarnaciones -hablando en vuestros términos- siguen existiendo. Pero ahora no me interesan, así que dirijo mi atención hacia otras áreas de la actividad. (22.41.) La personalidad cambia esté o no dentro de un cuerpo, así que vosotros cambiaréis después de la muerte, al igual que cambiáis antes de ella. Así pues, es ridículo insistir en permanecer tal y como estáis ahora después de la muerte. Es similar a un niño que dijera: «Yo voy a crecer, pero nunca voy a cambiar los conceptos que tengo ahora.» Las cualidades multidimensionales de la psique le permiten experimentar un reino infinito de dimensiones. La experiencia en una dimensión de ninguna manera niega la existencia en otra distinta. Habéis estado intentando comprimir el alma dentro de conceptos cerrados sobre la naturaleza de la existencia, obligándola a adaptarse a vuestras limitadas creencias.
La puerta del alma está abierta, y conduce a todas las dimensiones de la experiencia. (22.50.) No obstante, si pensáis que el ser que vosotros conocéis es el fin o la consumación del ser, también creéis que vuestra alma es una entidad limitada, restringida a las aventuras de una sola vida, y que será juzgada después de la muerte por la actuación de unos pocos años. En gran parte, es un concepto muy cómodo, aunque para algunos resulte bastante aterrador por sus connotaciones de la condenación eterna. Sin embargo, es un concepto demasiado esquemático para aludir a la enorme riqueza que hay en el corazón de la divina creatividad. El alma se encuentra dentro y fuera del tejido de la vida física que vosotros conocéis. No estáis separados de los animales y del resto de la existencia "en virtud" de poseer una conciencia interna infinita. Esa misma conciencia está presente dentro de todos los seres vivientes y en todas las forma.
Podéis tomar un descanso.
(22.55. Este resultó ser el final de la sesión.)
SESIÓN 591, II DE AGOSTO DE I97I 2I.O3 MIÉRCOLES
(Esta fue, de nuevo, una sesión corta, Jane y yo nos habíamos acostumbrado a vivir con la producción del libro de Seth, a aguardar con ansias cada nuevo desarrollo. Pero ahora... «Casi no quiero tener la sesión dijo Jane, mientras esperábamos que fueran las 21.00—. Es una sensación verdaderamente curiosa, casi nostálgica. Puedo sentir que Seth va a terminar su libro pronto, probablemente esta noche, y supongo que no quiero que esto suceda.» Ella ya había mencionado sentimientos de este tipo en alguna ocasión anterior, desde que Seth había empezado a trabajar en los dos últimos capítulos.) Buenas noches. (-Buenas noches, Seth.) Bien, continuaremos con el dictado. (Ahora el ritmo de Jane era bastante rápido, y tenía la voz tranquila.) He titulado este capítulo «Un adiós y una introducción». El adiós se refiere a mí, pues estoy terminando este libro. La introducción se refiere a los lectores, ya que espero que ahora sean capaces de encontrarse cara a cara con una nueva comprensión sobre quienes y qué son. Por tanto, me gustaría presentaros a vosotros mismos. No os vais a encontrar a vosotros mismos yendo de maestro en maestro, o de libro en libro. No vais a encontraros a vosotros mismos por medio de ningún método particular especializado de meditación. Sólo mirando tranquilamente el interior del ser que conocéis podréis experimentar vuestra propia realidad, y esas conexiones que existen entre el ser presente o inmediato y la identidad interna que es multidimensional.
Debe haber voluntad, conformidad, deseo. Si no os tomáis tiempo para examinar vuestros propios estados subjetivos, no podéis luego protestar porque muchas de las respuestas parecen eludiros. No podéis arrojar la carga de la prueba sobre los demás, o esperar que un hombre o un maestro os pruebe la validez de vuestra existencia. Este procedimiento os conducirá necesariamente de una trampa subjetiva a otra. Ahora que estáis sentados leyendo este libro, las puertas interiores están abiertas. Sólo tenéis que experimentar el momento que conocéis tan profundamente como sea posible: cómo existe físicamente dentro de la habitación, o fuera en la calle de la ciudad en la que vivís. Imaginaos la experiencia presente como un momento de tiempo que estuviera sobre el globo terrestre; luego intentad apreciar la experiencia subjetiva vuestra que existe en ese momento y que, sin embargo, se escapa de él; y esto multiplicado por cada individuo viviente. Sólo con este ejercicio abriréis vuestra percepción, aumentaréis vuestra conciencia y expandiréis automáticamente la apreciación de vuestra propia naturaleza.
