Los mundos sumergidos.

Varios/Otros


En el desenvolvimiento del estudiante, llega un tiempo en que pierde todo deseo por cosas materiales, así como el temor a la muerte, y entra en retiro bajo el cuidado y observación de un hermano avanzado. De esta manera, penetra en su propio yo sumergido, y se ve de pronto confrontado por entidades como animales, a las cuales nos parecíamos en un tiempo; éstas tienen que desarraigarlas de su naturaleza. También se encontrará, cara a cara, con quienes lo atormentaron en el pasado, y con aquellos a quienes él atormentó; pues, ahora ha de hacer frente a su mal pasado, lo mismo que al bien.

Sentirá como si de nuevo hubiera vuelto a ser un animal sin luz; pero la razón de que se lo prive de esta luz, es que, si llega a ser vista por fuerzas más obscuras, despertará antagonismo en éstas. Sólo más tarde, se da cuenta de que todavía posee esa luz y que puede utilizarla.

Se puede llamar infierno a este mundo; pero no es el infierno de las religiones ortodoxas.

Hemos de estudiar sus diversas densidades y sus estructuras atómicas; sus ilusiones lo mismo que sus verdades; porque tenemos que descender aun más profundamente, hasta que alcancemos la máxima profundidad del mal y de la intolerancia.

A medida que pasamos revista a nuestro pasado animal, cuando adorábamos a las fuerzas del mal, como nuestros dioses, nos damos cuenta, de que la intolerancia nos afecta, también, en las esferas más elevadas y, de que aquí podemos atacar las raíces de este mal y destruirlo.

En estos infiernos vemos como adorábamos la sangre de nuestras víctimas y las sacrificábamos sin tener en cuenta sus sufrimientos; y cómo, a nuestra vez, éramos igualmente atormentados. De esta manera, aprendemos que no podemos hacer sufrir, sin pagar la penalidad correspondiente.

Es fácil trazar un mapa de estas regiones, como lo es trazar el de lugares de nivel más elevado; se podría escribir muchos libros acerca de tales regiones.

Sin saberlo el estudiante, el átomo Arquitecto envía una Inteligencia del átomo Nous, cuando el estudiante está en las regiones inferiores, a fin de protegerlo de grave sufrimiento al retornar de estas profundidades, donde estas condiciones inferiores lo pueden atacar.

Esta Inteligencia es la estrella que guía al estudiante durante su peregrinaje y lo vigila, no permitiendo que nada lo aterre al punto que pueda ser perjudicado. El estudiante no se da cuenta de tal Inteligencia, hasta que es llamado a someterse a la ordalía, de sumergirse en las profundidades de sus condiciones inferiores, entonces tal Inteligencia aparece ante él resplandeciente y protectora.

La belleza de estas esferas inferiores se intensifica; pues los moradores de ellas emplean sus artes para glorificar sus propias personas, y aparecen con belleza maligna, más deslumbrante que la que presenciamos en desfiles escénicos. Se revisten del mal de sus esferas y uno llega a sentir simpatía hacia los antiguos anacoretas, quienes fueron tentados, probablemente, más allá de su resistencia; pues tal malignidad lo envuelve a uno en una atmósfera de anhelos pasionales y mentales intensificados.

Lo mejor que se puede hacer en favor de quienes moran allí, es alentarlos y mostrarles la manera de ascender a un estado más elevado de conciencia. Rige allí un gran Iniciado, quien trata de encaminarlos hacia una esfera más elevada. Este lleva en su frente banda de hierro y su rostro es inolvidable. Le recuerda a uno la antigua leyenda copta sobre dos hermanos; uno de ellos desciende a las esferas inferiores, para auxiliar a las almas aprisionadas; el otro vino a Palestina para proyectar luz en las tinieblas del corazón del hombre. Hermógenes y su hermano gemelo Jesús fueron los nombres dados en esta leyenda.

Uno se da cuenta así de que, por muy bajo que el hombre se hunda, hay siempre un Iniciado amigo, que se le envía para levantarlo, cuando él aspira a ascender.

