Mediumnidad: Despertando a un nuevo mundo.

Varios/Otros


Los meses transcurrieron rápidamente. En el ínterin, había obtenido mi visa de residencia en Brasil, pudiendo conseguir un empleo con el cual había alquilado un pequeño departamento, aunque pasaba semanas enteras en casa de Mauricio y Liliana, con quien tenía conversaciones reconfortantes y profundas. Sólo había algo de ella que me intrigaba.

Todos los martes, por media hora, se encerraba en su cuarto en el mismo horario. No sabía que hacia ni quería preguntarle. Ante mi curiosidad, dije a Mauricio:

–¿Qué hace tu hermana todos los martes, a la misma hora en su cuarto?

–Cosa de locos, David, está un poco desequilibrada de la cabeza, no le lleves el apunte.

Entonces pensé al revés, como me había acostumbrado con las respuestas de Mauricio: “Debe ser cosa de cuerdos, de personas equilibradas, y sí debo saber que hace, escucharla atentamente y llevarle el apunte, sin preconceptos, sea lo que sea, para analizar de forma objetiva si es algo que desconozco e informarme al respecto…”.

Cierta noche, al terminar mi jornada de trabajo, Mauricio me llama para invitarme a pasar con ellos el fin de semana. Acepté con mucho agrado y decidí caminar hacia su casa. Una fuerza inexplicable me impulsaba para ir a pie.

Disfrutando de la noche, comencé a experimentar cosas desconocidas por mi hasta aquel momento. ¡Podía ver diversas Esencias!

Algunas eran oscuras, otras tenían el semblante desfigurado, dando la sensación de que estaban a la deriva, sin rumbo fijo, ignorando qué les sucedía.

Un universo mental se abrió ante mi mente, incursionando en el mundo espiritual. Desconcertado, apareció mi guía con quien dialogué a través del pensamiento.

–Emmanuel, ¿qué le sucede a esa señora? Parece aturdida, perdida.

–Dejó el cuerpo físico hace varios años, y todavía no sabe que está “muerta” para la Tierra. Pensó que todo iría a terminar en la tumba pero al ver su cuerpo inerte, sin vida, entró en “shock”. Ignora qué le está pasando ni del por qué sus seres queridos no la pueden ver ni oír.

–Amigo, ¿cómo podemos ayudarla? –pregunté.

–Ella también tiene a su guía espiritual como todas las personas que viven en la tierra. Sin embargo, se resiste a pedir ayuda al Creador.

En ese estado no es posible hacer nada por el momento, salvo pedir por ella, para que en alguna oportunidad sienta la necesidad de dejar su orgullo de lado, pedir ayuda y aceptar que existe una voluntad superior al de si misma. Llegado a ese punto, la asistencia no le faltará. Cuando se canse en su obstinación de creerse superior y los sufrimientos ablanden su orgullo, entonces reaccionará para poder salir del mundo de ilusión que ella misma se ha creado, al igual que le sucede a la mayoría de las personas en la tierra, partiendo de la misma confundidas, atemorizadas y desorientadas.

Medité en sus enseñanzas y la falta de preparación de las personas ante el cambio inminente que tendremos que hacer en algún momento.

Inmediatamente deparé con otra escena, esta vez más terrible.

–¡Emmanuel, mira aquel señor embriagado y rodeado de esencias oscuras!

–Eso no debe extrañarte, David. Son las mismas personas que vivieron en la tierra, adictas a las bebidas alcohólicas. Al morir, es decir, al dejar su cuerpo físico, continúan con sus virtudes, pero también con los defectos que no han podido purificar y sus vicios. Como no consiguen consumir físicamente los cócteles a que estaban acostumbrados, encontraron un “cliente”, quien a su vez también se complace en esta adicción y se sintoniza mentalmente a estas entidades, quienes lo inducen a consumir cada vez más y más. No podemos decir que este señor está siendo forzado a beber, si no que potenciaron su adicción. Aquí podemos apreciar la ley de atracción y sintonía mental y emocional.

