El punto de poder está en el presente.

Seth


Ruburt estaba trabajando con alteraciones de conciencia esta tarde. Al mismo tiempo, tenía la radio a bajo volumen. De pronto interrumpieron el programa de música para dar una noticia referida a la carrera de coches de Indianápolis. Un piloto había resultado gravemente herido y la carrera, aplazada por ese motivo y por las inclemencias del tiempo, acababa de empezar.

A medida que se celebraba seguían los comunicados por la radio, y Ruburt supo que había ocurrido otro accidente muy grave. Aparte de esto había muerto un hombre atropellado por una ambulancia que se dirigía a toda velocidad hacia la escena del accidente. La víctima no era piloto pero guardaba relación con la carrera.

(Como miembro de una escudería. Nota posterior: el conductor implicado en este accidente falleció al cabo de un mes.)

Al recuperar la conciencia «normal», Ruburt reflexionó sobre la gran violencia implicada en todo este suceso, y sobre la situación en la que estas personas se habían colocado. (Ruburt suele encender la radio cuando trabaja con estados alternados de conciencia, por cierto, y la utiliza como "punto de referencia".)

Parte del material del último capítulo debería contribuir a explicar las razones de estos marcos de experiencia en los que surge la violencia, que se convierten en un contexto desafiante a través del cual se percibe la realidad. Hay una situación de peligro, pero la eligen las personas implicadas en ella, no se les impone. Más o menos del mismo modo, se eligen contextos para una vida que podrían parecer incomprensibles, temerarios o incluso dementes a los ojos de un observador. .)

Tales contextos que duran toda la vida pueden tener que ver con discapacidades físicas muy graves presentes desde el nacimiento. Desde fuera, parece imposible que alguien "elija" ese trasfondo, esa situación vital tan limitada o incluso dolorosa. Desde ese punto de vista, los problemas de nacimiento o las enfermedades crónicas de cualquier clase carecen de sentido.

Nadie empieza una carrera con desventaja, diréis, pero no es ése el caso. Las personas suelen elegir estas situaciones precisamente como incentivos, y muchos grandes hombres así lo han hecho. Esto no significa que estas discapacidades sean necesarias. Cuando un individuo se da cuenta de que su punto de poder está en el presente, no necesita un obstáculo para probarse a sí mismo o para enfocarse en lo que él considera la dirección apropiada.

Vivís muchas vidas simultáneamente, aunque soléis pensar en ellas como sucesivas reencarnaciones. Si estáis gravemente enfermos y creéis que las razones de los síntomas se remontan a una vida pasada, por lo cual debéis «aguantarlos», no os daréis cuenta de que vuestro punto de poder está en el presente, y no creeréis en la posibilidad de una recuperación.

Repito que incluso pueden curarse ciertas enfermedades consideradas incurables, siempre que esto no implique una regeneración "imposible" para una criatura viva.

Así pues, los defectos de nacimiento de cualquier clase se eligen antes de esta vida. Esto se hace por muy distintas razones (al igual que hay personas que eligen estar enfermas en esta vida, sin tener en cuenta su duración). Es decir, el individuo decide por anticipado establecer cierto marco psíquico a través del cual experimentará toda su situación vital. En mis otros escritos he dado alguna información al respecto.

Una persona con varias existencias dedicadas al desarrollo de las capacidades intelectuales podría decidir vivir una vida en la que esas facultades mentales quedaran en segundo término para permitir que las emociones se desarrollasen como «antes» no lo habían hecho.

Como todas las existencias son simultáneas, esto simplemente significa que en esta vida se refuerzan ciertos aspectos -a expensas de otros, según diríais "vosotros"- y se establece un marco de referencia que puede "parecer" restrictivo. Por otro lado, la personalidad implicada puede considerarlo como una experiencia muy gratificante y enriquecedora, en la que las emociones gozan de una libertad de la que normalmente carecen. Algunas personalidades prefieren experiencias de por vida en que los avances y el desarrollo siguen un curso regular. Otras piden un contraste mayor. En este caso, en una vida serán miserablemente pobres, increíblemente ricos en otra, un gigante intelectual en otra vida, después un gran atleta, y luego un completo inválido. Así pues, las diferencias individuales inciden en el tipo de situaciones vitales elegidas.

