El Proceso de Transmutación de la Substancia. IV

V.B. Anglada


Interlocutor.— ¿Es el átomo el Verbo?

Vicente.— ¿El átomo? Bueno, yo diría que el átomo... hay muchos átomos, hay el átomo ultérrimo, hay el átomo en cada plano, hay la célula, hay el vínculo del éter de relación y hay la palabra, pero la palabra es la voluntad de Dios manifestándose en el éter. Ahora bien, cuando la Voz, el Verbo de Dios, se transmite por el éter, está creando un reguero de fuego, y entonces está creando los átomos, es decir, que todo átomo no es ni más ni menos que un resultado de la palabra de Dios descendido a varios niveles; es decir, que cuando el OM sagrado, cuando el Verbo de Dios llega a lo más bajo, se crea el mundo mineral con todos los átomos, siendo el más fuerte el plutonio. Un átomo de plutonio es el más fuerte que hay, el más pesado, y al propio tiempo el de más carga radioactiva, de ahí que cuando en el proceso de rotura del átomo se libera la energía, se está enseñando al hombre la técnica de la transmutación y de la liberación, pero el átomo, y todo cuanto nos envuelve, es átomo. Es prana en acción.

Desde el átomo físico ultérrimo, el último que llega a la actividad por la actividad del Tercer Logos o el Espíritu Santo, se transmite hacia arriba a través del Hijo hasta llegar al Padre, está siguiendo un reguero de fuego, desde el fuego de Kundalini, que es el átomo radioactivo de la materia, pasando por el fuego Solar del corazón del hombre redimido, hasta llegar al fuego de Fohat del espíritu ha seguido un proceso, y todos son átomos. Pero la vitalidad de un átomo eléctrico, digamos así, de un electrón o de un protón perteneciente a la actividad del 5º subplano de la naturaleza o la mente cósmica, no somos capaces ni la ciencia, ni nadie, de poder descubrirlo por su increíble sutilidad y por su tremenda fuerza radioactiva, de ahí que cuidado los que practican el yoga, pues si no pueden controlar la fuerza de la materia que es Kundalini ¿cómo van a monopolizar la fuerza de Fohat, la fuerza del Espíritu, este fuego eléctrico que lleva precisamente la iluminación, la perfección, la liberación de todas las cosas?

Así que, resumiendo, la palabra a través del éter pone incandescente el éter y crea los átomos, y crea los niveles de actividad y crea los ángeles y los hombres y crea la naturaleza entera, y místicamente dice al hombre: ”Tú debes realizar la gran proeza de redimir toda la substancia que esta aquí y devolvérmela a mí pura y redimida, tal como salió de mí”, de ahí que en el hombre está el proceso del principio y el fin de todas las cosas, y que realmente en este incesante fluctuar de un lado hacia otro, buscando constantemente el ideal —como decía la señora—, estamos realmente buscando a Dios constantemente, y al buscarle estamos redimiendo cada vez más porciones de nuestro cuerpo, de nuestro cuerpo emocional o de la mente, para llegar todo esto hacia arriba, al Yo, y de decir: “He ahí, he redimido todo esto, éste es mi trabajo, éste es mi karma, dadme mi destino”, y entonces viene la Palabra de Dios y dice: “Éste es mi Hijo muy amado en quien tengo puestas todas mis complacencias”, y desciende místicamente la paloma, que es el Cristo en ti esperanza de gloria, y se convierte el hombre en una entidad celeste, en una entidad divina.

Interlocutor.— Podría aclarar, cuando una persona piensa, por ejemplo, en un Maestro que no conoce, en el momento que piensa se plasma una imagen, ¿es esa imagen que viene a la mente de uno o es tu mente que va a ésta imagen?