–¿De qué les sirve hacerle consumir más? –pregunté.

–Observa detenidamente David y comprenderás.

Agudicé más la concentración y quedé espantado ante lo que veía.

¡Estas Esencias estaban absorbiendo los vapores y emanaciones alcohólicas que fluían del cuerpo físico de este señor!

–Asi es, David. Es la manera que tienen de saciar sus vicios al no poseer mas un cuerpo carnal –explicó mi guía.

–Emmanuel, lo van a matar, ¡debo decirle que reaccione! ¡Parecen como si fueran vampiros que absorben sus energías!

–En realidad lo son, David, vampiros espirituales. Si por esta denominación se asocia en la tierra a la absorción de sangre, en este caso vemos como se nutren de sus vapores alcohólicos.

Continuaba aprendiendo con la simplicidad que mi guía espiritual se expresaba.

–David, no va ser la primera vez que podrás ver más allá de tu visión material. Todos somos hijos del Altísimo y nadie tiene privilegios.

La asistencia espiritual nunca falta sobre los corazones que piden honestamente ayuda. Si vas a decirle lo que estas observando, por más que estuviera sobrio, te creería loco. Por otra parte está complacido con estas compañías espirituales. Esto que estas viendo se llama: “Obsesión”.

–¿Me puedes explicar un poco más? –exclamé.

–Este término, obsesión, lo utilizamos cuando existen persecuciones espirituales; venganzas de espíritus sobre personas físicas tratando de perjudicarlas, por las razones que fueran, en resumen, tratan de dominar a sus víctimas. Sin entrar en mas detalles por el momento, se aplica también entre las mismas personas físicas en la tierra, unas tratando de dominar perjudicando a otras y hasta de personas físicas sobre otras que ya partieron de la tierra, buscándolas desesperadamente en el desprendimiento del sueño. Pero vamos despacio, David, para que vayas aprendiendo de a poco.

–Espera Emmanuel, ¿dijiste espíritus? –pregunté sorprendido.

–Tu nos llamas de Esencias, es lo mismo –respondió.

–¡Entonces tu también eres un espíritu! –exclamé.

–¿Por acaso no lo eres también?

–¿Qué soy? –pregunté.

–Un espíritu ligado a un cuerpo físico, para evolucionar a través de las pruebas que la vida te ofrece, David.

–¿Y el alma qué es? –dije intrigado.

–Es lo mismo, no te apegues a los términos, si no a las ideas. Empleamos la palabra alma, para diferenciar al espíritu cuando está encarnado, es decir, ligado a un cuerpo físico. El juego de palabras carece de sentido.

–Entonces soy un alma con un cuerpo físico pero, ¿qué seré cuando me muera?

–¡Espíritu! –contestó.

Estaba un poco confundido por la manipulación que los religiosos del mundo habían hecho de estos términos. No obstante, continué oyendo a mi guía.

–David, no te confundas con las denominaciones al pie de la letra.

¿Crees que eres apenas un conjunto de huesos, piel, cabellos, venas, arterias, órganos y sangre entre otras cosas, y que allí residen los centros de tus sentimientos, emociones, personalidad y aptitudes innatas?

–No lo creo Emmanuel. Es verdad, allí no se encuentran mis estados de ánimos diferentes. Me refiero a las alegrías, tristezas, melancolías, mi personalidad en formación, las ansias por superarme para encontrar un poco de paz –contesté.

–Asi como el hígado genera la bilis favoreciendo las funciones digestivas, habiendo una ley de causa y efecto, en el plano de las funciones emocionales, intelectuales y psíquicas del ser humano, no hay un órgano físico que las genera dentro de tu organismo, si no fuera de él, que es la causa, siendo la manifestación a través de nuestro proceder, el efecto.

Todo efecto inteligente, tiene una causa inteligente.

–Amigo, de lo que has dicho, concluyo que la causa inteligente está en nuestra alma o espíritu. Usando el término alma apenas para diferenciar cuando estamos en un cuerpo físico que lo llamas “encarnado” y al dejarlo o morir, es la misma alma que apenas recibe el nombre de espíritu por estar ya desprendido.

