Pensamientos negativos, ¿una cuestión de energías?.

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Pensamientos negativos, ¿una cuestión de energías?

¿Batallando con pensamientos negativos?, ¿será una cuestión de energías?

Muchas escuelas filosóficas o sistemas de autoayuda advierten sobre los beneficios de mantener pensamientos luminosos y aconsejan observar los pensamientos regulándolos evitando en lo posible el ingreso de pensamientos negativos. Enseñan posturas, oraciones, modos de respirar, rutinas y variadas técnicas con el propósito de generar un espíritu optimista o simplemente de ahuyentar aquellos pensamientos negativos principalmente los versados en la queja, culpa al exterior, el miedo, la desesperanza, la pérdida de la fe, el (auto)-reproche, la (auto)crítica, el odio, la desconfianza, etc. Las técnicas para planificar la vida, para organizar el tiempo, como las estrategias de decisión, no están al margen de este esquema. Cada una a su modo intenta explicar que uno debe buscar pensamientos de luz, esforzarse por evitar detenerse en pensamientos negativos o estímulos del exterior que resulten desestabilizantes.

La recomendación no puede guardar mejores intenciones. Sin embargo, las personas no lo logran, si lo hacen no pueden sostener este hábito por mucho tiempo. Así es que muchos se torturan, se exigen, se sienten fracasar, se perciben a sí mismos de alguna manera inferiores, y abandonan con tristeza o cinismo abrumados fundamentalmente al descubrir la increíble capacidad de la mente de engancharse con material negativo y comenzar a gatillar con ello.

La experiencia confirma que con solo proponerse cancelar pensamientos negativos y mantener pensamientos positivos no alcanza, no es algo sencillo de lograr y sostener sin volverse loco o deprimirse ante tanto esfuerzo. Regular la mente o batallar con ella no es el camino, el camino es saber operar sobre ella de un modo inteligente: ni necio ni omnipotente. La inteligencia está más cercana a la humildad, como decía Jung: La naturaleza es aristocrática: siempre se impone y se va enseñoreando por sobre las pretensiones humanas.

Un modo inteligente es aquél que habiéndose informado sobre los procesos mentales humanos, los respeta y aprovecha su dinámica para generar beneficios. No batalla contra ellos. Trabajar en la mente de un modo productivo es justamente utilizar este proceso natural de la mente humana pero de un modo que resulte productivo y genere ese estado emocional óptimo que permite responder a la vida del modo como queremos.

La manera en que usted piensa refleja la marea energética en la cual usted está plantado hoy y por ende, se traduce en los pensamientos negativos y sentimientos adversos que lo embargan. Es el magnetismo de esa marea emocional donde usted se encuentra lo que los atrae. Por ese motivo, sus esfuerzos por controlarlos, hacerlos a un lado, anestesiarlos, dormirlos, postergarlos, negarlos y reemplazarlos serán cada vez más intensos y menos productivos. Sus visiones estarán igualmente limitadas. En la medida en que usted permanezca en esos mares de aguas turbias, el resultado será el mismo, el recorrido mental será siempre parecido, limitado, obtendrá los mismos escenarios mentales que producirán esos climas emocionales cargados que ya conoce. La buena noticia es que estos problemas pueden revertirse del mismo modo sencillo y hasta imperceptible como pueden iniciarse porque los mismos procesos mentales son válidos para los estados positivos también: ellos también atraerán una multiplicidad de ideas, circunstancias, personas, asuntos, objetos de energía equivalente, es decir, atraerán beneficios en el exterior y un incremento del bienestar.

