Ceremonias Litúrgicas realizadas en el Seno de las distintas Religiones Mundiales.
V.B. Anglada
Todo aspecto de liturgia es una forma mágica de invocación. Tiene por objeto relacionar el alma de los fieles de cualquier religión, o comunidad espiritual, con el Alma Subjetiva de la Divinidad, representada por el bendito Ser que estuvo presente en los orígenes de las mismas: KRISHNA, BUDA, CRISTO, MAHOMA, etc. Existen, sin embargo, centenares de otras religiones organizadas dentro de la humanidad, siguiendo cada una de ellas las reglas invocativas impuestas por la fe, por la tradición, por la superstición o basadas simplemente en la implenitud espiritual, el dolor moral o físico y el temor. Pero no es nuestra intención en esta investigación esotérica acerca de las formas de Liturgia organizada introducirnos en la raíz mística o espiritual de las religiones o creencias ni argumentar acerca de la calidad de Sus Guías y sacerdotes.
Tal cuestión no corresponde a nuestro estudio sobre las actividades angélicas, cuyo interés principal radica en analizar el proceso vinculativo de la humanidad y de los Devas a través de las formas litúrgicas y en las variadas ceremonias que se efectúan en los templos, pagodas, mezquitas y otros centros de culto religioso para establecer contacto espiritual con los Grandes Guías Espirituales de la humanidad.
El templo, sea cual sea su denominación, es un lugar de oración y culto, de ceremonia litúrgica o ritualística, es decir, un centro de Magia organizada en el cual la figura principal es el sacerdote u oficiante, quien debe centrar en sí el poder de la liturgia y efectuar las necesarias ceremonias y rituales cuya finalidad es cuádruple, a saber:
a) Atraer la atención espiritual o mística de los fieles.
b) Invocar energía superior o trascendente.
c) Establecer contacto con los Ángeles, los Mensajeros inefables de la Divinidad.
d) Elevar, a través de Ellos, sus plegarias al Altísimo y solicitar el favor de Su Gracia.
Estas cuatro finalidades constituyen en todo proceso ritualístico el Cuerpo Místico de la religión, así como el Centro de un Misterio que intenta revelarse. Cada religión tiene su propio Cuerpo de Misterios, el cual es revelado en el momento cumbre de la ceremonia cuando el oficiante pronuncia ciertos definidos mántrams o palabras sagradas y una cierta cantidad y calidad de Ángeles son invocados(*), llenando el interior de los templos o recintos místicos de una energía especial, cuya cualidad dependerá siempre del poder espiritual engendrado por los fieles, de la importancia de la liturgia y de la pureza de los sacerdotes.
(*) Cada religión, creencia o ideal religioso o místico "crea" sus propios Ángeles, les da una Forma definida y los mantiene "curiosamente atados o condicionados" a sus determinados ritos o ceremonias.
En nuestros tiempos modernos, y debido al notable incremento de la tecnología y de los avances científicos, así como a la evolución mental de grandes sectores religiosos, antaño místicos; singularmente en las grandes ciudades han disminuido considerablemente las aportaciones de los “Ángeles color Violeta" de las Ceremonias religiosas de carácter místico. Las Formas Angélicas, que son percibidas clarividentemente "sosteniendo la Copa mística" encima del sacerdote oficiante, tienen ahora colores más claros, predominando los de color amarillo oro y azul claro. El cambio de polaridad que se está realizando en muchos sectores religiosos de la humanidad es debido a la presión del Quinto Rayo de la Mente y del Séptimo Rayo de la perfecta Liturgia o Ceremonial Mágico.
Este último Rayo ha de presidir amplísimos sectores de la vida espiritual humana por cuanto es el Poder que centraliza en los ambientes sociales y religiosos del mundo las energías de la Constelación de Acuario que han de condicionar la evolución interna del mundo durante toda la Nueva Era, cuya aurora es perfectamente visible en el plano espiritual. Pero, repetimos, los ambientes religiosos y centros de liturgia o ceremonia mágica están acusando un cambio muy apreciable en el color de las auras magnéticas de los Ángeles que presiden desde el mundo oculto la eclosión del Cuerpo de Misterios de todas las religiones.