Muchas veces es la familia, más que el miembro discapacitado, quien no comprende el porqué de la situación (como en el caso de niños muy retrasados mentalmente, por ejemplo). Pero, en todos los casos, no sólo los hijos eligen a sus padres con anticipación, sino que los padres eligen a sus hijos, por supuesto.

Tal situación puede ofrecer ciertos beneficios a los padres. Siempre hay oportunidades de crecimiento y de una creatividad fuera de lo común en estas condiciones y para todas las personas implicadas en ellas. Ésta es la razón por la cual se ha elegido ese marco de experiencia. Lo mismo cabe decir de aparentes tragedias como accidentes o enfermedades graves que sobrevienen en determinado momento.

A nivel individual, una enfermedad grave representa la adopción de un foco de atención sumamente intenso en el que se prescinde deliberadamente de un aspecto determinado de la experiencia habitual; el contexto de la vida misma debe luego ampliarse siguiendo otras pautas. Más o menos de la misma manera, esto también se aplica a aquellas personas que nacen en el seno de una pobreza extrema o en situaciones familiares aparentemente de lo más desafortunadas. El desafío vital es "inherente" al problema y surge de él. Normalmente, aunque no siempre, a raíz de una dificultad específica se produce un peculiar logro personal.

Ahora bien, este logro no tiene que ser una gran obra de arte, una invención, o un contundente liderazgo político, por ejemplo, aunque puede serlo. A menudo esta actividad exitosa representa un desafío por parte de la personalidad que lo estableció en forma de creatividad psicológica, y un enriquecimiento general de la experiencia. Todas las personas implicadas, como es el caso de la familia, habrán accedido «previamente» a esa situación. Con frecuencia, especialmente en el caso de defectos de nacimiento mentales o físicos, la persona discapacitada acepta ese papel no sólo por razones personales, sino que también "lo elige" para la familia en conjunto.

Así, unos padres sumamente inteligentes pueden encontrarse con un hijo que sufra algún tipo de retraso mental. Si ellos se centran excesivamente en el intelecto a expensas de las emociones, quizás el niño exprese por ellos la espontaneidad emocional que tanto temen.

Un defecto de nacimiento es algo evidente, y establece ciertas condiciones que no pueden pasarse por alto.

Muchas enfermedades normales y corrientes también implican al grupo familiar en alguna medida. Las creencias predominantes de la persona enferma siempre serán de máxima importancia, pero siempre hay una aceptación por parte de los otros miembros de la familia.

Hay que entender que ocurre lo mismo cuando hay grandes logros fuera de lo común. En este caso predominan las creencias de la persona que los realiza, pero también es posible que esté representando las aspiraciones no realizadas de los miembros de su familia, o del grupo con el que está íntimamente relacionado. Siempre habrá razones que expliquen estas interrelaciones.

Muchos de los grandes contrastes de naturaleza social poseen el mismo tipo de significado interno; grupos enteros de individuos eligen situaciones vitales particulares en las que, por ejemplo, predominan la pobreza y la enfermedad, mientras que en otras partes del mundo (o de un país) disfrutan de los mayores avances tecnológicos, riqueza y prosperidad. Por separado, cada personalidad tiene una razón "personal" para semejante afiliación. Pero a otros niveles, por el contraste entre pobreza y riqueza, entre logros científicos y la falta de ellos, los opuestos se hacen claramente evidentes. El progreso tecnológico, si se sigue como centro máximo de atención, muestra automáticamente sus beneficios y sus desventajas.