Vicente.— Bueno, la imagen del Maestro no podemos determinarla. Vamos a ver, la mente del hombre por su propia creación es capaz de crear una imagen, y todo el mundo crea imágenes, ya sea del Maestro si tiene aspiración hacia el Maestro o porque ha visto alguna fotografía del Maestro, y situarlo como una ofrenda más al plano mental. Pero como hay muchas personas que piensan en el Maestro, vamos a poner al Maestro Jesús, por ejemplo, que es el más conocido en Occidente, una idea o una imagen del Maestro Jesús de una persona, automáticamente toma cuerpo en el plano mental, por la acción de los devas, ya estamos aquí; otra persona está creando asimismo una imagen del Maestro Jesús y también queda situada en el plano donde está situada la otra imagen porque está más o menos dentro de un plano de devoción. Cuando hay millones de personas que están pensando en una idea definida, aunque distinta del Maestro Jesús, tendremos en el plano mental una imagen del Maestro Jesús que no será el Maestro Jesús, que será una idea que tiene la humanidad del Maestro Jesús, entonces, una persona que tenga una cierta predisposición a ir al plano de la mente puede captar una idea o un significado o una imagen propio de esta forma que ha creado la humanidad del Maestro Jesús y cae en la tentación de decir: “He establecido contacto con el Maestro Jesús”, cuando lo que realmente ha hecho es ponerse en contacto con una forma de pensamiento del Maestro Jesús creada por la humanidad.

Por lo tanto, lo que hay que hacer es buscar al Maestro Jesús en el corazón, y no pensar en arriba y abajo, porque cuando estamos reproduciendo la imagen del Maestro es que estamos alejados del Maestro, cuando el Maestro establece contacto con un discípulo es porque el discípulo lo tiene ya en el corazón, no como imagen sino como realidad. ¿Pueden establecer ustedes la diferencia que existe entre un contacto mental con la figura de un Maestro hasta sentir al Maestro dentro del corazón? Otro desafío para nuestra actividad de observadores, de cronometradores de la ciencia divina. Así que, lo mismo que ocurre con el Maestro Jesús puede pasar conmigo, porque cada uno de ustedes tiene una idea de mí que no será igual. Pues bien, ustedes tendrán una idea del Sr. Beltrán o de cualquiera de ustedes en el plano mental; los que están aquí esta noche pensarán algo de mí cuando recuerden la experiencia de contacto, pero ninguno tendrá la misma característica debido a los matices del entendimiento, al colorido, a la intensidad con que han sabido seguir la conversación, y si sueñan al Sr. Beltrán dirán: “El Sr. Beltrán me ha dicho esto, he estado con el Sr. Beltrán”, y han estado con la forma mental del Sr. Beltrán que han creado ustedes. Entonces, fíjense si es difícil encontrar la verdad dentro del mundo de la ilusión, teniendo en cuenta que el pensamiento humano es creador por algo, porque al pensar creamos un campo magnético, que este campo magnético según su grado de densidad está atrayendo la actividad o bien de los devas o de los asuras, o bien de los ángeles o los demonios, tal como los conocemos más. Y, naturalmente, si una persona piensa mal del Sr. Beltrán y otra piensa en bien, estarán luchando en el plano mental dos ideas superpuestas. Ahora bien, cuando en un país o en otro país, están pensando las gentes así de los gobiernos, o pensando cómo haríamos esto o cómo haríamos nosotros si estuviéramos en el poder, realmente están creando imágenes de los hombres de estado que no son reales y, ¡cuantos de nosotros no hemos soñado a Franco algunas veces! Y qué buen hombre, no sabemos que estamos con una forma de pensamiento creado por la nación, y que esta imagen y que lo que entraña para nosotros es solamente que tenemos un gran poder de proyección. Vamos a hacer una experiencia en conjunto un día u otro de pensar en un mundo real para todos, en un mundo donde no existan penas ni conflictos, ni odios ni dificultades, y vamos a plasmarlo en el plano mental, porque por ley de afinidad, por esta ley del bumerán que se lanza y vuelve a ti, llevando a ti lo bueno y lo malo que has sembrado, entonces podemos formar un mundo mejor, pero, esotéricamente, y aconsejo mucho esto, no pensemos nunca hasta que estemos seguros dentro del corazón que hemos establecido contacto con un Maestro, es decir, con un habitante del 5º Reino de la Naturaleza.

