De Lucifer y la oscuridad. III

Varios/Otros


¿No son los mismos Anunnaki y su descendencia la representación del diablo?

No hemos escatimado avisos y advertencias en cuanto a su intención. Por definición, ellos también entran en la totalidad del Todo-lo-que-es, y su existencia misma os demuestra nuevamente que vosotros sois el «primer motor» de vuestra propia realidad. Podéis elegir.

Ese polo de la oscuridad existe para que dispongáis de esta elección y para ofreceros los retos de la existencia como Dioses por derecho propio antes de que regreséis a la Unidad absoluta.

Habéis elegido obedecer durante incontables milenios de su control, por más que os hayan forzado y manipulado para ello. En este momento, a la luz de esta gran transformación, contáis con más libertad que nunca para elegir no hacerlo, pero sigue siendo una decisión que, como seres conscientes, tenéis que tomar. Muchos prefieren la oscuridad, contentos de permanecer prisioneros en su ignorancia, su miedo y su cólera. Otros eligen la luz, sabiendo que el conocimiento y el amor rompen las cadenas.

La libertad de elegir entre el bien y el mal es lo que le da sentido a la experiencia, pues si la polaridad no existiese en absoluto, ¿podría haber libre albedrío? Si lo único que conocierais fuese la luz, ¿qué propósito tendría la vida? ¿Dónde encontraríais vuestra motivación? En verdad, si no hubiera batallas que librar, ninguna dificultad que superar, ninguna decisión que tomar, ¿habría alguna razón de existir, de separarse del Yo divino? Vosotros, como chispas de la luz divina, os separáis de la esencia divina para desarrollaros como entidades individuales; para conocer vuestra propia divinidad; para existir.

Y luego, una vez que habéis enfrentado los retos de esa voluntad, regresáis a la totalidad: el resplandor.

En la polaridad de vuestra existencia, estáis aprendiendo que los extremos del espectro son simplemente aspectos complementarios de la totalidad: el amor y el odio, lo caliente y lo frío, lo bueno y lo malo. Éstas son expresiones dinámicas del Uno y, aunque creéis que podéis experimentar un extremo del polo sin el otro, ése es un concepto erróneo.

Los polos os ofrecen la exaltación de sus reflejos. Es decir, cuando experimentáis el sufrimiento, entonces entendéis la alegría; cuando os habéis ahogado en lágrimas, entonces conocéis la absolución de la risa. El dolor es al placer lo que el error es al acierto, lo que no es a sí, cada aspecto depende del otro para su identidad.

Vuestra experiencia humana es vivir estos complementos polares de vuestras emociones, y eso, en cierto modo, despierta nuestra envidia, pues nosotros no experimentamos el cuerpo emocional como lo hacéis vosotros.

No captamos la intensidad de vuestros sentimientos. Aun en vuestro dolor, gozáis experimentando la emotividad del sufrimiento, pues es la intensidad de la emoción humana lo que os impulsa a mover montañas y a ir eternamente más allá de vuestras limitaciones. Lamentablemente, en el cuerpo emocional de la humanidad predomina la carga de las vibraciones más bajas, en estos momentos en que el planeta está dominado por tanto dolor y sufrimiento. Sin embargo, no tiene por qué ser así, como lo habéis averiguado vosotros, quienes estáis despertando.

Estáis cambiando la música y muchos están empezando a oírla por primera vez.

Y ahora, dado que os pedimos que exploréis la polaridad Dios-diablo (la dualidad bien-mal), no podemos hacer menos que dirigir vuestra atención al hecho de que, a medida que entráis en la conciencia acuariana, estáis presenciando extremos de luz y oscuridad en lo que denomináis el movimiento de la «Nueva Era». Os lo hemos dicho: hay quienes han elegido el lado oscuro, pues se trata de aquellos cuya identidad del ego no ha sido liberada, y por ello no entienden que no están separados de vosotros. Las acciones de los guerreros oscuros finalmente los vuelven en contra de sí mismos.

Entretanto, ellos, en verdad, os son útiles, pues os proporcionan la polaridad que da lugar a la elección.

Vosotros, quienes estáis despertando, seréis llamados para prestar asistencia a estos seres, pues todos deben ir hacia arriba. A la larga, todos os iluminaréis; éste es, sencillamente, el camino del Espíritu. Aunque son muchos los que han elegido revolcarse en la negrura, debéis recordar siempre que todo ser es un reflejo de la luz de Dios.

Por más tenue que sea, está allí, pues cada uno lleva la chispa de la creación. Todos los seres tienen el espectro del arco iris en su interior (el sistema de chakras), no importa lo apagado y sin lustre que sea su reflejo.

Se puede llegar a ellos.

Si os resulta doloroso imaginar una misión semejante, donde podríais ser convocados a hacer brillar la luz de vuestro amor y compasión en esas oscurísimas sombras, recordad que también vosotros, en algún momento de vuestra larga travesía, habéis bebido el vino de la oscuridad.




Extracto del libro: "El Cosmos de Alma".
Un despertar para la humanidad.
Capítulo XII - De Lucifer y la oscuridad
Patricia Cori.

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