–Asi es David, también lo llamamos “desencarnado” al espíritu que ya partió de la tierra. La gente piensa que los espíritus son creaciones especiales, humos, fantasmas con vestimenta blanca asustando, o ilusiones absurdas e infantiles. Ignoran que ellos mismos también son espíritus con un cuerpo, si lo supiesen, ¿cómo se definirían? ¿Se burlarían de si mismos?

–Se hace difícil comprender las definiciones, pero no me es extraño, me resulta normal lo que estas enseñando.

–Lamentablemente, el mundo se pierde en los términos, apego a las letras y fanatismo para no ser contradecidos. Debes observar que las palabras reflejan muy poco de lo que estás viendo y muchas veces no hay límites claros para expresarlos. Te deparaste descubriendo al mundo espiritual, que tiene sus leyes e influencian a las personas. He aquí también, el origen de muchas enfermedades inexplicables para la medicina tradicional y la locura espiritual, es decir, en la que el individuo no tiene lesiones físicas cerebrales.

Oía todo atentamente, con ansias de seguir aprendiendo.

–En breve observarás y aprenderás lo que pueden causar los odios y resentimientos de personas que parten de la tierra, llevando en ellas mismas la sed de venganza y como actúan para perjudicar a aquellos que consideran sus enemigos y siguen todavía en la tierra. No te lo mostraremos por curiosidad, si no para que tu futuro espiritual y aprendizaje en la tierra, te sirva el día de mañana para auxiliar en beneficio de gente necesitada, que ignoran cuales son las causas de sus pesares…

–¿Por qué puedo ver todo esto? –pregunté.

–Se llama: “Mediumnidad”. Podríamos decir que su significado, usando la sencillez de términos, sería la de mediador o intermediario, entre el mundo espiritual y el físico. Por eso es necesario su estudio y las leyes que lo rigen. Muchas personas los llaman psíquicos o que tienen un sexto sentido más desarrollado, pero no te paralices en términos. Vamos a usar la palabra mediumnidad para ir aclarando conceptos y no mezclar lo que puede darse a confusión.

–¿Es un privilegio tener este don? –pregunté.

–Al contrario, es una facultad que todos lo tienen en mayor o menor grado, sólo que el común de la gente lo aplica a aquellos en que esta facultad está más acentuada. Al poseerla, se tiene una mayor responsabilidad en beneficio del Bien, orientando a través de inspiraciones, a personas que buscan alivio a sus males. Si lo llamaríamos de “don”, la gente lo confundiría con privilegio.

–¿Por qué hay personas que cobran usando esta facultad? Tu mismo dijiste que me “mostraron”, no por curiosidad, si no para aprender.

Quiere decir que si no me es posible ver estas cosas, es que no hay una intervención espiritual que me permita observarlas.

–Asi es, David –contestó.

–¿Y el dinero por el cual hacen de esta facultad una profesión?

–Ignorancia de lo que les fue concedido como un “préstamo” transitorio, para ayudar a sus semejantes y en consecuencia a ellos mismos, reformándose íntimamente para que de esta manera puedan rescatar deudas que vienen arrastrando del pasado y evolucionar en el presente.

Si triunfan ante las tentaciones mercantilistas, se habrán vencido y por lo tanto también avanzado un poco más. Los médiums no son magos ni adivinos, lo que transmiten a sus “clientes”, tomando la pregunta que citas, son inspiraciones o proyecciones mentales, dependiendo de la maleabilidad mediúmnica, que provienen del plano espiritual. Por otra parte, esta facultad no se la posee las 24hs del día, sería imposible y causaría serios disturbios psicofísicos sobre ellos. Por ejemplo: si una persona paga una consulta y sale asombrada con lo que considera sobrenatural y luego viene otro día y el médium no posee inspiración, por los motivos que sea, tiene obligatoriamente que dar un pálpito, porque ya le pagaron de antemano, produciendo confusiones en personas desesperadas.

