Emmanuel, ¿cómo es tu mundo?
Emmanuel
Bueno, si tuviera que llevarte a dar una vueltecita me por él, encantaría mostrarte el brillo de sus colores, la dulzura de su aire, lo delicioso de todas las sensaciones.
Te presentaría calles libres de inseguridad, llenas de hermosura y suavidad, perfumes increíblemente maravillosos.
Todo lo que en vuestro mundo es una promesa en el plano físico es perfectamente real en el mío.
¿Hay en él madreselvas?
Hay la esencia de la madreselva, que es absorbida no sólo por la nariz, sino por todas las partes que componen mi ser.
Podéis empezar a tocar mi mundo, aunque sigáis estando en el vuestro; basta que os permitáis experimentar las cosas sin fronteras.
Por ejemplo, cuando comáis una cosa, probadla no sólo con vuestras papilas gustativas; contempladla en toda su hermosura, escuchadla —porque tiene un sonido—, contemplad la vibrante vida, el regalo de amor que os ofrece la comida.
Que vuestro cuerpo absorba la luz y el deleite que posee.
Comed despacio, acompasadamente. Comed con conciencia y empezaréis a ver cómo es mi mundo.
Esencialmente es el mismo que el vuestro, pero mucho más.
- ¿Puede la mente extenderse tanto en un universo infinito que se contrae como en uno que está en expansión?
De este modo, el marco referencial está perfectamente a vuestro alcance.
A medida que vamos profundizando, por ejemplo en las ciencias físicas, en los mundos existentes dentro de este mundo y de aquél y de aquél, se produce una ampliación de la conciencia que lo trasciende todo.
- La curva de la tierra atrae hacia su órbita al pensamiento humano.
Qué significa entonces un pensamiento «lineal»?
Pensar en Dios sería un pensamiento lineal, con una claridad y una percepción situadas más allá del horizonte de la tierra, sea cual sea el significado que le deis.
Quizá tenga distintos significados, según los diversos niveles de la conciencia, pero en general tenderá a liberar vuestro pensamiento del movimiento circular alrededor de la tierra.
Qué pregunta más interesante!
Para empezar, debemos dedicarnos a evolucionar por la fisicalidad de vuestras galaxias y entrar en las realidades mayores que se sitúan más allá de lo que incluso ahora os parece remotístmo a pesar de mirarlas a través de potentes telescoptos.
Existen planetas que, en efecto, tienen vida, una vida en la que cabe todo tipo de conciencta imaginable.
No obstante, aparte de eso, existen también mandos que trascienden en gran medida lo físico.
La fisicalidad es tan sólo la dimensión más pequeña que existe dentro de la grandeza eterna.
Existen mundos por los que anda Cristo en medio de la Luz y la Verdad en estos momentos, en medio de la alegría y la totalidad más absoluta, respetado y venerado profundamente.
No obstante, os digo —no para confundiros, pero no veo otra manera de expresarme—, que existen otras realidades entremezcladas dentro de vuestro planeta y su fisicalidad.
La realidad mayor, a la que todos habéis accedido a través de la meditación y la oración, coexiste, en efecto, en el mismo espacio en el que están presentes vuestros coches o vuestros barcos, vuestras aguas, vuestros parques, la lluvia que conocéis y vosotros mismos.
En esa realidad expandida que comparte con vosotros toda la eternidad, Cristo está vivo y en perfectas condiciones, y camina entre vosotros.
Todos existimos en muchas realidades a la vez.
Es imposible localizarlas geográficamente.
Situarlas en la conciencia os acercará más a la verdad, ya que puede fijarse la atención en una minucia y jurar y perjurar que en este mundo no existe nada más que un solo grano de arena.
Podéis también fijar la atención en un espectro de cosas cada vez más grande, hasta que seáis plenamente concientes de que camináis de la mano de Cristo, siempre y en todo momento, a través de vuestras actividades diarias.
No es una cuestión geográfica.
Es verdad.
Extracto de El libro de Emmanuel
Transmitido por Pat Rodegast
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