El escudo de plata.
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Una vez hemos desarrollado nuestro poder de atraer a los átomos Aspirantes, y hemos pasado revista a nuestras vidas pasadas, empezamos a practicar otra clase de respiración, para atraer átomos que protejan a nuestras mentes de interferencias externas. Estos átomos son los de Transformación, los cuales construyen, alrededor de la envoltura de nuestro cuerpo mental, lo que se llama el Escudo de Plata, formado de di hos átomos, los cuales, con el tiempo, vibran y nos sumergen en una longitud de onda más elevada. Es una atmósfera mental que posee las cualidades de nuestra experiencia de sabiduría y, una vez formada, se convierte en el templo para el átomo Maestro de nuestro cuerpo mental, el cual asciende desde el sistema seminal e ilumina nuestras mentes. Es también una estación receptora y condensadora para la vibración del Intimo y de la contraparte superior de la naturaleza elemental.
La cualidad y el tamaño de este Escudo de Plata, depende de la calidad de la aspiración del estudiante, y de los poderes del mismo para atraer los átomos de Transformación a su rejilla nasal y a su corriente sanguínea. Más adelante describimos el método de respiración para desarrollar este Escudo.
El desenvolvimiento del Escudo de Plata es nuestro trabajo real e importante, y requiere tiempo y paciencia, por cuanto tales átomos no son atraídos fácilmente. Estos nos resguardan contra la interferencia de nuestro yo sumergido y de aquellas condiciones atraídas a nosotros, en el momento que nuestra atmósfera irradia átomos de naturaleza aspirante.
Las llamadas del pasado se desarraigan con dificultad de nuestras atmósferas; por cuanto contienen átomos que tienden a situar la mente en sus períodos.
La nueva vibración de los átomos de Transformación es muy sutil, y la sensibilidad de uno aumenta de manera difícil de analizar. Aunque el estudiante no es consciente de su acercamiento, después de su primera inmersión en esta longitud de onda, y aunque él aparecerá normal, esta vibración será difícil de soportar y le causará sufrimiento.
De ser posible, el estudiante debe procurar ir a un retiro en el campo, donde consiga quietud mental y, de consiguiente, poco que lo entorpezca en su práctica.
Este es un período por el que pasaron la mayoría de los antiguos anacoretas; porque las condiciones que infestan la atmósfera sumergen, repetidamente, al estudiante en sus propios límites, entre su escudo protector y esa atmósfera. Es algo parecido a un ejército atacando a una fortaleza, resguardada por una empalizada exterior, sobre la que se ciernen enjambres de entidades malignas, que tratan de penetrar en la atmósfera de esta poderosa substancia atómica compuesta de átomos transformadores.
El estudiante es, entonces una luz en un mundo en tinieblas, y los mentalmente malignos lo atacan siempre que les es posible. Esto excita y perturba al estudiante con mucha facilidad.
Esta lucha dura más de lo que deseamos; porque, no obstante que estamos protegidos, no somos inmunes contra la actividad mental de naturaleza mundana. Este es un período de instrucción, durante el cual escuchamos al átomo Maestro, después que éste ha penetrado en el Escudo de Plata.
El estudiante tendrá, entonces, que soportar cargas que otros le echarán. Antes de que pueda desarrollar sus verdadero trabajo, es sumergido, con frecuencia, en el mundo del comercio y, siendo muy sensitivo, esto hace, a veces, que se sienta desdichado. Más tarde descubrirá la manera de ayudar a las gentes, entre las cuales trabaja, por cuanto será capaz de analizar lo que sea necesario para su mejoramiento. Como el cirujano, descubrirá qué gangrena habrá que eliminar, a fin de ayudar a la mente en dificultades.
Debiéramos recordar que son muy pocos los capaces de trabajar conscientemente, bajo la dirección de sus Instructores, y que hay estudiantes que ayudan a los grandes Iniciados a llevar su carga.
