La relación de pareja para los nuevos tiempos.
Varios/Otros
Querido hermano y hermana en la luz,
Desde la fuente de mi ser te saludo respetuosa y amorosamente.
Cuando una amiga muy especial, me dice que percibe que tengo mucho que decir, me puse a reflexionar al respecto y me preguntaba qué es lo que quiero deciros, lo que brotó de mi corazón en ese momento fue deciros que vosotros son amor, que se lo dejen sentir, que confíen en ese amor que ya son, que se atrevan a amar y que permitan que se amplíe esta sublime energía dentro de sus corazones. Cuando ponemos atención en nuestro corazón realmente sentimos esa fuente inagotable de amor que reside dentro de cada uno de nosotros, claro que muchas veces está cubierto con energías de miedo y resentimiento pero aún si no percibes ese gran amor que está en tu corazón, estate seguro que allí está.
No escribí este artículo entonces, extrañamente dejé pasar varios días, me imagino que esperaba el tiempo propicio y me doy cuenta que en lugar de sentirme culpable o molesta porque no lo hice antes, veo que me siento tranquila, contenta y principalmente confiada en que hoy es el momento. Te comparto esto con el fin de señalar que está en nuestras manos la posibilidad de sentirnos diferentes ante una misma situación e incluso he visto que las situaciones se transforman juntas con nosotros, como en mí caso que he ido logrando mucha mayor confianza en mí, en los otros y en la Vida.
La confianza es ahora un sentimiento y una actitud que ha influido mucho en el logro de mi vida actual.
No quiero continuar lo que considero un tema muy importante para la evolución, sin agradecer a Dios y a las Fuerzas Superiores que las cosas y situaciones sean exactamente como son y como han sido en mi vida, porque incluso cuando he vivido sensaciones desagradables estas me ha ayudado a conocerme más, liberarme y a aprender a vivir cada vez más feliz, en paz y agradecida.
En los últimos años, me he percatado que lo que más preocupa a la mayoría de las personas son los temas relacionados con el amor, el dinero, la salud o la espiritualidad. Hoy hablaré un poco de una investigación que realicé hace años durante mis estudios de maestría en relación al amor en la pareja. Lo considero un tema de gran valor porque del amor entre una pareja muchas veces surge un hijo, y los hijos constituyen el futuro de una sociedad, de un país, de la humanidad, así, mucho del futuro está en nuestras propias manos transcurriendo en el eterno ahora en el que nuestro amor y nuestras acciones los influyen, los marcan, los liberan o los detienen, y constituyen parte de nuestra felicidad o de nuestra desdicha. Claro que todo hijo, es decir, todo ser humano es responsable de su vida y de su destino pero esto no quita la responsabilidad que como padres tenemos.
Entrando en el tema del amor en la relación de pareja, les comparto algunos resultados de la investigación en las que se observó que cuando vivimos una relación de pareja insatisfactoria, muchas veces estamos expresando un amor muy condicional o egoísta en el cual estamos muy enfocados en lo que no nos dan sin considerar lo que nosotros damos o sin tomar en cuenta el equilibrio entre dar y recibir. Las sensaciones más comunes en esta situación son de lejanía, de desigualdad, de control, y sentimientos de miedo, resentimiento, frustración ó tristeza en relación a nuestra pareja. Y lo primero que pensamos o que queremos hacer es separarnos más y alejarnos de quien creemos que nos provoca este malestar sin detenernos en comprender que mucho de este desazón es por imágenes de viejas heridas, distorsiones o cargas ancestrales que residen en nuestro corazón y en nuestra mente y que son la raíz de ideas equivocadas, miedos, resentimientos o creencias limitantes que nos separan interna y externamente. A veces es muy sencillo ver sólo una parte de toda la situación y mucho más fácil es engañarnos creyendo que el problema es por lo que nuestra pareja hace o deja de hacer, es decir, cuando todavía somos muy jóvenes en el crecimiento emocional y espiritual le echamos la culpa y nos convencemos que el otro está equivocado y que está fallando.