Aquí nos encontramos grandes instructores que nos esclavizarían y nos utilizarían, si fuera posible, en este mundo físico. Estos se unen, a veces, en grupos y nos muestran sus poderes sobre los que trabajan en la tierra, y cómo pueden controlar los acontecimientos, impregnan a cortesanas con sus cualidades de ambición y las emplean para fines políticos. Las naciones que emplean a las cortesanas de esta manera, están, usualmente, bajo el signo elemental de una mujer.

Las propiedades elementales, que utilizan estos magos, han sido arrojadas de la luna, e insertadas en las porciones más bajas de los cuerpos que utilizan como instrumentos. Estos magos desarrollan un período de grandeza alrededor de estas cortesanas hasta que han realizado sus propósitos. Después, las destruyen.

Los estudiantes pueden ver, con frecuencia, estas propiedades elementales alrededor de una persona. Aparecen como un enjambre de abejas. Uno debiera mantenerse alejado de tales ambientes; pues las gentes pueden quedar infectadas de tales cualidades; de la misma manera que, uno puede adquirir una enfermedad impura de naturaleza venusiana.

Los magos de estas esferas conocen todas las cosas de este mundo, y han influenciado a algunas organizaciones. Como hemos dicho antes, ciertas áreas del mundo están bajo la protección de seres jerárquicos. El mundo está, también explorado y bajo la influencia de tales magos. No obstante, ellos están limitados en su poder para el mal; pues las fuerzas blancas sólo les permiten actuar al objeto de enseñar al estudiante necio a hacerse inteligente; de manera que en su estudios futuros no practique la magia por mera curiosidad.

Los magos tienen el poder de intensificar la palabra, dándole influencia hipnótica. Los predicadores sienten, con frecuencia, tal influencia y, muchas veces, es el principio de un despertamiento religioso, que, en muchos casos, aumenta la atracción sexual. Esto puede probarse por el aumento en la proporción de los nacimientos, después de haber agitado las emociones de las gentes. Estos magos siempre tratan de producir adoración sexual, y los niños, nacidos bajo tales condiciones, son generalmente desequilibrados. Así mismo, más tarde en la vida, sus cuerpos astrales son impresionados, más fácilmente, por las entidades inferiores.

Es bien sabido que, cuando la luz es más brillante, las sombras son más obscuras. Estando fuera del cuerpo, hemos visto lugares, donde una pared muy delgada separaba un templo de gran santidad de un templo en el que se rendía culto al mal más grande.

Cuando penetramos en estas esferas del intelecto intensificado, se nos dice que se nos dará gran poder, y la sabiduría secreta más elevada, si rendimos nuestras almas a ellos. El estudiante sabe, probablemente, que hay en la tierra escuelas de Yoga mental, que enseñan sistemas de lógica que, con el tiempo, los ayudarán a impresionar y dirigir mentes, como quieran. Tales escuelas son como la de los magos cuyos procesos de lógica demostrarán que lo negro es blanco.

Nunca discutimos o argüímos sobre cosas espirituales en los planos superiores; pero las esferas inferiores nos ponen en contacto con intelectos brillantes, pero no inteligentes, que casi nos abruman, y nos sentimos atraídos a este magnetismo, que estos escolásticos sádicos y brillantes poseen. Con sus argumentos, hacen ver cuán bello es el mal, que el mundo está regido por el mal y que, con el tiempo, tendremos que sucumbir a su dirección dominadora.

El estudiante se siente casi perdido en la crueldad de estas esferas, y recibe instrucción, la cual, según se le dice, sacudiría los cimientos mismos de la atmósfera mental, si se aplicara a este mundo físico. Pero al retornar a sus condiciones normales, el Intimo le dará un antídoto para equilibrarlo. Esto será como una sensación de justicia.

A esta altura, una clase de substancia atómica despierta, en la mente del estudiante, una conciencia, que lleva en sí misma el bálsamo precioso. Esto alcanza a mucho más allá de lo que clasificaríamos como bien o como mal; porque contiene, según se nos dice, la fuente de lo que podría llamarse el bien del mal y el mal del bien. Pero estas cualidades están igualmente equilibradas.

