Ante la hermandad femenina lemuriana. 29, 30.

Kryon


ANTE LA HERMANDAD FEMENINA LEMURIANA (29)

Saludos, queridas damas, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.

Según costumbre de esta canalización, mi socio se aparta completamente. He dicho esto antes, pero para este grupo digo que mi socio no recuerda lo que se habla de aquí en adelante, y eso es en honor del género, porque es el único varón aquí. Él tendrá que escucharlo después, porque esto es para ustedes.

Se honra al género. El Espíritu no tiene género; ustedes no tienen género del otro lado del velo. Pero como hemos dicho antes, recuerdan a Lemuria y la Hermandad Femenina porque esta vez llegan como mujeres; eso es por designio, para que algunas recuerden cuando fueron también mujeres en Lemuria.

El marco de tiempo es confuso, hasta para sus maestras. La precesión de los equinoccios es un bamboleo de 26.000 años, pero hemos mencionado el hecho de que el comienzo de Lemuria fue hace 50.000 años. Por lo tanto, la precesión de los equinoccios que ustedes tuvieron en 2012 fue la segunda que algunas han atravesado.

Esta noche algunas de las diosas presentes han formulado preguntas. Se honra mucho lo que ustedes han atravesado.

Hablamos de tiempos muy, muy antiguos; tiempos elementales, iniciales, de aprendizaje. Responderé directamente a una de las preguntas que hicieron . Pregunta: Cuando Lemuria estaba cercana a su destrucción, ¿qué pasó con el disco solar que fue a Perú? Respuesta: No hubo destrucción de Lemuria. La montaña se hundió lentamente, la burbuja de magma que la había elevado empezaba a disminuir, y se convirtió en las islas de Hawái; no hubo destrucción. Pero durante ese proceso de hundimiento que duró años, hemos contado algunas de las cosas que tuvieron lugar.

En primer lugar: el miedo. ¿Cómo podían saber si no iba a desaparecer completamente en el océano? Solo algunas de ustedes estaban allí. Como ya hemos señalado, allí se pasaba por una sola reencarnación, y luego iban a algún otro lugar del planeta. Es casi como si Lemuria fuera una sesión de enseñanza principal, desde donde la enseñanza se llevaba con ustedes en su akash, en la reencarnación, al lugar adonde fueran a reencarnar, por miles de años en el planeta. Es como si Lemuria fuera una semilla de conocimiento y enseñanza. Ustedes no reencarnaban allí nuevamente.

De modo que ustedes no se conocieron entre sí, sin embargo algo aquí las une, y les contaré qué es, y no lo he mencionado de este modo anteriormente. ¿Había un disco solar? Algo así. La mitología cambia con el tiempo, pero hay verdades semilla sobre ciertas cosas que permanecen guardadas en el akash y se repiten. Tal vez leyendas que ustedes luego hacen volver y hablan de ellas.

Cuando esa isla que fue Mu o Lemuria empezó a hundirse para transformarse en muchas islas, el pequeño continente que luego fue Hawái fue evacuado lentamente por todos ustedes, hombres y mujeres. Los hombres eran los que remaban; incluso en el viaje, lejos del continente que se hundía, ustedes, las mujeres, guiaban a los hombres. Esto es algo de lo que hablamos, tal vez lo mencionamos. Cuando se subieron a las canoas y los hombres remaban, empezaron tal vez a ir hacia el hemisferio sur; las estrellas eran distintas. ¿Cómo navegaban los hombres?

Eran marinos expertos y cuando algunas de ustedes empezaron a navegar y remar con desesperación para encontrar otros lugares donde estar, cruzaron hacia el hemisferio sur donde las estrellas eran desconocidas para todos. ¿La respuesta? Las mujeres guiaron. Las mujeres tampoco conocían las estrellas, pero tenían maestras de las estrellas, y sabían hacia dónde ir, incluso aconsejando a los hombres mientras navegaban. Imaginen: los hombres nuevamente acudieron a ustedes: vayan hacia allí, vayan hacia allá. Muchos lemurianos fueron a dar a Sudamérica. Hacia allí tienden a ir las corrientes, y allí desembarcaron.