Muchos olvidan que el planeta tierra donde vivimos es una escuela de aprendizaje, sí, así es, por eso cada vez más personas comprenden y afirman que venimos a crecer, a evolucionar, y lo hacemos gracias a las experiencias que vivimos en el día a día. Cada momento, cada experiencia es una oportunidad para volvernos más conscientes y libres y por ende, una puerta hacia un tiempo para vivir más felices, amorosos, agradecidos con la Vida y en paz.
En este camino de evolución en el que nos encontramos, todos somos invitados a abrir nuestro corazón, aprender a amar y empezar a manifestar un amor más maduro o equilibrado, y para lograrlo es importante asomarnos a nuestro interior a ver ese viejo miedo, resentimiento o idea que nos ciega y que nos hace actuar de manera intransigente ante la individualidad de nuestra pareja, ante su destino y ante su propio proceso de crecimiento.
La gran mayoría de las parejas que hemos vivido dificultades es por el hecho de juzgar y rechazar necesidades, gustos y formas de actuar de la pareja que son diferentes a las propias, aunque digamos que no, queremos que nuestra pareja cambie, deseamos que sea diferente, y no solo eso, deseamos que sea como nosotros. ¿Y qué se encuentra detrás de este desear que sea como yo? Si quiero que sea diferente, que sea como yo es porque ¡pienso que yo soy mejor! Imagínate desde ¿dónde y cómo nos estamos relacionado? ¿Qué amor maduro y equilibrado puede existir en una pareja dónde uno o los dos se sienten mejores que el otro? No hay manera de lograr una relación de pareja amorosa y satisfactoria si juzgamos o rechazamos al otro porque nosotros nos sentimos mejor y si no existe un equilibrio entre ambos.
Por otro lado, también es necesario ser honestos y querer ver el problema, para poderlo resolver y salir enriquecidos. Hace unos días comenté en facebook: nada en el universo existe por casualidad. Todo lo que sucede, sucede porque tiene una función que cumplir. Al ser humano le corresponde comprender que las vivencias que está experimentando y los eventos que le bloquean están para que pueda enfrentarlos y superarlos. El resultado se llama evolución-, así que si evadimos o negamos una situación importante nos detenemos e impedimos el aprendizaje. Hay parejas que consciente o inconscientemente evitan reconocer y enfrentar la situación problemática lo que les permitiría poderla mover y acomodar, muchos por miedo y baja autoestima, otros por ignorancia, lo evaden o lo niegan, esto impide que se dé un cambio en la manera de relacionarse y frena el proceso de desarrollo que venimos a vivenciar. Es necesario y es nuestra responsabilidad tanto enfrentar el problema como superarlo para aprender alguna lección y fortalecernos a sabiendas de que las crisis traen riesgo y oportunidad. Riesgo por la inseguridad que provoca tanto por enfrentar el conflicto como por el compromiso que se requiere, y oportunidad por la ocasión de reestructurar la vida de manera más madura para disfrutar más auténticamente la relación. El solo acto de enfrentar el problema nos fortalece y capacita para tomar la vida y el amor, es cuestión de atreverse y abrirse a amar y a ser feliz sabiendo que el amor y la vida conllevan incertidumbre y riesgo por lo que no podemos controlar ni a la vida ni a la pareja. Se sabe que a más necesidad de controlar, más inseguridad por lo que es imprescindible fortalecerse emocional, mental y espiritualmente.
Muchos se exigen, se engañan o se manipulan para seguir juntos pasándola y otros muy enojados por lo que le están haciendo a su pareja se separan sin aprender de la experiencia y sin poder aprovechar esta valiosa oportunidad para avanzar en su proceso evolutivo. Claro que, lo que llamamos errores no existen en realidad, ya que todas las experiencias son oportunidades de aprendizaje. Si no lo aprendes ahora quizás será después, en su momento, es decir, en tu momento si tienes tiempo de volver a confabular con el universo y te das una nueva oportunidad para transformarte, crecer y crear nuevas experiencias.
