Las fuerzas sutiles.

Varios/Otros


En el espectro de nuestro Intimo, existen varios colores, no percibidos, cuyo grado de vibración está mucho más allá de nuestro alcance de receptibilidad. Asimismo, hay una escala de vibraciones que no recibimos de nuestro Atomo Nous. Cuando recibimos estas vibraciones, a través de los espacios que separan un átomo de otro, empieza nuestro desenvolvimiento realmente superior. Esta energía, llamada fuerza solar, es nuestro verdadero material de construcción, con el cual los átomos inferiores se niegan a trabajar.

Este material ha de ser la “Piedra Angular”; cuando así es, llegamos a nuestro verdadero período constructivo, porque se ha puesto en manos del Masón el verdadero material, y él tiene que labrar su propia piedra. Esta fuerza puede destruir toda oposición al plan del arquitecto y, cuando está dirigida, forma y desarrolla nuestras fuentes latentes de inspiración, a tono con su actividad. Esta inteligencia es un instructor secreto que nos proporciona su material constructivo.

Conserva su energía en la substancia más sutil del sistema nervioso central, y libera, en esta substancia, la gran energía que ha traído al nacimiento a los Salvadores del Mundo.

Cuando esta energía durmiente despierta, es similar a partículas de éter, cargadas con una intensa vibración, la cual hace que nuestros cuerpos respondan a ella.

Cuando esta energía asciende por el sistema nervioso central, y sintoniza los muchos centros con su propia nota, sale por la parte superior de la cabeza, conocida como la “Puerta de Jesús, de Buddha o de Brahma”, de acuerdo con los Misterios Menores de estas religiones.

Pero, tal “Puerta”, no es una abertura de la misma clase que el niño tiene en el cráneo al nacer.

Es uno de los puntos más sensibles del cuerpo del adepto, y se sabe que, a veces, tarda dos años y medio en abrirse. Cuando esto ocurre el Intimo ya no está aprisionado en el cuerpo.

Desde entonces el estudiante tiene períodos de intenso bienestar y de relación con su Intimo.

Sin embargo, esto no es la Realidad; quien alcanza la Realidad, entra en unión con Dios.

Después de unirse a su Intimo, el estudiante tiene dos caminos para elegir; uno es volver al mundo y convertirse en instrumento de éste; el otro es, llegar a ser uno con la Realidad. Usualmente, el estudiante busca tal unión, que es la consecución más grande que el hombre puede alcanzar; pero otros prefieren el otro camino. Estos recuerdan que, han encarnado con el decidido plan de permanecer atrás, hasta que el último miembro de su Orden haya ganado la libertad de no encarnar.

Ser práctico es sinónimo de ser concienzudo en todo trabajo que deseamos realizar, y el estudiante empezará desde ahora a recobrar algunas de sus posesiones perdidas. En este Yoga, hemos de volver, una y otra vez, a las experiencias de nuestro remoto pasado; de cuando éramos animales y, más tarde, hombres de naturaleza animal; hasta llegar a las épocas que guardan los registros perdidos de nuestro pasado. Con frecuencia hacemos esto durante el sueño, aunque poco recordamos al despertar. Podemos retroceder a la mañana de nuestra creación, y marchar adelante, hasta ver a los Grandes Iniciados que, en sus cuerpos actuales, dirigen al mundo.

El estudiante penetra ahora en una nueva atmósfera, en la cual le enseñan los llamados Atomos de Transformación. Antes de esto, ha trabajado guiado por el átomo Nous, pero ahora estos nuevos átomos lo introducen en sus escuelas de sabiduría, donde se le instruye, y donde se recapitula cada experiencia para la cual encarnó.

Hasta entonces, el estudiante no ha tenido guía interna para su bienestar material, aunque puede haber tenido comunicaciones con inteligencias desencarnadas, pero ahora empezará a sentir ese bienestar. Ya no dependerá de su dominio personal sobre las condiciones, sino de grupos de átomos Aspirantes enviados a su aura; porque ahora se ha puesto en sus manos la paleta del albañil; y puede trabajar constructivamente y prosperar.

Los átomos Aspirantes, que han completado con éxito su aprendizaje bajo el átomo Nous, quedan ahora a cargo de los átomos de Transformación, los cuales los envían al interior, a lo que ellos han estado buscando; y allí, por un tiempo, descansan de sus labores. Más tarde trabajarán a las órdenes del Arquitecto.

