El significado de la religión. I

Seth


SESIÓN 585, 12 DE MAYO DE I97I 21.35 MIÉRCOLES

(Antes de la sesión Jane y yo repasamos las preguntas que quedaban de la lista que habíamos preparado para el capítulo veinte. «Espero que Seth haga esos capítulos sobre la religión y la encarnación, y que acabe con ellos de una vez», dijo ella. Hacía algún tiempo que nos habíamos dado cuenta de que Jane es sensible a esos temas, sobre todo a la religión. Tuvo una formación estricta cuando era joven, pero paralelamente desarrolló por sí misma un fuerte sentido religioso. Ella es consciente de que haber tenido ese entorno de pequeña deja sus marcas, a pesar de que abandonó su iglesia cuando tenía diecinueve años...) (Para mi sorpresa, Seth empezó el capítulo diez esa noche, pero pronto advertí que no iba a saltarse nuestras preguntas. La sesión tenía lugar en mi estudio, y, debido a su tamaño algo pequeño, Jane decidió no fumar. Había llovido todo el día, y todavía continuaba haciéndolo.) Buenas noches. (-Buenas noches, Seth.)

Bien.
Las preguntas sobre la religión y la encarnación serán contestadas a su debido tiempo, como ya he dicho. También trataré sobre algunas otras de vuestras preguntas a lo largo del texto. Así pues, vamos a comenzar con el próximo capítulo, llamado: «El significado de la religión.» Siempre hay comprensiones internas presentes en el interior del ser. Dentro de cada personalidad está la comprensión del sentido de toda existencia. No sólo tenéis el conocimiento de la existencia multidimensional en el fondo de vuestra actual actividad consciente, sino que cada hombre sabe en su interior que su vida consciente depende de una dimensión mayor de la realidad. Esta dimensión mayor no se puede materializar en un sistema tridimensional, pero el conocimiento de esta dimensión más amplia brota desde lo más profundo del ser y se proyecta hacia afuera, transformando todo lo que toca. Este brotar imbuye a ciertos elementos del mundo físico de una brillantez y una intensidad que sobrepasan en mucho a lo comúnmente conocido. Aquellos que han sido tocados por él, se transforman, hablando con vuestros términos, en algo mayor de lo que eran. Este conocimiento interno intenta encontrar un lugar para sí mismo dentro del paisaje físico, para expresarse físicamente. Cada hombre posee este conocimiento interno dentro de él y, hasta cierto punto, también busca su confirmación en el mundo. (Pausa a las 21.45. El párrafo anterior es, por cierto, una excelente descripción de los resultados a que condujo la iniciación psíquica de Jane en septiembre de 1963. Sus experiencias trascendentales la llevaron a su manuscrito El Universo físico como interpretación de una idea, el cual, a su vez, nos llevó a estas sesiones. Véase la Introducción en el primer tomo de este libro.) (Nota: En este momento, Jane encendió un cigarrillo estando en trance, lo que me pareció divertido.)

El mundo exterior es un reflejo del mundo interno aunque mucho menos perfecto. El conocimiento interno puede compararse a un libro sobre su patria que un viajero llevara consigo a un país extranjero. El hombre nace con el ansia de que estas verdades se hagan reales para él, aunque ve una gran diferencia entre ellas y el entorno en el que vive. Todo individuo lleva consigo un drama interno, un drama psíquico que finalmente proyecta al exterior con gran fuerza sobre el campo de la historia. El nacimiento de los grandes acontecimientos religiosos brota del drama religioso interior. El drama en sí mismo es, en cierta manera, un fenómeno psicológico, ya que cada ser orientado físicamente siente que ha sido arrojado solo a un entorno extraño, y no conoce ni su origen ni su destino, y mucho menos la razón de su propia existencia. Éste es el problema del ego, especialmente en sus primeros estados. Él busca las respuestas en el exterior, porque ésta es su naturaleza: el manejo de la realidad física. Sin embargo, también siente una conexión profunda y permanente que no comprende con otras partes del ser que no están bajo su dominio. También es consciente de que su ser interno posee el conocimiento en el que se basa su propia existencia.