Construimos nuestro mundo de acuerdo a nuestras imágenes interiores aunque no nos demos cuenta, luego nuestras imágenes se convierten en convicciones y opiniones a las que ¡les damos validez para el resto de nuestra Vida! siendo que ¡la mayoría de nuestras convicciones son falsas! Y aun así estamos convencidos que son válidas y juzgamos a los demás de equivocados si ellos piensan diferente, y mucho más a nuestra pareja que muchas veces es la más cercana. La juzgamos y la rechazamos y al hacerlo perdemos una gran oportunidad, porque la persona que puede ayudarte es esa a la que rechazas: tú pareja. Él ó ella pueden ser de gran ayuda en tu camino de crecimiento, recuerda que no hay nada en la Vida que esté sólo por estar, todo está relacionado con todo y tiene una razón de ser. Tenemos la idea de que podemos excluir algo, borrar algo ó cambiar al otro pero eso no puede funcionar. Todo lo que es permanece, el enjuiciamiento empobrece y creamos conflicto porque tenemos una imagen de cómo debería ser el otro, además porque olvidamos lo lindo que se había dado.
Por otro lado, como seres humanos nos encontramos limitados para controlar todas las circunstancias por lo que es de gran utilidad vivir nuestro proceso de crecimiento y nuestra problemática con un sentido de profunda rendición a la verdadera solución, ¿cómo? soltando el control al dejar de querer controlar a la pareja y al pretender que se dé la solución que suponemos es la correcta para que de verdad aparezca la verdadera solución, esperando que de alguna manera se revele. Es decir, por un lado nos responsabilizamos de nuestro proceso de desarrollo reconociendo nuestro problema actual y nuestras diferencias y por otro lado confiamos en las situaciones como se nos presentan y las vemos sin desear tener algo diferente a lo que es para poder desatorarnos y poder fluir.
Al responsabilizarnos en nuestro proceso de transformación o de crecimiento podremos trascender nuestras heridas y cambiar pensamientos, actitudes, formas de expresar, aprendemos a pedir perdón por el daño que hemos hecho, damos las gracias por lo bueno, amamos y disfrutamos más nuestra vida y nuestra relación y por otro lado también confiamos y reconocemos con claridad la situación como es sin juicios de bueno ó malo o me gusta o no me gusta y afirmamos así es aunque duela, estas decisiones nos llevan a tomar las actitudes necesarias para lograr el amor pleno.
Para liberar lo que nos duele ayuda mucho ver qué nos lastima y dirigirnos a la pareja de manera asertiva y respetuosa y visualizarla para decirle me duele, lo siento, en ese momento sintonizamos con una fuerza interior humana y misericordiosa que nos libera de la carga por lo que muchas veces inconscientemente hacemos a nuestra pareja incluyendo esperar más de ella.
Soltando y soltándonos, evitando juzgar a la pareja y atravesando el dolor de lo que no aceptamos permite respetar la diferencia, enriquecerse con ella, que el amor se expanda y que crezcamos como personas y como pareja.
Es una decisión que necesitas tomar, concluye si quieres continuar o empezar una nueva relación o lo dejas en paz. Sí, en paz, seguro encontrará a alguien que si quiera tomar a la pareja como es.
Antes de dar por terminada la antigua relación, ya sea para separarse o empezar de nuevo es necesario encontrarse uno al otro con los ojos del alma abiertos para mirarse profundamente sin juicios ni imágenes, solo mirarse, reconocerse y al sentir dolor pedir perdón por lo que le hicimos, reconocer el amor, finalmente agradecer y abrirse a la incertidumbre de la vida porque nunca sabemos con precisión qué va a pasar después.
Empezar de nuevo se vive como una renovación, con el establecimiento de cambios notorios surgidos del verdadero ser de los miembros de la relación, cambios que también están vivos y por tanto en movimiento, listos para ser creativamente ajustados a las nuevas necesidades y gustos una y otra vez.