En este período de transformación, se nos da este “bálsamo” intermitentemente y, algún día, una vez hayamos evolucionado más allá de nuestro cuerpo y de sus estructuras, entraremos en este elemento, y nos encontraremos más allá de lo que se llama bien y mal.

Esta conciencia de oro nos revelará, entonces, nuestro sendero individual y nos dará un período de descanso absoluto, en nuestro propio mundo y en todo lo que se encuentra dentro del mismo. Aquí se nos da la paz y la serenidad, llamadas Nirvana por los yoguis, que han respirado su perfume. Y somos saludados y reconocidos, como a quienes han retornado, por fin, de un largo peregrinaje de trabajo y experiencia. Durante el próximo siglo esta bienaventuranza será acordada a muchos.

En estos mundos sumergidos, el estudiante lee los registros de su pasado, y ve cuando, debido a grandes males y sufrimientos de su parte, empezó a buscar una seguridad interna y más elevada y pidió tal guías. Este se puso, entonces, en contacto con los poderes del bien, y le instruyó con respecto a su vida diaria.

Estos Seres vinieron a nosotros en nuestros días de Lemuria; nos enseñaron a construir templos donde pudieran colocar sus dioses familiares y, por medio de éstos, enseñar al pueblo.

En aquellos días teníamos piel como la de los animales, con los cuales podíamos comunicarnos; pues poseíamos atributos instintivos similares. Nos comunicábamos también con nuestras tribus con la ayuda de signos y símbolos y podíamos emitir sonidos que parecían gritos de niños e infantes. Los dioses familiares nos enseñaron, también, el empleo de sonidos; pues ellos podían analizar nuestros deseos, y proyectar sus inteligencias en nuestros cuerpos astrales; no obstantes que nuestras mentalidades se estaban desenvolviendo lentamente, no podíamos transmitir nuestros pensamientos más que por medio de nuestra conciencia astral. A medida que evolucionamos, aprendimos a conversar con la ayuda de ciertos sonidos musicales.

En estos mundos sumergidos, revoleteantes huestes de entidades se arremolinan a nuestro alrededor, nos importen su atmósfera de malestar y nos piden ayuda. Cada una de estas entidades quisiera que les prestáramos atención individual, y nos preguntan sobre las esferas superiores.

Parecen desauciadas; su luz está encubierta y no tienen poder para levantarse; ellas nos piden que las ayudemos a llevar sus pensamientos hacia adentro.

En ciertas épocas, estas entidades son llevadas a otra esfera, en la que se reúnen para recibir dos clases de instrucción. Una de sus propias inteligencias malignas, y otra de Seres más resplandecientes. Con frecuencia, vemos a estos Seres más elevados descender a los niveles inferiores, a fin de elevar las vibraciones de estas gentes sumergidas. Este descenso al propio pasado de uno, está simbolizado en el trabajo de Hércules, limpiando los establos de Augias.

Una vez que el Instructor ayuda al estudiante a salir de su cuerpo y le ha enseñado a viajar, lo lleva, a veces, a estas regiones inferiores, para ayudar a otro estudiante, que ha calculado mal sus poderes, y se encuentra en dificultades.

Mucha gente, mientras duerme, pasa inconscientemente, a estos estados inferiores, y ayuda a quienes están en dificultades. Hemos encontrado a varios amigos haciendo esto constantemente.

Los hemos escuchado, en esta amortiguada media luz, hablar a incontables multitudes, en la esperanza de que algunos llegarían a darse cuenta de la verdad, y aspirarían internamente a llegar a la propia estrella de liberación.

Ciertas grandes inteligencias, que gobiernan estos mundos inferiores, son maestros avanzados disimulados, que sienten interés por tal trabajo. A veces, se nos descubren, y vemos que son salvadores disfrazados.

El estudiante aprende, entonces, que lo que llaman infierno, lo ha creado él mismo, y que sólo anulando y controlando su naturaleza inferior, podrá disfrutar de la luz del sol de juventud eterna.


Extracto de DIOSES ATOMICOS (LA AURORA DE LA JUVENTUD)

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