Interlocutor.— Entonces no podemos ir en contacto de ningún Maestro, ¿pueden llegar a algunas personas por alguna gran meditación en contacto con los planos superiores espirituales dentro de ellos mismos?

Vicente.— Naturalmente. Es que no hay que buscar el Maestro para encontrarnos a nosotros mismos, porque el gran principio espiritual es que tú eres tu único Maestro, ya se nos dice, “estas hecho a imagen y semejanza del Creador”, y el Creador está por encima de todos los Maestros. Por lo tanto, no se trata de un compromiso con el Maestro, el Maestro existe como una realidad inmanente y trascendente, y está en nosotros en forma inmanente porque todavía no lo hemos realizado, y está trascendente en cuanto nosotros tenemos la posibilidad de actuar algún día en los niveles donde actúa el Maestro, pero la escuela máxima del yoga es la que dice bástate a ti mismo, no busques el apoyo de nadie en tu búsqueda de Dios, porque tú eres tu único Maestro. Por lo tanto, cuando decimos conócete a ti mismo, estamos tratando de llegar a unas alturas del yoga donde todavía prácticamente no se ha llegado, que es la síntesis, buscar el Maestro interno, o Cristo en ti esperanza de gloria. No se trata de un Cristo histórico, tal como acostumbramos a creer, se trata del Dios Universal que bajo la forma de Cristo o el nombre de Cristo, está en nosotros. Por lo tanto, cuando nos referimos al Maestro, es referirnos a aquellas posibilidades que tenemos nosotros de poder conquistar la altura de un Maestro. Que el Maestro tenga contacto social con nosotros es lo más lógico, porque la ciencia de la vinculación, del cual el éter es el agente, indica que los soles, los planetas, los satélites y las galaxias están unidos formando una familia, y que existen visitas periódicas de elementos celestes de unos y otros planetas, y que todo planeta tiene vida diga lo que diga la ciencia, porque la ciencia está operando con medios mecánicos y el espíritu de Dios esta más allá de esas cosas.

Por lo tanto, la búsqueda del Maestro debe ser el objetivo del yoga, el Maestro Interno, y cuando realicemos el Maestro Interno veremos lo que pasa. Pero antes vamos a buscar el Maestro interior, teniendo en cuenta una cosa fundamental, y esto lo recuerda mucho Krishnamurti, que si estamos pendientes de la ayuda del Maestro perderemos la facultad, la capacidad de trabajar por nosotros mismos, de ser creadores, y entonces al perder la creación caeremos bajo el yugo de la tradición o de la teología, o bien del dogma. El yoga es la escuela del espíritu para llevar el hombre de la oscuridad a la luz, de lo irreal a lo real y de la muerte a la inmortalidad.

Interlocutor.— Tenemos o vivimos un poco bajo la influencia de los asuras y de los devas, según está el mundo parece que hay más cantidad de gente mala, con las guerras y todo, ¿es que los asuras tienen más fuerza que los devas sobre la mente humana?

Vicente.— Bueno, es que no se trata de que los asuras o los demonios tengan más influencia que los ángeles o los devas, sino que el hombre virtualmente por su poder invocativo, según su estado de evolución y según los humores del ánimo, atraerá, o bien asuras o devas; (es real) que existe por ejemplo una atracción de asuras en cantidad considerable, asuras es el nombre de estas fuerzas de la naturaleza que desconocemos pero que constituyen una de las vidas de algunos de los elementos de la naturaleza. Es decir, que cuando hablamos del ángel y del demonio dentro del hombre, estamos hablando de que existen realmente fuerzas en el éter, y que nosotros podemos monopolizarlas, y que no existe ninguna forma de pensamiento que no esté habitada por un deva o por un asura, siendo los asuras un aspecto inferior de los devas, una jerarquía de devas.