La iluminación de los átomos de Transformación es como luz que penetra en la atmósfera del átomo Nous; todo parece estar envuelto en un vapor de luz amarilla, ligeramente matizado de verde. Uno presiente la conciencia de una inteligencia superior; como si algún gran Señor de Mercurio lo hubiera tocado con su varita. Este poder nos puede poner en contacto con otros planetas de este sistema solar.

Tal poder, al cual los adeptos llaman el Rayo de Justicia, nos lleva más al fondo de los estratos inferiores de nuestra naturaleza, cuyas vibraciones no hemos registrado hasta entonces, lo mismo que a los mundos internos.

Desde éstos somos instruídos acerca de la mente humana, de su anatomía y actividad.

Esta es la enseñanza de las Escuelas de Sabiduría. Así como en el plano físico hay templos, también los hay en el plano mental, y de éstos recibimos atributos mentales y conocimiento.

Existen también hospitales, donde son tratadas las mentes enfermas; así como muchos libros escritos por Iniciados, que contienen la sabiduría de este plano.

Aquí, el estudiante aprende lo referente a la gran inteligencia (el Creador Maestro del mundo mental), la cual coloca dentro de su universo un átomo de sabiduría, que le revela el conjunto de sus pasadas experiencias mentales. Porque nosotros, con frecuencia, reencarnamos tres o cuatro veces para alcanzar una cierta clase de experiencia y los átomos de Transformación y el átomo Maestro nos proporcionan la sabiduría que han obtenido.

La evolución en los planos inferiores es más lenta que en los planos internos y, cuando miramos atrás desde éstos, podemos ver que hemos evolucionado más allá del presente, a lo que el hombre normal llamaría el futuro.

Una vez hayamos desarrollado nuestros poderes internos y podamos observar las cosas de los mundos internos, seremos capaces de vivir de manera de absorber alimento, sin atender a los deseos del cuerpo material; porque tales deseos no se sienten en el mundo interno. Pero, como hemos desarrollado nuestros cuerpos para responder a los anhelos de nuestro medio ambiente, hemos venido a ser parte de un mundo de ilusión, que no existe en nuestro verdadero ser.

De la misma manera que han venido a la tierra grandes Iniciados para individualizar a los miembros de un alma-grupo, así también han visitado el mundo mental para individualizar a la mente. En el Testamento del Saber leemos:

“Antes de que el hombre fuera, un ángel dijo: “Este mundo ha fenecido y otro nacerá en memoria del signo del Tres Veces Nacido Hermes, el Mensajero de la Luz, y el elegido del mundo mental”.

“Este signo será conocido por todos los hombres, para que el báculo de rectitud, del “Tres Veces Nacido Hermes” sea dado a quienes esperan su advenimiento.

Los átomos de Transformación se regocijaron, y dijeron:

“Esperamos su advenimiento. Este Tres Veces Nacido Mercurio, la mente del Manantial, que es glorioso en sí mismo.

”Luego los que siguieron después, (los átomos del Eenemigo Secreto) vinieron a este planeta y lo envolvieron en sus nubes de obscuridad.

”Estos enterraron a Hermes, el Tres Veces Nacido, y dijeron:

“El no es el mensajero enviado por nosotros, sino un Maestro, que llevó su luz a otro mundo y no a éste”. Ellos enterraron a este profeta; pero más tarde, encontraron en el lugar que lo enterraron, un báculo con estas palabras inscriptas: La mente ha avanzado hasta la morada del alma; tomad este báculo y seguidme a mi mundo. Y las mentes de quienes así lo hicieron fueron llevadas instantáneamente a su presencia’’.

Lo que antecede es sólo una débil traducción de una obra arcaica.

Hace dos mil años, vino otro gran Iniciado a reavivar las mortecinas brasas en el corazón; de la misma manera que el Tres Veces Nacido Hermes había venido a los antiguos atlantes para traer el átomo Maestro a la mente.

La verdadera fuente de la expresión individual, viene de la luminaria central de la mente; ésta es la inteligencia soberana que mueve y dirige, dentro de su órbita, a todos los cuerpos mentales.

A fin de atraer estos átomos de Transformación, debemos practicar una nueva clase de respiración; en los planos internos se la llama respiración natural. Esta forma de respiración se la puede observar al nacer el niño, pero antes de que la atmósfera objetiva empiece a dominarlo.

Ahora nosotros respiramos en armonía con la respiración rítmica del Universo, a la cual responde el Intimo; pues, ahora, Este toma a su cargo nuestra respiración normal y la regula; sin embargo, esto sólo puede ocurrir cuando el estudiante ha penetrado en su propio universo central.