Sus pensamientos y emociones definen la marea energética en la que usted se encuentra. Son también el resultado del manejo de sus energías. Si en el futuro, cada vez que usted se encuentra diciendo cosas como “me la paso pensando en x cosa”, reemplaza su discurso y dice algo así como “estoy concentrando todas mis energías en x cosa” comprobará que usted es además de un cuerpo físico una entidad vibratoria que emite y recibe energías y vibra con ellas y que en la medida en que usted fije su atención en lo que le cause dolor, tristeza, miedo, vulnerabilidad, incertidumbre, ello tenderá a perpetuarse. Raramente desaparecerá en la medida que conciente o inconscientemente algo en usted lo “mantenga vivo”. Es muy probable que contrariamente a sus expectativas, se intensifique su dolor y se desparrame también hacia otros contextos de su vida. El mero deseo como el intento de parar concientemente esa rueda de ideas, pensamientos y emociones negativos solo reflejan el núcleo dónde usted tiene puesto su foco de atención. Si usted no le presenta a su mente una alternativa válida, concreta, su mente rodará por los mismos carriles de siempre. Pero para que su mente pueda presentar una alternativa válida, necesita desde luego contar con la semilla germinal de semejante alternativa. Según nuestro punto de vista, esto significa que si usted quiere generar en usted pensamientos positivo de claridad y esperanza necesariamente necesita usted elevarse hacia aquellas mareas energéticas de alta vibración donde florecen la claridad y la esperanza y luego se traducen en el ser en ideas luminosas, estados de genuina claridad y esperanza.

Elevando las vibraciones los pensamientos y circunstancias luminosos vienen sin esfuerzo: lo harán, tal como dice Bach, por añadidura. El ingreso de estos pensamientos y la inauguración de estados emocionales óptimos se producen siempre como resultado de un saneamiento interior deliberado o de un impacto benéfico como puede serlo una magnífica experiencia, una maravillosa noticia o un encuentro bendito por la sencilla razón de que ellos traen energía luminosa. Con desear “ya no quiero estar confundido o desesperado” “no quiero tener este pensamiento negativo” no alcanza, No es el camino. No lo es porque la idea de confundido y desesperado o lo que sea su pensamiento negativo sigue vibrante. Cuando usted intenta frenar o controlar sus emociones negativas o parar la rueda de sus pensamientos negativos o batallar en contra de ellos no hace más que concentrarse en ellos y sin quererlo los intensifica. Así es que posiblemente atraerá una multiplicidad de ideas, sensaciones y emociones cualitativamente equivalentes, confirmarán además sus sospechas e imaginaciones siguiendo el principio de “profecía autocumplida”, resultando para su sistema procesos negativos en esencia. Las transformaciones esenciales a partir de las cuales arranca todo lo demás nunca se producen por la vía de la imposición porque las imposiciones no funcionan; resultan odiosas y ofensivas a la Madre Naturaleza quien tarde o temprano hará gala de su magnificencia en un despliegue de sus leyes infranqueables. Los pensamientos negativos como las emociones que usted tanto trata de evitar desaparecerán de usted únicamente plantando la semilla de emoción con las que usted guste vibrar y para que eso ocurra necesita contar con esa semilla, plantarla en su jardín emocional y contar con la destreza del jardinero.

Los pensamientos negativos dejan de acudir, sencillamente no pueden ingresar con un entrenamiento que oriente hacia trabajos mentales que resultarán productivos. No se trata de generar un espíritu optimista o de recitarse de memoria las frases esperanzadoras del gurú de turno, eso sería maquillar un rostro sucio. Hay que aprender a limpiarse energéticamente. Todo lo demás: claridad mental, impulso, optimismo, fuerza y vigor físicos son solo resultados inevitables de un trabajo responsable de energías.

Los problemas energéticos abarcan todas las inquietudes humanas y todos los problemas humanos de todas las edades. Muchas veces creemos que tenemos una trabazón y desde nuestra situación podemos incluso explicar con vehemencia a qué se debe esta trabazón. Con un trabajo energético se descubre a menudo que lo denominado “trabazón” no es sino la conclusión directa a la que se llega considerando la situación desde una marea energética débil y no desde otras; con vibraciones más fuertes, esa “trabazón” recibe una carátula insospechadamente distinta y el individuo saliéndose del atolladero cobra renovada fuerza. A menudo las personas reciben sugerencias y consejos que no pueden tomar, que consideran absurdos, imposibles o ridículos pero esto es solo porque todavía no ingresaron en esas mareas energéticas positivas desde donde fue emitido el consejo o la sugerencia.