Sra.— Lo que nosotros consideramos como el bien y el mal.

Vicente.— Exacto. Es decir, que vamos bajando de gradación y encontramos los elementales de la naturaleza, ¿o es que creen ustedes que las piedras o las plantas y el agua se construyen por si solas? Son esos elementos que crean el agua, son ellos los que vitalizan la atmósfera, los que dan vitalidad al fuego, y naturalmente, la persona que es capaz de integrarse a sí misma, integra a sí y en sí a los cuatro elementos de la naturaleza, y tiene poder sobre la tierra, sobre el agua, sobre el aire y sobre el fuego. Un mago —un mago blanco y un mago negro también con poderes—, puede encender y apagar la luz a voluntad, puede andar por encima de las aguas, puede romper algo a distancia por el poder de la mente, que no es más que crear un campo magnético de asuras, que trabajan con las fuerzas elementales de la naturaleza, o puede crear el misticismo de la levitación, o puede crear también el contacto angélico en los altos niveles del sistema solar. Somos creadores siempre, pero distingamos constantemente que dentro de nosotros y en el fondo del corazón hay la posibilidad del bien y del mal, y que si vamos avanzando en el camino del bien atraeremos a nosotros los devas, los ángeles del Señor, los elementos benéficos de la naturaleza, y que si trabajamos en el aspecto negativo con los malos pensamientos, emociones indeseables y errónea conducta, estaremos repletos, rebosantes, en nuestra aura de asuras o de demonios.

Pero no tengan miedo a la palabra, porque es científicamente —vamos a analizarlo en un sentido puramente científico y no desde el ángulo de la tradición—, y fíjense bien, que todas las iglesias del mundo, y no hay ceremonia alguna ritualística ya sea de la masonería o de cualquier aspecto de síntesis, que no esté trabajando con estos elementos y que no utilice el incienso, o el sándalo o las campanas, ¿por qué? Porque el ruido, el aroma, atraen, se han preguntado alguna vez por qué existe el incienso en las iglesias, o en los ritos religiosos, o en los ritos mágicos, y la espada, la cruz y la campana son símbolos mágicos para atraer estas fuerzas de la naturaleza. ¿Por qué perdura una religión a pesar de que su actuación a veces sea incorrecta?, por la fuerza del ritual, y el ritual al atraer ángeles en cada momento del ritual o de la ceremonia, está creando un campo magnético que ayuda a la totalidad de aquella creencia religiosa o iglesia. Por lo tanto, estamos llevando las cosas a un punto en que no vamos a participar en ningún acto social y humano que no contemos de antemano con la fuerza de la naturaleza, con esta fuerza que se agita en los éteres y de los cuales somos responsables, porque muchas veces son fuerzas ciegas y pueden cegarnos.
Sra.— Entonces, ¿es la persona por su propia voluntad, por su propio corazón, quien tiene que ayudar a que los devas echen a los asuras?