Algunas llevaban artefactos que para ustedes eran preciosos. No había un disco solar; había muchos. Y la razón era que se les dio un disco que contiene sus instrucciones más preciadas de las madres lemurianas, con eso grabado en el disco. Era anterior a la imprenta, queridas, (se ríe), era anterior a poder grabar algo en alguna cosa, y que tuviera sentido. Tal vez anterior a los lenguajes escritos que hoy conocen. Se lo dieron sus madres. Eso es el disco solar.

¿Existen aún hoy? ¿Podrían encontrarse? La respuesta: algunos todavía perduran. Algunos se encontrarán. Eso fue la respuesta a una pregunta.

Les daré la respuesta a todas las otras. ¿Cuál es la relevancia de su experiencia en Lemuria con respecto a hoy? ¿Cómo las ayudaría? Para vivir de un momento al siguiente, para criar a sus hijos, para ser tal vez diferentes por estar en algo en que no estuvieron antes. Déjenme decirles qué las une aquí. Es simple, y si se dan cuenta, les dará escalofríos a todas.

En aquellos días, en los días iniciales de su registro akáshico en este planeta, todas ustedes tenían madres maestras lemurianas que se sentaban con ustedes. Maestras de las estrellas, y ustedes sabían que ellas eran sagradas. Fue parte de lo que hizo Melli-ha, conducirlas a esos lugares, en esas ceremonias donde las madres pleyadianas originales les enseñarían.

¿Y qué les enseñarían?

Su espiritualidad, su chamanismo, su naturaleza preciosa, para que pudieran guiar una civilización, para que pudieran distribuirse sobre la Tierra, y su akash llevaría la verdad, y ustedes la oirían. Y les diré algo: todas ustedes, que alguna vez estuvieron en Lemuria, llevan una brillante semilla en su akash que recuerda esto. La buscan, la quieren. Es el epítome de la maternidad y la femineidad. Es algo que ustedes captan, es la energía de la diosa, que ustedes saben que existe desde las estrellas.

Todas ustedes las vieron y recibieron enseñanza de ellas. Melli-ha tenía que organizar todo eso, hacer que sucediera, conducirlas a los grupos de enseñanza; eso era Lemuria. Hoy esa semilla está en su akash, y en definitiva es práctico porque es la verdad y la compasión del dios dentro de ustedes.

Las pleyadianas fueron sus maestras lemurianas provenientes de las estrellas; eran las lemurianas originales. Son las maestras, las pleyadianas. Entonces, cuando les enseñaron ese modelo que tuvieron, madres de madres, diosas de diosas, eso es lo que recuerdan. Eso quieren captar, es la semilla, y aún está allí. Si pueden mantener su equilibrio, la Hermandad Lemuriana tiene que ver con descubrir la semilla, aplicarla a sus vidas y difundir la compasión del conocimiento enseñado originalmente desde las estrellas, a sus hijos, a sus familias, a quienes las rodean, y a ustedes.

Porque esa enseñanza hablaba de una vida práctica, no importa que fuera elemental, que fuera una sociedad inicial, o fuera una moderna. Porque Dios es Dios, nunca cambia, y la verdad de cómo actuar, comportarse, equilibrarse y volverse compasiva es siempre la misma, de una generación a otra y a otra.

Pero la razón para la Hermandad Femenina hoy es que la semilla se ha perdido. Miren lo que ha hecho la humanidad consigo misma. Miren cómo lo que solía ser la energía chamánica de las mujeres se ha salido de curso. Es hora de que regrese lentamente, y solo podrá hacerlo cuando ustedes empiecen a recordar la semilla. Toda madre presente aquí querría imitar lo que les enseñaron las maestras de las estrellas. ¡Ustedes las conocieron! ¡Se sentaron con ellas! Les da escalofríos. ¿Pueden recordar algo? Si no pueden recordar, les diré que su akash sí recuerda, y no hay nada como eso, ser humano. Y solo las mujeres tienen el conocimiento.