A medida que abservamos con el aliento estos átomos de Transformación, ellos construyen, sobre el revestimiento sedoso del cuerpo mental, un escudo que registra pensamientos de nuestras propias esferas internas, que nos instruyen. Los átomos de este escudo están guiados por el átomo Maestro. También recibimos allí nuestro conocimiento oculto y encontramos a los Señores de la Mente, que nos informan y se esfuerzan por llevarnos más cerca de nuestro Intimo. Aquí el Dios Hermes está radiante y sereno; el mensajero de esas esferas, en las paredes de cuyo templo están reproducidos sus atributos y obras; desde aquí podemos también descender a las regiones inferiores de inteligencia, lo mismo que ascender a las superiores.

Además de la construcción de este Escudo de Transformación o de Plata, absorberemos también con el aliento, átomos que no registran el pensamiento objetivo de tipo inferior. Esto detiene cualquier filtración de nuestras esferas mentales y ayuda a aumentar nuestra reserva de energía mental. Esta es una de las grandes cualidades del yogui; porque puede cerrar las puertas de acceso a su mente, contra la invasión extraña y cerrar los cinco sentidos. De esta manera, puede recibir dirección de sus mundos internos, sin interferencia. De la misma manera que ha formado su energía física, así también forma su energía mental.

Los grandes registros cerrados del universo se abrirán cuando penetremos en los planos internos, y allí leeremos sobre las posesiones que la humanidad ha acumulado. Los planos internos revelarán, también, las causas naturales de las cosas, y nos pondrán en contacto con esos seres invisibles que azotan a este mundo, a fin de traer a su atmósfera Seres de su propia casta, a los cuales llamamos profetas, y a nosotros paz y tranquilidad. Estos Seres perdonan, también, a quienes han sido destructores, y les dan una cierta substancia atómica que les ayudará a aspirar.

El azote se nos ha de aplicar hasta que renunciemos a nuestros hábitos guerreros y busquemos a nuestro Intimo. Nuestros átomos animales han de recibir ayuda e instrucción, para que no sean arrojados de la atmósfera de este mundo, cuando éste experimente terremotos y plagas. Las naciones que poseen tales tendencias animales, más pronto o más tarde, serán destruídas, como lo fueron las naciones antiguas que saquearon a otras, y el Enemigo Secreto las esclavizará, nuevamente, por medio de sus dictaduras y de su casta militar. La dirección de las masas por un solo individuo, tarde o temprano, será abolida.

Una mirada retrospectiva a la historia, confirma esto y, en los planos internos, podemos leer los registros de tan despóticas mentes. En los registros del Templo de la Esfinge, podemos ver por qué se les permitió destruir lo que habían creado. Al recorrer estos registros, no tamos que, en sus primeros tiempos, tales déspotas gobernaron bajo la guía de Seres celestiales; pero, más tarde, fueron dirigidos por sus propias personalidades y, de esta manera, perdieron la dirección del átomo Maestro del cuerpo mental. Podemos, también, leer allí sobre los déspotas no nacidos, que han de venir y, a medida que penetremos en un período mucho más lejano del presente, veremos a estos grandes soldados reunidos en una masa de substancia atómica, encarnando lentamente; pues, en los planos internos, las almas no aparecen en su forma humana.

Los grandes Iniciados tienen que preparar el terreno para quienes han de gobernar sabiamente y construir la utilidad y prosperidad de una nación. Los déspotas siguen, con frecuencia, a estos dirigentes Iniciados, a fin de poder conversar con ellos en sus momentos de depresión; pues en tal caso el Enemigo Secreto tiene poder para arrastrarlos hacia abajo.

Los hombres que realmente dignifican a un país están siempre protegidos por lo que los Iniciados llaman la Gran Corona Iluminada de la Victoria.

Durante el período de transformación, el estudiante encontrará mucho que le interesará en quienes, como él, han alcanzado esta conciencia. Y cuando observe, desde los planos internos, verá la obra creadora de los déspotas, que más tarde se hará destructiva. Temblamos cuando contemplamos los campos del pasado de los iniciados del Enemigo Secreto, porque vemos allí los genios malignos que fomentan la destrucción y crean la guerra. Sin embargo, éstos son los instrumentos, por medio de los cuales los grandes Iniciados castigan al mundo.