El «tú» que es capaz de una expansión tal debe ser una personalidad mucho más creativa y multidimensional de lo que podíais imaginar con anterioridad. Muchos de los pequeños ejercicios que he dado anteriormente en el libro también os ayudarán a familiarizaros con vuestra propia realidad; os darán una experiencia directa de la naturaleza de vuestra propia alma o entidad, y os pondrán en contacto con esas partes de vuestro ser de, las que brota vuestra vitalidad. Puede que os comuniquéis o no con vuestros yoes de reencarnaciones pasadas o con vuestros yoes probables. Puede que advirtáis o no que estáis cambiando de nivel de conciencia. Sin embargo, es seguro que la mayoría de mis lectores tendrán éxito con alguno de los ejercicios sugeridos. No son difíciles y están dentro de la capacidad de todos. Pero todos deberían sentir de una manera u otra su propia vitalidad de un modo completamente nuevo, y encontrar que se abren en su interior unos caminos de expansión de los que antes eran inconscientes. La misma naturaleza de este libro, el método de su creación y transmisión, debería por sí misma realzar claramente el hecho de que la personalidad humana tiene muchas más capacidades de las que normalmente se le atribuyen. A estas alturas ya deberíais comprender que no todas las personalidades están materializadas físicamente. Al igual que este libro fue concebido y escrito por una personalidad no física, y luego hecho físico, de la misma manera todos vosotros tenéis acceso a mayores capacidades y métodos de comunicación que los que se aceptan normalmente. Espero que este libro mío haya servido de alguna manera para daros a todos una introducción a la identidad interna multidimensional que os es propia. (Más alto:) Y esto, mi querido amigo, es el final del dictado... y del libro. (-Excelente, Seth.) Ahora os podéis tomar un bien merecido descanso. (21.30. Parecía que el final del libro había llegado bruscamente, a pesar de que estábamos preparados para ello. Ya fuera del trance, Jane expresó de nuevo su pena de que el libro de Seth hubiese terminado, aunque para ello habíamos estado trabajando. «¿ Qué va a hacer él ahora? -preguntó-. No puedo creer que realmente haya acabado, ¿sabes?»)
(«Tendremos que esperar y ver qué pasa», le contesté. Hicimos comentarios chistosos sobre lo que podría ocurrir en las próximas sesiones, pero me di cuenta de que Jane no tenía el ánimo festivo. De hecho, el libro de Seth contenía tantas sugerencias para sesiones futuras que nuestro problema iba a ser qué campo exploraríamos primero, y tendríamos la infrecuente posibilidad de llevar a cabo estos estudios a criterio nuestro.) (Finalmente Jane me dijo: «Estoy intentando relajarme.» Tiene algo para ti, creo, sobre los tiempos bíblicos, sobre la crucifixión... La cosa es que sé lo que Seth te va a decir, pero está confuso. No suena correcto.») («Bueno, está bien saber que no te has quedado sin palabras», dije yo. El material que sigue lo hemos incluido porque amplía los datos de Seth del capítulo diez. Después de que Seth empezó ese capítulo, Jane y yo nos interesamos por la historia bíblica, pero habíamos tenido poco tiempo para estudiarla. Continuamos a ritmo más lento a las 21.50.) Bien, esto es en tu honor: Cristo, el Cristo histórico no fue crucificado... Tendrás que concederme un poco de tiempo ahora.
(Pausa.) Él no tenía intención de morir de esa manera; pero otros sentían que, para cumplir las profecías al pie de la letra, la crucifixión era necesaria. Cristo no tomó parte en ella. (Pausa.) Hubo una conspiración en la que Judas tuvo una parte importante, un intento de hacer de Cristo un mártir. Escogieron a un hombre y lo drogaron -de ahí viene la necesidad de ayudarlo a cargar la cruz (véase Lucas 23)- y se le dijo que él era Cristo. Él creyó que lo era. Fue uno de los engañados, pero él mismo creía que él y no el Cristo histórico era quien tenía que cumplir las profecías. María fue porque estaba llena de pena por el hombre que creía ser su hijo. Estuvo presente por compasión. El grupo responsable quería que pareciese que una facción de los judíos había crucificado a Cristo, y nunca pensaron que todo el pueblo judío iba a ser «culpado» por ello. (Pausa a las 22.00.) Esto es muy difícil de explicar, y también para mí el desentrañarlo... El sepulcro estaba vacío porque el mismo grupo se llevó fuera el cuerpo (véase Mateo 28).