Los Instructores revelan, a veces, cuáles son sus tareas y lo que han conseguido, a fin de que sus pupilos se den cuenta de las posibilidades futuras, y para mostrarles que son parte de un gran plan universal. Todo hombre tiene su lugar en este vasto esquema, aunque él lo ignore.
Mediante la práctica de yoga, tratamos de trabajar en armonía con esta corriente universal, la cual crea, guía y aspira a que todo llegue a ser parte de su inteligencia. El buscador llegará a esto, con tal que aspire; si no llega en esta vida, llegará en otra.
Tanto los átomos de Aspiración, como los de Transformación, tienen sus símbolos propios.
La radiación de un átomo, da al mismo una forma aparente, la que, con frecuencia, se utiliza como símbolo. El del átomo de Transformación es como un tridente o ballesta invertida.
Este símbolo lo emplean también los bracmanes, los cuales conocen al Escudo de Plata como instrumento del cuerpo mental.
La acción de la mente no la entienden los psicólogos occidentales. En su tarea de trazar el mapa del cerebro y del sistema nervioso, no han descubierto, todavía, cómo el pensamiento actúa sobre el cerebro.
En nuestro Escudo de Plata hay una multitud de nodos o centros. Al llegar un pensamiento a ellos, transfiere, a la vida celular del cerebro, energía vibratoria del mismo. Esto, a su vez, nos trae información de otros sistemas planetarios.
El Escudo de Plata ocupa una extensa área y, sobre el mismo está el mapa de nuestro sistema solar. Su contraparte inferior es la superficie del cerebro; pero, como está aprisionado dentro del cráneo, ha de estar contraído. A esto se deben las convulsiones del mismo.
Cada nodo o centro, sobre la membrana exterior, está sintonizado a su clave especial de pensamiento. Si enviamos pensamientos de amor, el nodo del receptor lo atrae y los transmite internamente a la vida celular del cerebro, y éste vibra en respuesta.
El cerebro normal recibe estos impulsos de los nodos situados en la membrana sedosa del cuerpo mental.
De la misma manera que el cuerpo físico se nutre de alimento que produce estímulo atómico, así también el cuerpo mental se nutre de la atmósfera que le rodea.
Es interesante notar que, cuando uno ayuna, a los pocos días, se siente estimulado mentalmente, porque, entonces, las densidades de cuerpo no entorpecen a la mente, haciendo presión sobre ella.
El átomo Maestro del Escudo de Plata es un átomo migratorio del flúido seminal. La energía del mismo tipifica la fuerza heredada de los antepasados del estudiante, hasta que se cierne sobre el mismo la energía del Intimo. Uno se pregunta muchas veces: ¿ Por qué son tan pocos los hombres de mente bastante fuerte como para iniciar y completar algo de mérito? Si los antepasados de un hombre fueron disipados y débiles, por causas antinaturales, su átomo Maestro es igualmente débil. Por esta razón, se dice al estudiante que conserve su vitalidad, a fin de que llegue a darse cuenta de su fuerza mental.
Rara vez sentimos respeto hacia mentes debilitadas por disipación; porque, a medida que nos desarrollamos en nuestro sistema secundario, vemos la necesidad de la fuerza y de la vitalidad.
Poseemos una reserva de energía nerviosa, almacenada en la base del cerebro; si ésta se malgasta, es difícil pensar con poder y precisión, salvo que nuestra provisión de esta energía sea fenomenal. Para tener éxito en este mundo, debemos retener suficiente energía para elevarnos por encima de nuestros semejantes. La energía, tontamente malgastada, acorta considerablemente la vida de uno. Los árabes poseen un cierto método para desarrollar y conservar sus energías, cuando se ven forzados a viajar.
En varios libros antiguos se habla de la salida del átomo Maestro del flúido seminal, para pasar al Escudo de Plata, en forma simbólica, asemejándolo al hombre que desarraiga viejas condiciones y trasplanta las raíces a la cabeza. Cuando esto ocurre, se nos dota de una inteligencia, que nos ha sido negada durante muchas vidas; pues las energías abandonadas empiezan a actuar de nuevo.