Y ahora saben qué podría ser lo que las trae aquí. No solo la celebración; no solo la recordación, sino la semilla.

Que comience la ceremonia.

Y así es.

Kryon



Kryon por Lee Carroll
Tucson, Arizona – Febrero de 2017
Traducción: María Cristina Cáffaro http://traduccionesparaelcamino.blogspot.com.ar/





Ante la Hermandad Femenina Lemuriana (30)


Saludos, queridas damas, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.

En este momento mi socio se aleja, bien lejos. Ya lo hemos dicho; para quienes no lo oyeron: aquí no hay secretos, no realmente, pero mi socio se aleja en honor del género que se ha reunido aquí, verdadero honor. Ya dijimos antes: no se dejen engañar por la voz, es una voz masculina de un varón; que sale de un hombre. Pero el hombre no está aquí, y no recordará lo que estoy diciendo. Del otro lado del velo no existe el género, pero aquí sí. Ustedes se reúnen como un grupo de mujeres, y si consideran el último mensaje, hemos hablado sobre la recordación akáshica: ¿qué es lo que están tratando de recordar, verdaderamente? ¿Que las unificaría en una hermandad? ¿Es solo una reunión de quienes tienen algo en común, ser mujeres? ¿O hay algo más? La respuesta es que hay mucho más.

Lo que les contamos la vez anterior que las unificaba en su recordación akáshica, era el recuerdo de sus madres pleyadianas, porque en Lemuria, en los períodos de tiempo en que ustedes estuvieron allí, ellas eran las que estaban con ustedes, sus maestras. No hay nada parecido; en la Tierra no hay nada parecido.

Queridas, las madres lemurianas enseñaban a las madres. En el pasado les contamos que Yawee, el varón que estuvo aquí, el doctor que está aquí, tuvo una madre lemuriana que solía cantarle canciones de cuna. Pero queridas, como maestras, las madres lemurianas enseñaban a las mujeres; por tanto hay una diferencia entre ser hijo de una madre lemuriana o ser su discípula. No todas ustedes fueron bebés de madres lemurianas que eran pleyadianas.

Entonces, pongamos esto en claro: las pleyadianas eran maestras, y algunas también tuvieron hijos, que fueron muy especiales. Pero lo que está en el Akasha de ustedes es sentarse frente a una madre pleyadiana y oír esa voz que era única y especial porque no era humana, y oír de esa voz las instrucciones para la vida.

Se les enseñó antes que ustedes llevaban los atributos espirituales de la humanidad, eran las chamanas. No quiere decir que se las celebrara en ciertos tipos de vestimenta o se las pusiera en lugares especiales; de ningún modo. Chamanismo en la vida cotidiana. Eso les enseñaron.

Ahora quiero referirme a un mensaje que di antes, y algunas de ustedes estaban aquí: se llama "El Gran Escape". Quiero hablar de sus filtros. Si pudieran recordar aquellas instrucciones iniciales, ¿qué hay de la voz? ¿cuántos años hace desde eso? ¿cuántas vidas han pasado? ¿cómo es posible que eso aún esté con ustedes? La respuesta es: ¿recuerdan la voz de su madre de aquí? Está allí, en el Akasha, aunque se haya ido. Nunca la olvidarán; y tampoco olvidarán a la madre-maestra pleyadiana. Esa voz sigue ahí. Ella cantaba canciones; esa voz sigue allí. Y cuando se conectan con ella, aun esotéricamente, empieza a equilibrarlas y las regresa al conocimiento de su lección chamánica. ¿Qué filtros podrían traer a esta reunión de hoy que obstruyeran eso? Les diré; muchos.

