La Onda Encantada de la Luna Roja.
Varios/Otros
Podrás darte cuenta de que hay veces, en que quisiéramos que algo permanezca para siempre, son esas veces en que la vida es tan grata, en que se es feliz, en que resulta todo lo previsto o lo deseado y uno quiere quedarse en ello, lo quiere retener, que no se acabe, pero así no sucede, inevitablemente se acaba y cambia y algo nuevo pasa. Ocurrirá también que haya veces, en que no quisiéramos que algo se extienda ni un segundo más, que cada instante que pasa hace más largo el conflicto, el dolor o la angustia y uno no quiere ese momento, no quiere ese día. También sucede que haya un día, en una semana cualquiera, en que habrá de suceder algo importante, sabrás un resultado, te enfrentarás a algo, verás a quien esperas y aguardar ese día y sentirlo acercándose, será una tensión que agobia o que repleta el alma de expectativas o de dudas o de miedos, pero llegará ese día, inevitablemente, llegará como siempre y sólo para ti tendrá ese significado, y luego vendrá el día después y de pronto, sin darnos ni cuenta, ese día tan sobrecargado pasará a ser un recuerdo para contarle a los cercanos, cada vez con menor frecuencia, hasta que un día desaparezca. Es que la vida es como un río, ya nos lo han dicho los poetas, pero no es el cauce del río, es el agua que avanza y abre surcos y zanjas, es el agua que va calma o que arrasa en determinadas circunstancias; es que estar vivos, es ser como el agua, es un fluir constante, un adaptarse permanente a las condiciones de los continentes, hacer un caudal profundo en una parte angosta o una inmensa playa en una expansión bajo el cielo abierto, será la vida un rodar que ruge entre las piedras y las rocas del fondo o será una caída, como una única alternativa, en una cascada gigante, maravillosa y libre.
Cuando se dice de la vida la comparación con el río, es todo lo que un río es, todo lo que es al agua del río y todo lo que hace, que riega, que limpia, que apaga la sed de los animales que se acercan hasta sus riberas, que refresca y baña, que arrastra a veces troncos, sedimentos, barro, que se azota contra una roca en su camino y la roca permanece inconmovible, que va como un inmóvil silencio apenas conmovido por el viento, pero que jamás se detiene, que tiene como meta llegar hasta el mar infinito y confundirse para siempre, en esa inmensidad azul o verde, turquesa o gris, dependiendo del cielo que lo alumbra y del fondo quieto e inconmensurable en su profundidad y su belleza.
De eso se habla: de la vida, de llevar todas estas cualidades del agua de un río a cada una de la experiencias que nos pasan a diario, y de no quedarnos pegados a lo que haya sucedido, de no dejar de ser el río ni de ser el agua, cuando te detengas en la vida tu agua se hará fango y tu río estancará su fuerza y desaparecerá la meta final que es el océano.
Y mira más todavía, que ese mar tampoco es fijo, porque el océano es el agua y no las playas que lo cercan, y porque jamás cesan de corrientes y de olas, de aunar más y más ríos y de elevarse al cielo como nube en su ciclo eterno, es que a pesar de lo que sea, no deja la vida de estar viva y de eso se trata la Onda Encantada de la Luna, de hacer conciencia de este permanente proceso, de no dejarse atrapar por nada que detenga, vuelve al principio de este texto y reflexiona en las muchas veces en que quieres que el tiempo se detenga, que algo permanezca para siempre o que no llegue o que dé un salto por encima, queriendo que ese escollo no exista, la magia está en que sepas esquivarlo, dar la vuelta, rodearlo, en que no tengas jamás que detenerte, que te duela el golpe que te diste, pero que no te apague las ganas y la esencia de la vida, que ese lago azul y cristalino y repleto de reflejos de oro a la luz del sol, no se convierta en el final, ni te creas que hasta allí llega todo, porque siempre hay un más adelante.
Otro aspecto de la luna es que no todo es luz de luna llena ni de luna nueva, ni todo es día, ni la noche es eterna; que no todo es primavera ni todo, invierno, que no todo es blanco ni es negro, que el todo es un pasar constante desde un estado al otro, como las estaciones, como las edades o las partes del día, como los momentos de sembrar o de cosecha, como el estar dormidos y despiertos al rato, en fin como todo en la vida que tiene sus lados diferentes y que están allí como razón del equilibrio, y que no están ahí para juzgarlos, en la inevitable dualidad de la mente, la que también existe con sus hemisferios diferentes, con sus condiciones y capacidades distintas, pero que sólo en su conjunto no dan el equilibrio, la mirada completa y la totalidad de las capacidades de usarla. Esta es otra la las misiones de esta Onda Encantada de la Luna, limpiar de juicio todo lo que es la vida, de ya dejar de valorar un lado y de desvalorar el otro, y de vivirlo todo fluyendo como el agua, y sacar de cada paso y de cada estado de la materia, la enseñanza y la sabiduría que guarda, y que haga crecer nuestro ser para llegar a la iluminación y a la liberación definitiva.
Siempre utilizo estas palabras de la iluminación y la liberación, y podría parecer que sean un estado en que todo se detenga, al que por fin se llega, en el que la luz sea para siempre y ya no cambie nada, pero sé, desde mi esencia, que esa iluminación es sólo un estado de conciencia, pero de la conciencia más pura y más libre y que tal como los tonos sagrados del calendario maya llegan hasta el trece, número final, definitivo y sagrado, se le ha llamado “cósmico”, porque al final es el cosmos, otro océano, el cosmos es ese viaje infinito de todo el universo en una sincronía y una armonía perfectas, que no se explica con la mente ni con la religión, que simplemente es y que está allí, libre, siendo. Nuestra iluminación será llegar ahí, y con el estado de conciencia más puro y será la liberación definitiva, ya no más expectativas, ya no más juicios de la mente que vayan catalogando al mundo como si fueran libros de una biblioteca o las prendas de vestir en un closet.
La Onda Encantada de la Luna Roja viene con este mensaje para estos días, para que te pruebes y te acuerdes de lo que es la vida, y la vivas en vez de pensarla, y la vivas toda en vez de andar seleccionado lo que aceptas y lo que rechazas, todo está ahí y es sólo tu actitud y tu conciencia libre la que te permite aprovecharla toda, aun aquello que más te pese, aun aquello que más nos duela, si está ahí, si tú no lo buscaste, si tú no lo quisiste y está ahí, es para algo, pasa por ello como ese río que eres, no te quedes, tú puedes, al final está el mar eterno e insondable y allí la vida seguirá viva, porque la vida jamás se detiene.
Permítete sentir todo lo que sientes, fluye en estos días con la vida y conéctate, a través de este mensaje de la Luna, con la esencia más sutil de todo lo que existe, y recuerda, no es nuevo, así ha sido siempre, sólo nosotros lo hemos olvidado, pero el río no, ni el océano, ni siquiera tu sangre que corre por tus venas, ni tus emociones que vuelan, ni nada que exista en la tierra o afuera de ella, recuerda.
DRAGON RESONANTE ROJO jotacege1957@hotmail.com
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