El átomo Maestro nos detiene, entonces, en nuestro camino, y nos presenta las cosas desde varios puntos de vista, con los cuales no estamos familiarizados. Empezamos a percibir las condiciones desde adentro, gracias a la sabiduría de nuestra experiencia recogida en vidas pasadas.
El átomo Maestro atrae átomos que nos traen el recuerdo de la herencia, recibida de nuestros antepasados mentales y físicos.
El átomo Maestro nos enseña que poseemos escuelas ilimitadas de instrucción, de las cuales obtenemos nuestra sabiduría ultérrima. Pero esto sólo se nos puede revelar si hemos alcanzado cierto grado de pureza, en ésta y en otras vidas. La sabiduría de la Naturaleza nos dió, también, seguridad y protección en nuestras vidas más remotas.
Durante el cataclismo de la Atlántida, quienes habían alcanzado esta sabiduría fueron salvados; de modo que, la seguridad futura de una raza o de una persona depende del poder protector de su Escudo de Plata.
El hombre está colocado entre dos densidades de materia opuestas; la una representa libertad, la otra conquista. La libertad es iluminación, la conquista es destructiva.
Hemos de ser colocados entre estas dos corrientes atómicas, y la energía atómica del sol atrae y une a estos opuestos.
La ley de oposición es la ley de atracción. El hombre que os golpea, en un momento de ira, atrae de vosotros una fuerza que une vuestra mente a la suya. Esta es una de las llamadas leyes naturales ocultas. La oposición atrae dos fuerzas para unir sus átomos. Se ha dicho que “Una voz suave aleja la ira”. Esta es la ley; si uno no se opone a una cosa es difícil que ésta se una a él. Los yoguis han de aprender esta ley en las selvas de la vida, donde cada hombre hace presa del otro.
Hay muchas cosas que no se enseñan a la humanidad; son simples leyes, necesarias en momentos de emergencia, que, quienes trasponen sus barreras interiores, entienden. Tales leyes se emplean para la protección de uno mismo y de otros. La mente humana es fácilmente ilusionada por los átomos del Escudo de Plata; con frecuencia, se evita el mal por medio de la ilusión; muchas veces hemos leído acerca de adeptos que se hacen invisibles.
No podemos decir cuánto tiempo tendrá que permanecer el estudiante bajo la instrucción del átomo Maestro del Escudo de Plata. Ello depende de sus propios esfuerzos; pues ha de transmutar su atmósfera mental en la longitud de onda de aquél.
Este átomo Maestro puede desvanecer las actividades del Enemigo Secreto, alojado en la base de la columna vertebral; pues tiene bajo su mando muchos átomos que nos pueden instruir.
El cuerpo humano posee muchas envolturas. En la más baja, está un átomo Maestro, al cual se puede invocar para realizar milagros. Una vez obtengamos la instrucción del mismo, quedaremos bajo su actividad durante dos o tres encarnaciones. Este conocimiento lo utilizaron los antiguos; pues ellos entendían al yo inferior y las envolturas de materia que lo rodean.
De esto no hablan sino los Iniciados, en su sabiduría; nosotros sólo nos damos cuenta de ello, gracias a las enseñanzas del átomo Maestro del Escudo de Plata. Pero no se nos permite escribir sobre ello, porque vendrá a ser conocido y analizado en la Nueva Era.
Entre los hebreos esotéricos, se llamaba a esto el maná del desierto, aunque no era lo que se recogía de las arenas; este conocimiento está guardado en el Templo de la Esfinge.
Cuando empezamos a construir nuestro Escudo de Plata, trabajábamos bajo los átomos de Transformación. Antes de esto, estábamos bajo los átomos Aspirantes, y de una influencia solar que arrojaba, de nuestro cuerpo físico, viejas partículas de materia, que absorbían nuestra energía, pero no ayudaban nuestro crecimiento. Pero ahora estamos bajo la influencia de la Luna.