Los filtros de que hablamos son los mismos que les dimos más temprano en la canalización, al hablar específicamente de lo que lleva el Akasha. Puede que hayan tenido una hermosa vida bajo la tutela de una lemuriana pura, una pleyadiana. ¿Qué hay tan especial en eso? ¡Es que solo unos pocos humanos lo tienen! Eso es lo que celebra la Hermandad; una recordación de eso. Porque lo que vino después llena su Akasha con otras cosas; nubla completamente todo eso. ¿Pueden sentarse aquí, todas mujeres, y limpiarse a sí mismas a tal grado que puedan percibir esa primera voz, de modo de poder oír otra vez, tal vez esotéricamente, metafísicamente, las instrucciones que dicen que ustedes son especiales? Que ustedes llevan un linaje en el planeta y algún día despertarán otra vez y la voz les dirá: "Escucha con cuidado, porque esto no es solo para esta vida." Despertarán en una nueva energía algún día, el potencial de una nueva Tierra, y cuando lo hagan, aquí están los atributos a recordar, en la vía chamánica. Y habrá una lista de cómo equilibrar y cuidar al planeta. Y muy pocas de ustedes recordarán eso ahora.

Y tienen que ir lentamente a lo largo de todo lo demás; ¿qué pasó desde entonces? La respuesta es: casi todo. Otra vez; la negatividad, la oscuridad, las cosas horribles, y no solo en la última vida anterior. ¡Yo sé quién está aquí! Se están restaurando de lo que pasó en esta vida presente. Está allí, en su memoria, en su consciencia, sí, incrustado en el Akasha. ¿Cómo se hace para superar eso? Y la respuesta solía ser: con dificultad. Ya no: ahora hay una energía que las está apoyando a todas. En especial a las mujeres, porque ellas son las que despiertan primero a la verdad de qué pasó entonces, quiénes son y qué viene ahora.

Si eres una de aquellas, y asumo que puedes serlo porque estás en la reunión de la Hermandad Femenina, en esta ceremonia, en estas canciones, en las meditaciones, no están cantando y meditando sólo para pasar un buen rato; porque esto es trabajo. La idea es que, por medio de la intención, vas a limpiar todo lo que no se adecue a tu magnificencia, chamana. Todo lo que no sea puro, que no sea compasivo, incluso las cosas que han pasado en esta vuelta.

¿Qué traes a la fiesta? ¿Qué hay de los sesgos que has visto, sentido, experimentado, que ya no son para ti? Esta hermandad es una asociación de limpieza. Es tiempo de descartar lo que solía asociarse con las mujeres en tiempos recientes y volver directamente al inicio, cuando era puro, conocido, celebrado y respetado y toda la civilización de Lemuria lo sabía. Eso es quiénes son ustedes, y todo lo demás es periférico. ¡Y hay mucha periferia! Ustedes pueden limpiar eso, y es necesario limpiarlo.

Permitan que este sea un tiempo - en los próximos momentos - después que yo me vaya, en que ustedes trabajen en excavarlo y descartarlo. Todo lo que trajeron, que no se corresponde con su magnificencia, se descarta. No es para ustedes.

Y si en esta vida experimentan cosas menos que puras, esas se descartan también, para que al irse, se sientan limpias. No llevan un equipaje. No tienen desilusiones. Los botones de la ira ya no serán presionados.

Es el comienzo de una nueva mujer que es un nuevo humano en este planeta. De modo que el propósito de la Hermandad Femenina se vuelve cada vez más claro. Es un regreso a la pureza de los tiempos originales: quiénes fueron, qué hicieron, y las instrucciones que recibieron.

¡Qué hermoso mensaje es este! Ser capaz de desprenderse de lo que no les sirve y nunca más tenerlo en sus sueños, en su consciencia, pegado a ustedes como está ahora. Ese es su potencial. Para cada una. Hermoso. Mujeres: se las necesita como almas antiguas en este planeta, para empezar a regresar a la fuente original de lo que hicieron y quiénes fueron.

Esto no confronta con los varones; realza la familia, es lo que ellos esperaban para amarlas más por ello. Porque ustedes se vuelven equilibradas, de bello pensamiento, y útiles más allá de lo que se pueda creer. Esas son ustedes.

Habrá más.

Y así es.


Kryon



Canalización en vivo de Kryon por Lee Carroll
en Boston – Febrero de 2017
www.kryon.com
Lee Carroll
Traducción: María Cristina Cáffaro
http://traduccionesparaelcamino.blogspot.com.ar/

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