Apasionarse pero no Apegarse.

Varios/Otros


“Si dependo de algo, ¿qué pasará cuando eso ya no esté disponible?”

Apegarse es controlar que las situaciones ocurran como queremos o no aceptar que circunstancias o personas actúen como nosotros anhelamos. Es no poder aceptar que la vida es un proceso constante de vida – muerte – vida. Apegarse es no poder soltar situaciones o personas por miedo a lo que podamos perder.

Cuando el apego está arraigado en nuestra vida, no podemos vivir porque consumimos nuestra energía vital en controlar constantemente los hechos de la vida para que salga de acuerdo a nuestro gusto y placer. Esta necesidad de “controlar” esconden varias emociones negativas: entre ellas el miedo a lo desconocido, egoísmo al creer que nuestra idea es la correcta y control e inflexibilidad frente a nuevos cambios.

Si tomáramos conciencia que sólo poseemos aquello que no podemos perder en un naufragio, nos daríamos cuenta que no nos pertenecen ni las cosas que nos rodean, ni las personas que comparten con nosotros el diario vivir.

Las personas apegadas, buscan el control para mitigar su profundo temor a cambiar, a utilizar un camino diferente que no conocen el final o el resultado.

Otras personas apegadas esconden egoísmo al imponer su idea a los demás como la única válida. Es aquí donde se esconde también la inflexibilidad para aceptar que hay muchos caminos que nos pueden llevar a una misma verdad.

Este apego o control genera angustia, resistencia, inflexibilidad que se manifiesta en nuestro cuerpo con diferentes síntomas físicos: problemas digestivos, dolores en músculos o articulaciones, alteraciones en nuestra presión, problemas renales, etc.

La cura para esta enfermedad emocional es ACEPTAR Y SER FLEXIBLE. Aceptar significa entregarnos que hay cosas o circunstancias que no podemos manejar o cambiar. Tras aceptar podemos llegar a comprender que está bien que haya situaciones que no podamos manejar, que no todo depende de nosotros porque somos seres que COMPARTIMOS el mundo con los demás. Al aceptar podemos entregarnos a fluir con la vida. Al entregarnos, morimos al control y fluimos.

Cuando entendemos que nada nos pertenece, tomamos conciencia que nada nos falta, que lo que necesitamos está ahí, aparece en nuestra vida en el momento justo y que reteniendo cortamos el fluir. Cuando buscamos controlar es como que nos endiosamos queriendo disponer de qué forma tienen que llegarnos las cosas que necesitamos. ¿Te pusiste a pensar quién sos vos para ponerle a Dios los métodos para crear milagros en tu vida? Dios juega al ajedrez, mueve las piezas para tu bien.

Si por miedo a no tener, retenés el dinero, esto se estanca, no fluye y comienza la escasez. Si por miedo a entregarte sostenés relaciones o situaciones que no van más, te estás engañando y el cuerpo se ocupará de sincerarte con un síntoma.

Si por miedo a no tener agua retenés el arroyo, ¿qué pasará con el agua estancada?

Así pasa en nuestra vida con todo lo que buscamos retener y controlar: SE ESTANCA Y SE PUDRE.

Cuando nos resistimos a aceptar la muerte como una transición natural a una nueva vida, sufrimos. La clave está en disfrutar de la vida cada día, decir lo que sentimos, soltar lo que no va más para que entre algo nuevo a tu vida.

SÓLO TÚ PUEDES CAMBIAR TU VIDA NADIE MÁS PUEDE HACERLO POR TI

Cambiar el mundo, empieza por ti. Para cambiar el mundo, empiezo por mí.


Gracias por enviarlo Ursula Schröder!.

8085 lecturas

Comentario de lectores

Ninguno para este artículo