Vicente.— Exacto, es la única realidad existente. Supongo que estarán ustedes ya cansados (se comenta que no en el ambiente), de todas maneras son muy indulgentes, pero yo creo que podríamos centrar ya la atención para preparar la meditación. Entonces, ya casi creo que podemos finalizar, pero para centralizar el pensamiento una vez más sobre todo cuanto decíamos, y me recordaba muy bien el amigo Rodríguez, que cada persona debe aceptar de lo que aquí se diga aquello que sea capaz de interpretar inteligentemente, porque se pueden decir muchas cosas, y además asegurarlas por ser consubstancial con la propia experiencia, y no obstante convertirse en algo que ofrezca un vacío enorme según el criterio de cada uno de ustedes. En todo caso, yo siempre digo que cuando exista una duda entre la verdad o lo falso de cualquier información hay que dirigir la vista siempre al corazón, no a la mente, porque la mente está ofuscada por el principio del atavismo y del crecimiento consciente de las memorias acumuladas en el tiempo, de ahí que si cada cual cree aquello que pertenece a su libre y exclusivo criterio, que es capaz de dar un valor, por ejemplo, de realidad a una palabra aunque sea la primera vez que la oiga, o establecer contacto mental con un principio que ignoraba y que en aquel momento ha visto una luz y su corazón dictamine que es verdad, aquello puede ser aceptado como verdad, y en esto existe nuevamente este fenómeno de intercesión dévica que se va convirtiendo y se convertirá cada vez más en el futuro en un elemento social con el cual se deberá contar para constituir, formar y desarrollar la nueva sociedad del futuro, en la cual los hombres de buena fe y buena voluntad, y estas fuerzas inteligentes de la naturaleza que tratan de inspirarnos y de establecer contacto, se constituya (como) un andamiaje de relación que permita constituir dentro de la humanidad un punto de confluencia, de tendencias y principios, que pertenecen a aquella gloriosa potestad que nosotros denominamos Dios, o el Creador del Universo. Y que cada cual sepa interpretar el misterio que se agita en cada uno y en cada aspecto de la naturaleza y en las acciones del prójimo, para llegar a la conclusión que fraternidad es un término más amplio y dilatado del que hasta aquí ha tenido vigencia, y que la fraternidad no incluye solamente el hemisferio terrestre en donde se agita la raza de los hombres sino que hay que contar con todo el complejo atómico que constituye cada uno de nuestros cuerpos, y de los cuales somos responsables.

Hay que contar también con la vinculación de los astros del sistema solar dentro del cual estamos inmersos y que agranda todavía más el campo de la fraternidad, y extender también la fraternidad a este campo inmenso, invisible, que no podemos palpar ni medir con manos, ni señalar con el lápiz, que es el mundo de los ángeles, que es el mundo de los elementales, para llegar a la conclusión de que si realmente podemos comprender y asimilar esta idea, y no aceptar la autoridad de la palabra de una persona con la que se tiene confianza, o en la que se confía, puede ser el punto de partida para establecer contacto con estos seres, que desde tiempos inmemoriales han establecido contacto con los hombres, con aquellos hombres que iluminados en parte por el fuego de la divinidad, o sea, por su propia evolución, o porque tienen características de sensibilidad distintas a los demás, han podido transmitirles ciertas verdades. Verdades que deben ser guardadas como un tesoro, pero no dentro del corazón para que se pudran allí como muchos secretos se pierden, sino como una ofrenda a los demás, para que los demás gocen del mensaje, y también reconocer la responsabilidad que tenemos con este punto social donde estamos inmersos, que es la vida de la sociedad en un momento dado, con la civilización que esto comporta y el tipo de creación que precisa el momento dado. Se nos dice, se nos asegura, y según el calculo astrológico es cierto, que estamos entrando ya en la zona de luz de la gran Constelación de Acuario, esta franja de los cielos que el planeta Tierra recorrerá durante 2500 años, se dice que lleva una fuerza extraordinaria, una oportunidad magnífica para los seres humanos.

Si esto es verdad y nuestra mente y nuestro corazón lo aceptan así, tenemos en nuestras manos por primera vez en la historia de la humanidad una de las grandes conquistas que debe llevarnos a la relación y vinculación con los mundos ocultos, no de una manera esporádica sino concretamente, objetivamente y conscientemente, para llegar a la conclusión, de que a partir de ahí todo fenómeno en la naturaleza se va a reconocer como una intervención divina en los negocios humanos, y de esta manera ir creciendo en conciencia y en integridad, hasta llegar a un punto en que podamos abrazarnos a los ángeles, de participar de su vida y hacer que los ángeles participen de la nuestra, tal como ocurre con el fenómeno de la música o con el fenómeno de la poesía, del arte creador, en que los ángeles están introduciéndose vía corazón dentro de los seres humanos...


Conferencia de Vicente Beltrán Anglada
En Barcelona, 12 de Abril de 1975
Digitalizada por el Grupo de Transcripción de Conferencias (G.T.C.) 14 de Diciembre de 2007
http://www.sabiduriarcana.org/

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