Esta fuerza lunar nos lleva a sus escuelas de instrucción, y trascendemos los límites de nuestra visión normal y pasamos a períodos de iluminación, que se nos ocultaban; posee una estructura atómica diferente de otras; porque las corrientes etéricas, que afluyen a ella, la divide en varias corrientes de inteligencia, a las que hemos de unirnos. Esto nos dará la percepción para descubrir varias especies de entidades animales, y nos daremos cuenta de que, a pesar de ser humanos, no estamos inmunes de sus actividades astrales.
Aquí es donde podemos alcanzar, tanto hacia atrás como hacia adelante, a inmensidades de la naturaleza y descubrir la sabiduría, que una vez poseíamos, y, también, la ignorancia de los seres que se encuentran allí. Penetramos, así, en regiones de oscuridad no conquistada, así como en la suprema sabiduría, simbolizada por la Esfinge; porque este gran elemental es el guardián de nuestro antiguo conocimiento, en relación con la ley natural.
A medida que el estudiante entra en este período de iluminación, presencia esas grandes corrientes de inteligencia, que han abandonado a la luna eones hace, para construir y trabajar en nuestra tierra, hasta que ésta alcanzó su propio período de transformación. Este período fué el que ahora llamamos una de sus Edades de Oro. Estos Seres eran similares a una cadena nomádica; es decir, una inteligencia entrelazada.
Al dirigir la vista a esta vasta profundidad del pasado, quedamos maravillados, con reverencia, ante la gran confederacin que se está construyendo lentamente; la seguimos en el futuro, y nos damos cuenta de la riqueza y prosperidad que ha de alcanzar la porción occidental del planeta. Pero, al mismo tiempo, presenciamos períodos de obscuridad, en que una nación se separa de su influencia guiadora; en que ya no busca a su Intimo, sino que rinde culto a Mammon.
La conciencia del Escudo de Plata da al estudiante una apostura regia. Esto ocurre cuando se pone en contacto con los átomos de la luna; porque, entonces, es posible para él, alcanzar la cumbre de su sabiduría pasada; aquellas cualidades que había desarrollado, en sus aspectos constructivo y destructivo, antes de que quedara aprisionado en la húmeda atmósfera de esta tierra. Comprenderá, así, que, en el pasado había alcanzado sabiduría y poder, que ahora se le niegan.
La luna simboliza la sabiduría secreta del hombre, la cual le será revelada una vez que retorne a sus planos internos. Cuando el estudiante inhale las propiedades de la inteligencia lunar, encontrará su propia literatura sagrada y científica.
Esta nueva clase de átomo es, mentalmente, similar al Enemigo Secreto; pero está más allá del mal; no obstante; puede darnos los poderes del Enemigo Secreto, y transmitir al estudiante parte de su conciencia. El estudiante penetra, así, en su mundo inferior y encuentra dos fuerzas opuestas, a saber: la sabiduría del Intimo y la del Enemigo Secreto.
La luz que recibimos de la Luna también trae átomos extraños, que, al agruparse, perturban nuestra atmósfera y agitan las células nerviosas que están bajo la jurisdicción del Sol. Así, las personas sensitivas se sienten nerviosas en los plenilunios. Estas sensaciones desagradables son causa de que los centros de la envoltura mental reflejen en nosotros esas condiciones agitadas.
Las influencias de la Luna producen en nosotros profundas tendencias a la inspiración.
Cuando esto ocurre, es bueno escuchar; por que sus átomos lunares pueden impartir instrucción de su período y ayudarnos a volver a una antigua religión de sabiduría.
El cuerpo humano está sujeto a dos fuerzas, la del Sol y la de la Luna. Durante el día, la presión del Sol detiene a las fuerzas germinadoras, dentro de nosotros, y conserva nuestra vitalidad.
La corriente nocturna de la Luna procura extraer esta vitalidad almacenada. Por esto es que los animales, salvo aquellos que tienen sus patas envueltas en substancia no conductora, no las ponen, en la noche, en el suelo, a fin de no quedar desvitalizados.
Extracto de DIOSES ATOMICOS (LA AURORA DE LA JUVENTUD)
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