Hemos podido observar, sin embargo, en las iglesias de los pequeños pueblos, singularmente en aquellos de la alta montaña, que los Ángeles que "asisten" y son colaboradores en las humildísimas liturgias mantienen todavía en sus auras o en "sus túnicas" el color violeta intenso del fuego encendido de los ardores místicos y el azul intenso de la verdadera fe religiosa, creando "egregores" o formas psíquicas de estos colores dentro y fuera de los templos e iglesias. Los "egregores"(**) que construyen los Ángeles que asisten en las ceremonias litúrgicas de las ciudades son, con muy raras excepciones, de tonalidades claras, en las que predominan los matices amarillentos o dorados y verdes brillantes.
(**) Formas psíquicas creadas por los Ángeles utilizando las energías astrales y mentales proyectadas por los seres humanos. Tienen un gran poder radiactivo y dinamizan los éteres del espacio.
Naturalmente sólo extendemos esta consideración al aspecto ritualístico de las religiones occidentales, en donde "el espíritu científico" va adueñándose de amplísimos sectores sociales y condiciona la apreciación de toda posible forma de liturgia religiosa a la evolución del criterio mental y al íntimo juicio analítico o científico. Los pueblos orientales mantienen todavía y por razones obvias de un menor desarrollo científico o tecnológico "grandes áreas espirituales" inmersas en la fe encendida del corazón. Los "egregores” creados por lo Ángeles bajo la presión mística de las liturgias y de las invocaciones intensamente místicas de los fieles son de un acusado color azul o violeta, imperando también un brillante color rojo púrpura que aparece encima de estos dos colores siguiendo la forma característica de los "egregores" construidos por los Ángeles, siguiendo la presión mágica de una renovada actividad litúrgica.
Los "egregores" que los Ángeles de la Liturgia construyen y mantienen en suspensión en el éter definen para el atento observador clarividente el alma oculta que se manifiesta a través de la perpetuación de los rituales y ceremonias, es decir, el poder espiritual que trata de expresarse a través de las mismas y la efectividad de los contactos dévicos establecidos. Tengamos en cuenta que al valor místico de la ceremonia, al contenido simbólico de las formas geométricas y al poder de los mántrams pronunciados habrán de agregarse los elementos externos en que se basa una importante parte de la liturgia o ceremonial mágico y que son utilizados casi sin excepción por todas las religiones organizadas de la humanidad: las campanas, los perfumes, la música, el canto, etc. Elementos muy importantes si tenemos en cuenta que cualquier tipo de campana producirá un eco del O.M. esotérico al ser tañida, que los perfumes son esencias que provienen del alma oculta de la Naturaleza y segregados de los Reinos mineral y vegetal.
Este dato es muy importante cuando se le relaciona con los espíritus de la tierra, del agua y del aire que los producen. La música religiosa es un precioso elemento de contacto con los Ángeles superiores, cuyas auras se bañan místicamente en sus notas y los cantos que surgen del fondo del corazón de los fieles tienen un gran poder mantrámico o invocativo. Así, la figura central del sacerdote oficiante, sea cual sea el tipo de religión que ostente y manifieste aprovechando la riqueza de significados mágicos que ofrece la singularidad de una determinada liturgia, viene a ser en cierta manera el Hierofante que actúa como Agente integrador en las Iniciaciones de la Jerarquía, aunque salvando naturalmente la enorme distancia que separa ambas evoluciones espirituales y teniendo en cuenta que el principio de ordenación del proceso y la ejemplaridad del método no varían fundamentalmente.
Hoy día se nos habla esotéricamente de "Iniciaciones en Grupo", y puede suponerse, utilizando como siempre la analogía, que tales Iniciaciones tendrán lugar en ciertos Templos o Recintos Sagrados de la Jerarquía, que los fieles serán los discípulos mundiales debidamente probados en el fuego del desprendimiento y sacrificio de sus personalidades y que el Sacerdote Oficiante será el CRISTO, el BUDA o el propio SEÑOR DEL MUNDO. Esto sólo para que tengamos una idea del sentido de participación espiritual en el proceso invocativo de Fuerza Cósmica, ya sea desde el Centro místico de la humanidad o desde los misteriosos Retiros de la Gran Fraternidad Blanca del Planeta.
Vicente Beltran Anglada
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