Un país que sigue este curso de acción es como una persona que sigue principalmente un sendero orientado externamente y estrictamente «objetivo, masculino», según lo entiende vuestra cultura occidental. Por razones tanto individuales como globales, en vuestro país se ha hecho especial hincapié en algunos valores a expensas de otros, sobre todo en el presente más reciente. El resto del mundo estuvo de acuerdo con estas acciones, no obstante, en diversas zonas de él se adoptaron cursos totalmente distintos, de modo que la sociedad global mostrara un caleidoscopio de enfoques variados y sus correspondientes resultados.

A escala mucho menor y en distintos grados, cualquier tribu, ciudad, familia o grupo mostrará las mismas tendencias, y, de esa experiencia compartida, cada individuo aprenderá y crecerá.

Una persona quizás elija poseer un gran talento, a través del cual percibirá la realidad y concentrará toda la experiencia. Esto le permitirá gozar de un enfoque extraordinario, pero por su naturaleza es frecuente que impida otras experiencias muy normales para la mayoría. Algunos artistas con grandes facultades prescinden de la madurez intelectual, y emplean sus cualidades emocionales primarias hasta tal extremo y con tal intensidad que las facultades naturales de la razón se anulan en gran medida. Sin el esclarecimiento racional, los elementos emocionales son tan difíciles de manejar que el artista, debido a su gran expresión espontánea, no puede relacionarse con ninguna clase de situación permanente de naturaleza íntima; ya que la razón y la emoción son homólogos naturales.

Tal vez alguien elija concentrarse en logros intelectuales hasta tal punto que se cierre al verdadero contacto íntimo y, a pesar de que quizás acepte una relación permanente, no experimentará la riqueza emocional que otras personas obtengan de una relación incluso mucho más corta. Por tanto, cada uno de vosotros elige -de antemano, tal como vosotros lo entendéis- el tipo de marco de experiencia con el que se enfrentará a esta situación vital. Esto se aplica personal y colectivamente.

Aquellos de vosotros que creáis en la reencarnación preguntaréis: «¿Y qué hay de las creencias de las vidas pasadas? ¿Estoy obligado a seguir las leyes del karma, aunque olvide la idea de culpa?».

Como todo ocurre simultáneamente, vuestras creencias presentes pueden alterar las pasadas, tanto si son de esta vida o de una «previa». Las existencias tienen un fin abierto. Ahora bien, sé que, con vuestras ideas del tiempo progresivo y las creencias correspondientes de causa y efecto, es difícil que lo entendáis. No obstante, como criaturas tenéis la facultad de cambiar vuestra experiencia mediante vuestras creencias actuales; podéis reestructurar vuestro «pasado reencarnatorio» de la misma manera que podéis reestructurar el pasado de esta vida presente.


EL PUNTO DE PODER ESTÁ EN EL PRESENTE

Este presente que se experimenta también representa vuestra piedra de toque psíquica para todas vuestras otras existencias. Sois plenamente conscientes de ciertos sucesos, y conocéis inconscientemente muchos más que de una forma u otra estáis aprendiendo a llevar al foco consciente.

Lo mismo se aplica a todos vuestros otros «seres reencarnatorios». Conocen inconscientemente vuestra experiencia consciente, así como vosotros conocéis inconscientemente la suya.

Aun así, la interacción es constante y creativa en "todos" vuestros presentes. Recurrís a su conocimiento como ellos recurren al vuestro, y esto por supuesto se aplica también a las personalidades que consideraríais futuras.

Poseéis una vastísima reserva de información y experiencia que podéis utilizar, pero la emplearéis según vuestras creencias conscientes presentes.

Si comprendéis que el punto de poder está en el presente, gozaréis de una fuente inagotable de facultades y energía.



SESIÓN 667, 30 DE MAYO DE 1973 21.26 MIÉRCOLES
Extracto de Habla Seth III
A través de Jane Roberts

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