En este período, el Daimón del estudiante empezará a enseñarle lo referente a su progreso futuro, y lo sintonizará con su vibración y con el átomo Maestro en su Escudo de Plata. Esto producirá gozo al estudiante, porque conocerá, entonces, sus propios poderes. Esto viene repentinamente, y se lo conoce como Iluminación de la Mente, porque estamos en comunicación directa con el gran Iniciado, que guía los destinos de la sección Occidental del mundo.

Nuestros átomos no están dirigidos por la energía de los Iniciados, sino por la energía solar en nosotros; éste vibra en armonía con la conciencia de ciertos Iniciados, que ponen en ella determinados poderes, que nos protegen contra fuerzas externas destructivas; porque los estudiantes, que pueden avanzar hasta este estado, poseen tesoros para aquellos que siguen sus pasos. La Gran Corona Iluminada de la Victoria es la conciencia que tenemos que alcanzar, una vez hayamos evolucionado más allá de la instrucción del Átomo Maestro. Es una fuerza directriz de la mente, acerca de la cual sabemos muy poco; pues está más allá de nuestra comprensión. No obstante, sabemos que guía y gobierna a nuestro Intimo; que es un cuerpo universal de substancia y que los grandes Iniciados son de su naturaleza, los cuales, aunque rara vez se dan a conocer, pueden aparecer repentinamente en cuerpo material, si es necesario; pues pueden revestirse cuando así lo desean. En caso de necesidad, hablan al estudiante a través del Escudo de Plata del mismo.

El Intercesor tiene también su lugar en este Escudo, y su gran obra es libertar de su prisión a la propia inteligencia atómica. Al ocurrir esto, se desintegra, porque ya no se lo necesita más; por cuanto nos ha puesto en contacto con nuestro Íntimo. Esto es un proceso similar al retorno del Intimo a su Realidad o Nirvana, después de haber completado su obra.

A medida que aumentamos nuestra sensibilidad y desarrollamos nuestro Escudo de Plata, recibimos instrucción dentro de nuestra conciencia normal; este proceso de escuchar o realizar cosas no se ha de confundir con la clariaudiencia, que es un proceso de escuchar las voces de espíritus desencarnados.

La relación física con nuestro sistema secundario con el cual nos conectamos, se establece mediante aspiración positiva. Cuanto más positivos somos, más claramente oímos lo que, momentáneamente, no oye el oído humano. Este es un proceso de oír nuestras escuelas internas, sin tener que internarnos, como cuando pasábamos revista a nuestras pasadas experiencias, con la ayuda de nuestros átomos Aspirantes, o utilizando cualquiera de nuestras percepciones de los sentidos.

Durante este proceso, tenemos una fuerte impresión del poder dominante del Intimo; es similar a una super-alma dirigiendo las cosas, y cuanto más profundizamos más fuerte se hace Su impresión.

Aquí hablaremos sobre la positividad, que se necesita para alcanzar receptibilidad clara de los estados internos.

Un cuerpo positivo es un cuerpo sano, y refleja una mentalidad también sana. Esto no significa egotismo, ni personas que tratan de impresionar a otras con su personalidad; porque los grandes hombres, que hemos tenido el privilegio de encontrar y asociarnos, han sido, invariablemente, sensitivos, tímidos y sencillos, y no ponen de manifiesto sus maravillosos poderes o realizaciones, salvo que sea necesario hacerlo. Esta positividad es la energía determinativa real en nosotros, que nos permite ponernos en contacto con nuestro sistema secundario.

Un cuerpo positivo irradia átomos de salud; un cuerpo negativo atrae átomos del Enemigo Secreto.

Si somos positivos, nuestro sistema secundario nos instruirá y aplicará su fuerza con energía positiva, que desintegrará los átomos de clase destructiva y anulará sus poderes. Estos átomos destructivos sólo pueden ejercer presión en nosotros, cuando toman la forma de catapultas que presionan sobre las membranas sensitivas de nuestros cuerpos mental y causal.

Las personas negativas rara vez prestan gran servicio a sus semejantes; hablan mucho, y la charla insulsa es responsable, en gran parte, de la preocupación y ansiedad en este mundo; porque deforma la imaginación. La conversación constante, con frecuencia, entorpece las corrientes que afluyen a nuestro sistema, y esto demora nuestro desenvolvimiento. De ahí que el estudiante no debiera entretenerse demasiado en conversaciones triviales. Al hablar, debiera procurar ennoblecer las ideas de otros. Algunos instructores imponen a sus pupilos el voto del silencio, porque hablando poco se protegen contra los asaltos a sus envolturas atmosféricas.