A medida que crece, hablando en vuestros términos, busca en el exterior la confirmación de su conocimiento interno. El ser interno mantiene al ego con su apoyo; convierte sus verdades en datos orientados físicamente que el ego pueda manipular, y luego los proyecta al exterior, al área de la realidad física. Al ver estas verdades materializadas de esta manera, al ego le resulta más fácil aceptarlas. Por eso a menudo os encontráis con acontecimientos en los que hay hombres tocados por una gran iluminación, aislados de las masas de la humanidad, y que poseen grandes poderes. Son períodos de la historia que parecen casi antinaturales por su brillantez en contraste con otros, en los que abundan los profetas, los genios o los reyes que adquieren proporciones sobrehumanas. (22.00.) Bien, estas personas son escogidas por otras para manifestar exteriormente las verdades interiores que todos conocen intuitivamente. Aquí hay varios niveles de significado. Por un lado, estos individuos reciben sus capacidades sobrenaturales y su poder de las otras personas, los mantienen y los exhiben en el mundo físico para que todos los vean. Representan el papel del sacrosanto ser interno, que no puede operar en la realidad física desligado de la carne. Ésta energía, sin embargo, es una proyección del ser interno. (Larga pausa.) La personalidad queda tan afectada por esto que, hasta cierto punto, realmente se "convierte" en lo que aparenta ser. Se mostrará como un héroe eterno en el drama religioso externo, al igual que el ser interno es el héroe eterno del drama religioso interno.

(22.08.) Esta proyección mística es una actividad continua.

Cuando la fuerza de una de las grandes religiones empieza a disminuir y su efecto físico se reduce, entonces el drama interno comienza a avivarse. Como consecuencia, las más altas aspiraciones del hombre se proyectan en la historia física. Los dramas difieren, y recordad que primero se crean interiormente. Están concebidos para inculcar las condiciones del mundo en cualquier tiempo dado, y por consiguiente se expresan por medio de los símbolos y acontecimientos que más impresión causen al pueblo. Esto se hace con astucia, ya que el ser interno sabe exactamente lo que impresiona al ego, y qué tipos de personalidades serán más capaces de personificar el mensaje en un tiempo concreto. Así pues, cuando una de estas personalidades aparece en la historia, se la reconoce intuitivamente, ya que el camino se ha preparado con mucha anterioridad, y en muchos casos ha habido profecías que anunciaban esta llegada. Los individuos así escogidos no aparecen entre vosotros al azar. No se los ha escogido fortuitamente. Son individuos que han tomado sobre sí mismos la responsabilidad de este papel.

Cuando nacen son conscientes en mayor o menor grado de su destino, y ciertos acontecimientos precisos pueden provocar su recuerdo total. Ellos sirven claramente como representantes humanos de Todo Lo Que Es. Ahora bien, como todo individuo es una parte de Todo Lo Que Es, hasta cierto punto cada uno de vosotros sirve en ese mismo papel. Sin embargo, en ese tipo de drama religioso (larga pausa), la personalidad principal es mucho más consciente de su conocimiento interno, conoce mejor sus capacidades, es mucho más capaz de utilizarlas, y está enormemente familiarizada con su relación con todo tipo de vida. Podéis tomar vuestro descanso ahora. (22.25. Después del descanso, Seth transmitió cinco excelentes páginas de datos sobre mi pintura y otros temas relacionados con ella. La sesión terminó a las 23.03.) (Jane, que sabía que Seth había comenzado su capítulo sobre religión, se sentía aliviada y muy curiosa. Finalmente le di una copia del material, para poder contestar a todas sus preguntas. Le gustó tanto que lo leyó en la clase de percepción extrasensorial, como había hecho anteriormente con algún otro segmento del libro.)


Extracto de Habla Seth II
La eterna validez del alma a través de Jane Roberts

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