No se puede cobrar “ni a voluntad”, ya que muchas veces es peor por la obligación en que se siente el que va a consultar, creyendo que mientras más dinero deja, mejor lo atenderán. Nada justifica lucrar con el dolor ajeno. Además, por la ley se sintonía, haciendo los famosos “trabajos” que les encargan, van contra el libre albedrío, atraen entidades inferiores con las cuales se complacen.

Sus enseñanzas me reconfortaban y caían como un bálsamo sobre mi.

–¿Cómo se producen estas visiones y demás efectos, como los de telepatía que tu y yo tenemos?

–Como ya te dije, existen leyes espirituales que rigen sobre las personas a través de sus influencias. La ley de causa y efecto, leyes de los fluidos, de atracción y repulsión de estas mismas a través de afinidades, ya que atraemos lo que pensamos y sentimos. Debes estudiarlas para saber en que consisten, como detectarlas y de qué manera actuar, para controlar tu facultad. No tomes a la ligera esta sugerencia. No es leer un artículo al respecto y quedarse con esa información que puede o no ser verdadera. Es necesario que investigues y estudies lo que ya está comprobado y confirmado por millones de médiums en todo el mundo, dejando de lado lo absurdo de lo real, y analizarlos racionalmente.

–Emmanuel, ¿en dónde puedo encontrar estas confirmaciones para no aceptar todo ciegamente y saber lo que está comprobado?

–Comienza leyendo “El Libro de los Espíritus”, codificado por Allan Kardec, que contiene más de mil preguntas y respuestas hechas a diferentes médiums desconocidos entre sí, publicado en el año 1857 y hoy tiene plena vigencia, siendo corroborado por millones de médiums de todo el mundo en la actualidad –afirmó categóricamente.

–¿El fue el inventor de todas estas leyes? –pregunté en mi ingenuidad.

–David, Allan Kardec es apenas un pseudónimo y no inventó nada.

Fue un profesor reconocido en Francia, discípulo de Johann Pestalozzi, considerado el padre de la pedagogía moderna. Investigando a través de un cuestionario previamente preparado, con diferentes médiums desconocidos entre sí, de un mismo lugar y de diferentes ciudades, codificó a este compilado de preguntas y respuestas, cuando había coincidencias a las cuestiones planteadas y confirmaciones de las mismas, surgiendo así el libro que te he indicado. Allan Kardec no inventó nada, mi amigo, simplemente descubrió y dejó plasmado en este primer libro, leyes que rigen el mundo espiritual. Estas existieron desde siempre, al igual que los microorganismos. Sería lo mismo que me preguntases quien inventó los virus, los gérmenes o la ley de gravedad.

Estaba admirado de la sabiduría con que este libro había sido elaborado y el método utilizado. Observación y experimentación, igual al sistema científico.

–David, si ves agua estancada y sacas una gota para observarla,

¿qué podrías ver? –preguntó Emmanuel.

–Nada, la misma gota –contesté.

–Ahora, si la observases a través de un microscopio, ¿qué pensarías que verías?

–Estaría llena de gérmenes y bacterias que seguramente son las que podrían enfermar a quien la bebiese. Gracias al microscopio se pudo determinar que tipo de virus, gérmenes o bacterias contaminan a las personas, dando surgimiento a medicamentos que las pudiesen curar –respondí.

–Lo mismo que sucede con el microscopio, asi es en la mediumnidad.

Puedes penetrar y ver el mundo espiritual, las sutilezas que afectan negativamente a personas, determinar cuales son los gérmenes y virus espirituales que contaminan y perturban al ser humano proponiendo, a través del estudio y la investigación, la ayuda más apropiada a cada caso.

En “El Libro de los Médiums”, también codificado por Allan Kardec, tendrás una clasificación segura de las diferentes facultades, como se producen los fenómenos y una guía de prevención para no caer en mistificaciones ni engaños.

Quedé maravillado con su explicación.



Extracto de LA ERA DEL sexto SENTIDO
Diario de un médium adolescente
Levín, Carlos Marcelo

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