El átomo Nous y sus átomos constructores hacen posible, también, este contacto interno, y somos inspirados de una manera difícil de expresar en palabras; porque establecen puentes entre los centros de nuestro sistema secundario y este mundo objetivo. Esta aspiración por las inteligencias superiores nos conecta, finalmente, con nuestro sistema central.

Estas longitudes de onda defieren en diversas personas, y el tipo de inteligencia que poseemos, internamente, determina la naturaleza y carácter de nuestra expresión. Un poeta, o un autor, con frecuencia, leerá sus obras en un plano interno, mientras su cuerpo duerme; pero, al despertar, sólo las recuerda vagamente; porque se ha de saber que, toda obra creadora producida aquí, ha sido ya creada en un plano interno, y este estudio permite al individuo traer a su conciencia objetiva la obra que ya ha producido. Muchos autores y poetas tienen esta facultad y, con frecuencia, dicen: “Esto se escribió solo, en cuanto entré en vena”.

Hay, también, una clase de sensitivos, que tienen el poder de escuchar a los espíritus elementales del mundo astral, y a cuerpos elementales, que poseen inteligencia e información que dar. Estos sensitivos escriben, con frecuencia, libros que, no obstante ser, a veces, instructivos y de bellos sentimientos, les falta la conciencia de estados internos, y se asemejan a voces de niños. Un alma, usualmente de espíritu infantil, es, con frecuencia, fascinada por una inteligencia desencarnada, que la utiliza como portavoz al objeto de hablar al sensitivo; de esta manera se producen libros que muestran un grado bajo de inteligencia, similar al de las esferas, que están por debajo de nuestro desenvolvimiento. Hay poca instrucción de valor, procedente de tales esferas, y los estados superiores de inteligencia están muy arriba del alcance del sensitivo corriente.

Los sensitivos que buscan al Intimo, con frecuencia, reciben instrucción, mediante otro proceso (aunque no en forma de libros) que hace nacer en el sensitivo la determinación de buscar un plano superior de iluminación, que le lleve, del Espiritismo a la Teosofía y aun más allá.

Mientras construimos nuestro Escudo de Plata, el Intimo nos da, por primera vez, poder sobre ciertas secciones de nuestro sistema secundario. Al vivir en el mundo objetivo, entendemos algunas de sus operaciones; ahora nos toca hacer lo mismo con nuestro sistema secundario.

Los Iniciados llaman a esto el principio inteligente. A medida que se nos da poder sobre nuestros átomos Aspirantes, tenemos que cuidar de ellos y ayudarlos; al darles instrucción superior, les damos períodos de descanso, y reciben la misma instrucción e iluminación que recibimos nosotros; pues ellos aspiran lo mismo que nosotros.

En cuanto aprendemos a gobernar nuestro sistema secundario, somos elegibles para pasar a nuestro sistema central. El hombre no se da cuenta de los poderes que posee, cuando puede armonizar su sistema secundario con su cuerpo objetivo.

El cuerpo objetivo protege al sistema secundario, y este último al sistema central; de la misma manera que, en el cráneo, nuestros órganos más delicados, están protegidos por fibras más groseras.

Una vez que el estudiante ha llegado al estado de comunicación física con los planos internos, puede leer los libros y revelaciones de los Iniciados, que han venido de sus hogares para dedicar sus vidas al servicio de la humanidad, y conseguir para nosotros la libertad que, con el tiempo, nos llevará a presencia de nuestro Intimo.

Cuando tales Iniciados aparecen, se los confunde a menudo con el Ser conocido como Jesús; pero, en los planos internos, el estudiante los ve en sus formas naturales, las cuales son similares a prismas alargados, resplandeciendo con una radiación cristalina. Ellos aparecen, más frecuentemente de lo que el mundo se da cuenta, a los humildes y a los de mente pura.


Extracto de DIOSES ATOMICOS (LA AURORA DE LA JUVENTUD)

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1 Comentario de lectores

15/02/2014

Esta lectura si es muy importante se trata de la raza humana su modo y forma como ve la vida fìsica y material por medio de la vibraciòn que percibimos y otras que no podemos ver, porque està mucho màs alla de nuestro alcance a diferencia de los seres superiores de luz, y habla de los planos internos que debemos comunicarnos con nuestro fìsico, los cuales observamos de alguna manera muy natural.
gracias mi trabajadores de luz

Yenny desde Venezuela