(Larga pausa.) Cristo tenía grandes poderes psíquicos. Hizo que las heridas aparecieran sobre su propio cuerpo, y se apareció a sus seguidores no sólo físicamente sino en estado de proyección astral. No obstante, trató de explicarles lo que había pasado, y cuál era su posición, pero los que no estaban en la conspiración no lo podían entender, y malinterpretaron sus declaraciones. Pedro negó tres veces al Señor (Mateo 26), diciendo que él no lo conocía, pues él reconocía que esa persona no era Cristo. La súplica de «Pedro, ¿por qué me has abandonado?» procedía del hombre que creía ser Cristo, el hombre drogado. Judas fue quien señaló a ese hombre. Él conocía la conspiración, y tenía miedo de que el Cristo real fuera capturado. Por tanto, entregó a las autoridades un hombre conocido como el supuesto mesías... para salvar la vida del Cristo histórico, no para destruirlo. (22.05. Ahora el ritmo de Jane se había acelerado considerablemente.) Sin embargo, simbólicamente, el concepto de la crucifixión en sí mismo expresaba profundos dilemas y significados de la psique humana, y por tanto la crucifixión per se se convirtió en una realidad muchísimo mayor que los acontecimientos físicos reales que ocurrieron en su día. Sólo una persona así engañada es capaz de correr este peligro, o de un autosacrificio tal, e incluso de pensar que sea necesario. Sólo aquellos que aún están encadenados a los conceptos de crimen y castigo se sentirían atraídos por un drama religioso semejante y podrían encontrar en él ecos profundos de sus sentimientos subjetivos.
Sin embargo, Cristo "conocía" por clarividencia que estos acontecimientos iban a ocurrir de una manera u otra, y los dramas probables que resultarían de él. El hombre implicado no pudo ser desviado de su decisión subjetiva; se iba a sacrificar para que las antiguas profecías judías se volvieran realidad, y no se le pudo disuadir.
(22.10.) Cuando Cristo dijo en la Ultima Cena «Éste es mi cuerpo, y ésta es mi sangre», quería mostrar que dentro de toda materia hay un espíritu, interconectado y sin embargo aparte; que su propio espíritu era independiente de su cuerpo, y también sugerir a su manera que ya no debía ser identificado con su cuerpo, pues sabía que ese cadáver no sería el suyo propio.
Todo esto se malinterpretó. Luego Cristo cambió su comportamiento y se apareció a sus seguidores con bastante frecuencia en estado de viaje astral. (Véanse Juan 20 y 21; Mateo 28, y Lucas 24.) Antes no había hecho esto hasta ese punto. Intentó decirles que no estaba muerto, y ellos decidieron interpretarlo simbólicamente. (Pausa de un minuto.)
Su presencia física ya no era necesaria, y resultaba incluso embarazosa, teniendo en cuenta las circunstancias. Él se limitó a apartarse. Ahora podéis tomaros un descanso. (—Gracias. Es muy interesante.) (22.17. «¡Vaya! -dijo Jane cuando salió del trance-. A nadie le va a gustar esto. Pero yo intenté relajarme y dejarlo salir, porque yo misma tenía muchas preguntas sobre esos tiempos.») (Le pregunté a Jane si había retenido alguna imagen, pero no tenía nada para añadir al material recién transmitido. La corta entrega que sigue contesta a algunos de los puntos que discutimos durante el descanso. Continuamos a las 22.28.) Bien. Él sabía que sin las heridas no iban a creer que él era quien era, porque estaban absolutamente seguros de que él había muerto por esas heridas. (Véase Juan 20.) Tenían que servir como método de identificación, del cual prescindiría cuando explicara las verdaderas circunstancias de lo ocurrido. Por ejemplo, comió para probar que seguía vivo (Juan 21, Lucas 24, etc.), pero ellos pensaron que esto quería decir que el espíritu podía compartir la comida. Ellos querían creer que él había sido crucificado y había resucitado.
Bien, terminaré la sesión por esta noche. Os deseo que paséis buena noche. (-Muy bien. Gracias.) Dile a Ruburt que va a haber más libros. Te agradezco mucho tu ayuda, tu cooperación y tu paciencia. (—He estado encantado de hacerlo.) El próximo día será una sesión privada. (—De acuerdo. Buenas noches y gracias. —Terminamos a las 22.30.) (En los dos últimos capítulos Seth nos contestó casi todas las preguntas que quedaban de la lista que habíamos preparado en principio para el capítulo nueve.) (Nota: más allá de las coincidencias aparentes, existen muchas diferencias en los detalles de los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Por ejemplo, en Juan 19 se dice que Cristo cargó con su propia cruz; en Lucas 23, se nombra a Simón de Cire-nea como el que cargó la cruz de Cristo. Se ha discutido mucho sobre los distintos aspectos de los evangelios: si se basaron en la tradición oral y la antigua literatura vulgar o en fuentes documentales; si alguno de ellos incorpora un testimonio ocular de la vida de Cristo [se ha dicho recientemente que el evangelio de Marcos fue escrito sólo algunos años después de su muerte, por ejemplo]; si habría que considerar a los evangelios como fruto de una sola tradición que expresa el hecho y el ambiente de Cristo, sin tener en cuenta ninguna otra cosa, etc.) (Con mucha expectación y bastante nerviosismo, Jane ha comenzado a leer el libro de Seth desde el principio. Está muy sorprendida.)
Extracto de Habla Seth II
La eterna validez del alma a través de Jane Roberts
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