Si usted se encuentra inmerso en alguna marea emocional convulsionada, si se encuentra torturado con pensamientos negativos debe recordar que no conseguirá que pensamientos positivos genuinos acudan a usted todavía porque ellos son peces navegando en otros mares. Usted debe primero trasladarse a aquél ancho mar para poder pescar alguno. Por mucho que usted conozca los beneficios de mantener el cuerpo seco en invierno, usted no puede proponerse mantener su cuerpo seco bajo la lluvia en invierno o bajo la nieve. Necesita recursos que se lo permitan, ropa, un paraguas, un techo. Así también es vulnerable su cuerpo energético. A menos que se sirva usted de apoyos energéticos que efectivamente aclaren sus cielos interiores y lo eleven a usted, no conseguirá pensar de un modo auténticamente claro y elevado. Su discurso será falso, sus esfuerzos serán vanos.

En nuestra práctica diaria encontramos muchas personas aspirando a cambiar de profesión o a encontrar su vocación de vida se encuentran atascados justamente por estos problemas energéticos. Luego de un trabajo responsable descubren que no podían tomar una decisión que los completara porque por ejemplo, sus aspiraciones estaban limitadas por el miedo, su visión de sí mismos estaba limitada por un sentimiento de inferioridad, o por algunas voces influyentes de su entorno que minaban su campo emocional y por ende contaminaban ese magnetismo esencial y también sus propias visiones quedaban distorsionadas. Cuando limpian sus canales perceptuales y realmente elevan sus vibraciones, un mundo nuevo se abre ante ellos y pueden elegir sin trabazones emocionales, detectan lo que no era posible detectar antes.

Tómese como ejemplo, lo que ocurre con los tests de orientación vocacional. Los que no contemplan factores emocionales fallan, dan resultados fallidos que se lamentan mucho tiempo después. Si alguien dice ser bueno en matemática pero no se le enseña a observar factores del rededor, para descubrir que a lo mejor la energía del docente y el clima por él impuesto o el compañero de banco favorecían su desempeño en matemática no descubrirá que cuenta con potencial fértil para desarrollarse en otras áreas que a lo mejor lo satisfagan mucho más. Hay un despliegue emocional durante los tests, esas pruebas a las que la gente se somete y que pueden definir su futuro. La energía del orientador vocacional, su consultorio, las palabras que utiliza, sus miradas, todo lo que rodea antes y después del encuentro juega un papel energético preponderante que afecta el resultado de la consulta misma. Los creativos a menudo se sienten inhibidos, las personas más sensibles captan algo alrededor de la consulta y se desconcentran, algunos quedan enganchados por algo sucedido antes o después del encuentro, los impacientes tendrán lo suyo y por un motivo u otro vemos que los resultados de estos estudios raramente traducen el verdadero potencial del consultante, simplemente el mismo no sale a la luz. Mucha frustración y sufrimiento adulto incluso problemas de salud a menudo guardan relación con una decisión hecha prematuramente y basada sobre factores que son secundarios o incompletos.

Cualquiera sea la inquietud que lo ocupe, los pensamientos negativos o confusos vendrán a la mente azarosa, a la persona que se encuentra en una marea energética vulnerable. Si usted está inmerso en el miedo no podrá tener pensamientos de fe por más que su maestro se lo imponga y le mencione los beneficios en la práctica. Si usted está siendo presionado por tomar una decisión, no tomará la decisión acertada solo porque la haya tomado “a tiempo”. Necesita aprender a recurrir a esa información que mora en su interior, necesita saber cómo sacarla a flote y cómo servirse de ella para tomar la decisión correcta. Cuando uno está confundido está muy bien consultar. Pero más sabio aún es saber a quién efectuarle la consulta. Bach nos enseña a consultar; nos enseña que las respuestas verdaderas y realmente útiles provienen de nuestro interior y nos enseña también cómo formular esas preguntas: haciendo buen uso de las vibraciones. Uno ya no pregunta con las palabras y los pensamientos sino leyendo e interpretando las vibraciones y emociones con las que lidiamos y que más sensiblemente solemos atraer.

