Los hombres del espíritu aspiran a llegar a la meta.
Varios/Otros
Todo lo que hacen, lo cumplen con armonía.
Los hombres del espíritu no son perezosos ni aburridos, sino que son activos, porque Dios es naturaleza dinámica. Por tanto, son hombres dinámicos, activos, que viven, piensan y trabajan conscientemente desde la armonía.
Los pensamientos del hombre impregnan también su cuerpo. En su forma de pensar y hablar, también en cómo y de qué se alimenta, se viste, o amuebla su casa, se refleja el grado de pureza de su alma.
Los hombres del espíritu son, como ya se ha manifestado, hombres con atributos divinos, dinámicos, alegres, que no dependen de las opiniones, deseos y hábitos de vida de su prójimo.
Los hombres que anhelan llegar a la perfección viven desde dentro. Sus sensaciones y pensamientos corresponden a sus palabras, y viceversa.
Cada hombre, tanto el que piensa positivamente, como el que piensa de forma negativa, demuestra en su exterior quién es. Su comportamiento forma y crea su vestido terrenal, el cuerpo.
Los hombres del espíritu, cuyos pensamientos y palabras son nobles, viven como parte de la Creación. Se sienten uno con la naturaleza porque reconocen en todas las formas de vida al Creador de todo ser, y le dan su amor al amar desinteresadamente todo lo que vive: animales, plantas y piedras. Todo lo vivo también es su vida. Por ello han llegado conscientemente a ser pensamiento creador, ya que sus pensamientos y sentidos están unidos con la armonía universal.
De esta manera, la creación vive conscientemente a través de ellos, y ellos son uno con todas las cosas y seres.
Todo el Universo es la Ley, es Dios.
Extracto de: Lo que piensas y hablas, tu forma de comer y lo que comes, muestra quién eres.
La palabra de Dios para nosotros manifestada por el Querubín de la Sabiduría divina, el hermano Emanuel.
Dada a través de la profetisa del Señor, Gabriele de Würzburg
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