La actitud de no juzgar a la pareja ni a las situaciones nos sacan de la dualidad. La dualidad de la tercera dimensión en la que vivimos nuestra realidad cotidiana está caracterizada por el rechazo y la aceptación. Cuando optamos por el camino del corazón, que es el camino del amor nos elevamos a la energía del cuarto chacra que es una energía neutral, por eso reconocemos sólo lo que es, sin evaluarlo de bueno o malo, ni nos cuestionamos si nos gusta o no nos gusta, sólo reconocemos cómo es, y cuando hacemos eso, entramos en otra dimensión, en la dimensión del verdadero amor. En esta dimensión la decisión más importante para conseguir el establecimiento de una relación de pareja amorosa y satisfactoria, es tomar al otro como tu pareja así como es. Sí, así como es. Conscientemente renuncias a esperar que sea diferente o que sea como tú, ahora decides compartir tu vida un tiempo más con alguien a quien le vas a permitir que viva como elija y que sea cómo es. Por supuesto que dejas claro lo que tú quieres y necesitas en la relación y sabes lo que el otro puede darte y lo que no y por el otro lado, te quedas tranquilo y de acuerdo sabiendo también lo que el otro necesita de ti y sabe lo que le puedes dar y lo que no.
Y para que lo negativo no tenga oportunidad anota lo que te atrajo de tu pareja y lo que antes era suficiente, mira que eso está ahí todavía, sólo que ahora tus expectativas son diferentes, a veces exigimos más que antes y nosotros seguimos dando lo mismo ó menos, ó damos mucho esperando que el otro nos dé generando así desequilibrio y conflicto.
Después de reconocer lo que es puedes hacer un ejercicio en dónde te imaginas mirando hacia lo lejos, hacia el horizonte, muy lejos, a algo infinito sin expectativas, sin reclamos, ni juicios, ni compasión y tampoco emociones, sólo conectándote profundamente con esa Fuerza, sólo entregado a ella mirando hacia el origen de las cosas donde todo está bien, mirando a un poder que todo lo mueve porque cuando miramos hacia nuestro origen, hacia nuestra raíces más lejanas podemos unirnos y entregarnos a ella para dejarnos mover por esa Fuerza que también reside en lo profundo de nosotros donde reina nuestra sabiduría interior, nuestro espíritu que todo lo sabe y que nos muestra el siguiente paso.
Fortalécete emocional y espiritualmente a ti mismo para que no necesites tanto de tu pareja. Necesitarla no es amarla. Para ayudar a expandir el amor entre ustedes hay que renunciar a la imagen que tienes de ella y reconoce cómo es en realidad. Al percatarte que es diferente a esa imagen que te habías hecho, permítete ingresar a algo nuevo, a algo diferente y más real con lo que si podrás relacionarte, amar y disfrutar. Hazte feliz y haz todo lo posible para disfrutar tu vida, esto te capacita para poder compartirte. Si puedes recogerte en ti mismo y sonreírle a tu pareja para ampliar tu corazón, entonces el otro tiene permiso para ser como es y ya no te causará conflicto. Aprendamos a andar por este nuevo camino cien por ciento a favor de la Vida dispuestos a abrir el corazón y expandir el amor para abarcar y disfrutar algo totalmente nuevo.
Como conclusión, para lograr un amor más maduro y pleno hay que soltarse al problema para encontrarse con la luz para tener más claridad, dar el siguiente paso y definir si tomas a tu pareja o no, con la confianza para comunicarse sin defenderse, reclamar ni juzgar; con la fuerza para comprometerse consigo mismos, con la pareja y para decidir amar con el riesgo e incertidumbre que conlleva y con la apertura y guía para co-construir su relación sin seguir estructuras sociales y principalmente moviéndose desde el corazón, es decir, desde la neutralidad, desde el no juicio y cuando entremos en la dualidad, regresar al corazón, al no juicio, a la decisión entre dejo a mi pareja en paz o la tomo y disfruto mi capacidad de amar expandida y en movimiento hacia el más.
Me despido. Estoy a tu servicio.
Eres un ser maravilloso.
Eres amor y eres infinitamente amado.
Sony Gonzàlez
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