Bien utilizadas, las Flores de Bach resultan útiles justamente porque con ellas se consigue elevar nuestra frecuencia vibratoria. Si no se encuentra usted en vibraciones altas, no conseguirá tener pensamientos de genuina claridad o fe o amor por más técnicas o frases aprendidas de memoria, su mente estará contaminada por la duda, el miedo, la desconfianza, la envidia, la impaciencia, etc. Así se inicia el bloqueo. Utilizadas con sabiduría, las esencias florales tienen la particularidad de desplazarnos de una marea a otra, como del grave al agudo en las cuerdas de una guitarra, llevándonos a la parte más vibrante y luminosa del do , del re, del mi, del fa pero sin saltarnos del do, del re o del fa ya que sin ellos no habría guitarra completa. Por ejemplo, una esencia nos llevará del odio al amor siendo que estas dos emociones corresponden a una misma vibración (a una misma cuerda de la guitarra) con polaridades opuestas: bajo/alto, grave/agudo; odio/amor. Siguiendo el mismo esquema, y sabiendo “tocar la guitarra”, conseguiremos que otra cuerda nos desplace del miedo al valor, y otras producirán sus correspondientes desplazamientos. Odio, amor, miedo, valor, son solo algunos de los “colores primarios” de las vibraciones emocionales a partir de los cuales nacen todas las demás combinaciones y tonalidades emocionales. No es lo mismo sentir rabia por tanto miedo que sentir miedo de tanta rabia. Cada tonalidad emocional irá generando su propio magnetismo, reflejándose esto en palabras clave en su discurso, abultando y atrayendo todo aquello en resonancia con ella: el odio atraerá más odio; el miedo abultará las ideas de miedo; el amor atraerá todo lo relacionado con las energías del amor. Aprender el lenguaje de las emociones nos sitúa en un estilo de “conversación” que supera a todas las demás.

De un modo muy simple y efectivo, (característico de la naturaleza) el buen uso de las esencias florales ayudan a cualquier persona a conversar con su interior, a interpretarse a sí misma en sus vibraciones, en las visiones personales que a diario la acompañan, paladeando con ello beneficios múltiples: en su camino espiritual, en su estudio, en su trabajo, en su vida de relación y lo harán independientemente del método o vía que elija para avanzar espiritualmente, independientemente de lo que elija estudiar, en lo que elija desempeñarse laboralmente o cómo elija trazar su vida social. Este milagro comunicacional se establece porque ellas imponen un clima interior que así lo permite, las esencias de Bach traen energía benefactora y la buena energía es tan necesaria al cuerpo emocional como lo es el buen alimento al cuerpo físico.

Cuando se trabaja con las esencias, y subrayo la palabra “trabajar” --y nunca tomarlas librando su energía al azar---, ellas resultan sorprendentes potenciadores de la mente y reguladores del sistema de defensas del organismo. Por eso las recomiendo y enfatizo la importancia de aprender a aprovecharlas al máximo, no confundirlas con meros remedios naturales sino recordar que en ellas hay concentrado de energías manipulables dispuestas a generar beneficios de trascendencia imposibles de imaginar desde una marea energética débil. Teniendo este conocimiento vivo en la memoria, se entiende la importancia fundamental de aprender a maniobrar estas inteligencias para no quedarse a mitad de camino de todos los favores que ellas pueden otorgar.

Liliana Dercyé
Directora de Aflorarte.com
http://www.aflorarte.com
contacto@aflorarte.com
Terapia Floral, Online Coaching y Orientación Vocacional desde
http://www.aflorarte.com/servicioconsultas.htm

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