Personas parásitas.
Allan Kardec
Cierto día en que hacíamos la fluido terapia con Norberto, vinieron dos personas que nos había recomendado un amigo en común. Una de ellas que se llamaba Adela, mujer de unos 75 años de edad, caminaba apoyándose en un bastón y la acompañaba una amiga de unos 57 años, aproximadamente, de nombre Evangelina. Si bien las personas antes de venir el día martes en que hacíamos la tarea, las citaba previamente para saber de qué se trataba y ver si realmente podíamos ayudar, esta vez y tratándose de alguien conocido diciéndonos que vivían lejos de la ciudad y precisaba de la fluido terapia, acepté sin más preguntas confiando en él.
–David –dijo Adela–, tengo un problema físico que los médicos aún no detectaron. Me hice toda clase de estudios pero cada vez estoy con menos fuerzas y ya casi no puedo levantarme de la cama.
Ante esto y repitiendo lo que siempre aclarábamos a las personas, le dije:
–Adela, como verás no tengo “consultorio”, no vivo de la fluido terapia. Norberto tiene su trabajo, yo el mío y apenas le dedicamos un día a la semana donando tiempo a nuestro semejante, sin lucrar ya que el mayor trabajo lo hace un equipo espiritual. No somos médicos, no curamos ni invadimos el área de la medicina que no es nuestra; otro tanto pasa con personas que vienen debido a persecuciones espirituales pero al estar frente a nosotros nos cambian el discurso y comentan que sus parejas la dejaron, por eso es que la derivamos a un psicólogo o algún amigo de confianza para que puedan hacer sus duelos, ya que tampoco invadimos el área de la psicología, ¡y muchos directamente nos llaman para que atendamos personas esquizofrénicas! ¡Tampoco invadimos el área de la psiquiatría que no nos pertenece! Apenas investigamos y estudiamos los fenómenos espirituales y las persecuciones que se producen, proponiendo un tratamiento espiritual que ahora sí es nuestra área y en muchos casos apenas como complemento de otras, como las que nombré. ¿No le dieron ningún diagnóstico médico?
Se miraron las dos como a querer retirarse, mientras me arrepentía de lo dicho, ¡pero era la verdad! ¿Cómo dar esperanza a una persona enferma físicamente, sin diagnóstico según ella? ¿Y si realmente había alguna enfermedad orgánica que no podía percibir en el momento y luego tenía una recaída? Con seguridad los culpables iríamos a ser nosotros y no podía arriesgarme sólo por sus palabras. Iba a dejarlas ir, cuando de pronto el Dr. Bezerra apareció.
–David –dijo–, no las dejes ir. Nosotros las encaminamos hacia aquí para que reciban ayuda. Poco a poco te iremos mostrando e irás aprendiendo la influencia del poder mental.
Ante este llamado de atención, pero ahora seguro de que podía actuar, comenté:
–Adela, por favor no te vayas. Vamos a ver si podemos percibir algo que no sea físico. Quiero aclararte esto porque no reemplazamos a la medicina como te aclaré, apenas es un complemento como puede ser el yoga, la natación o meditación por nombrar algunas, mal no te va hacer. Si estás tomando medicamentos, debes continuar haciéndolo y tus consultas al médico no interrumpirlas, con esta condición vamos a ver si detectamos algo espiritual, ¿quieres?
Vimos que las dos se ponían muy contentas y aceptaron la propuesta.
Comenzamos la fluido terapia sobre Adela y Meimei se acercó hacia ella transmitiéndole energías amorosas y de fuerza, mientras otros amigos del equipo espiritual, aprovechaban las energías “animalizadas”, es decir, con residuos del cuerpo orgánico que donábamos, para mezclarlas con las espirituales que ellos emanaban y de esta manera comenzaron a hacerle una limpieza sobre todo el campo áurico, ya que estaba completamente oscuro, pero más que eso, apenas si contornaba su cuerpo, es decir, no tenía energías, como si alguien se las estuviera absorbiendo, porque se veía un aura casi pegada al organismo físico, que apenas sobresalía, extinguiéndose, “sin expansión”, por lo que estaba sin ningún tipo de energías y a punto de “partir” por algo que desconocía. De ahí que casi no se podía mantener en pie.
Cuando terminamos y bajo inspiración espiritual, le dije a Evangelina que se sentara si quería donde estuvo Adela y mal no le haría la transmisión de fluidos serenos. Con una sonrisa aceptó y comenzamos a hacer el mismo trabajo sobre ella. En determinado momento la noté inquieta, como fastidiosa, se movía para todos lados, entonces simplemente puse mi mano sobre el coronario, que está en lo alto de la cabeza, para que los fluidos serenasen su sistema nervioso. Al contrario de Adela, tenía una “sobrecarga” energética muy grande.
Al terminar con las dos, Adela estaba con otro semblante, contenta, como si las fuerzas le hubieran vuelto al alma según sus palabra y Evangelina también, pero su rostro desencajado, nerviosa y hasta agresiva.
Nos miramos con Norberto ya que no entendíamos qué sucedía y nos despedimos hasta el otro martes.
Cuando se fueron, Norberto comentó:
–David, me pareció que Evangelina se fue con bronca, me miró agresiva y en determinado momento pensé que iría a gritar, no sé por qué me dio esa sensación.
–Sí, –contesté–, noté lo mismo, es decir que ya tenemos una concordancia, confirmación entre los dos y eso es bueno porque es un elemento más de diagnóstico espiritual lo que percibimos y más aún que recién las conocemos, no creo que sea casualidad haber sentido lo mismo, y debemos esperar lo que nos vaya a advertir el plano superior. Intuyo que es para aprender algo nuevo. El tiempo dirá y nos mostrarán qué es lo que verdaderamente sucede aquí.
El tiempo transcurrió rápidamente, las dos señoras continuaban viniendo y mientras Adela había mejorado al punto de dejar su bastón porque se sentía fortalecida, todavía no detectábamos cuál era la causa de todo esto. Recordando siempre que el espiritismo se basa en un axioma o premisa que la misma ciencia utiliza: “No hay efecto sin causa” y en el aspecto espiritual, agrega el plano superior: “Luego, todo efecto inteligente, tiene una causa inteligente”, otro de los Postulados del Espiritismo como punto de partida para las investigaciones.
Ese martes vinieron las dos y de entrada Evangelina comenzó a hablar con voz muy fuerte, aumentándola cada vez más, al punto de llegar casi a gritar. Norberto estaba desconcertado mientras yo observaba a espíritus oscuros por primera vez junto a ella que estaban encolerizados. Sin entrar en discusiones y mirando a Meimei para su aprobación, le pedí amablemente a Evangelina que esperara en un bar de la esquina porque de esa manera, a los gritos, no trabajábamos. Pero si Adela no estaba de acuerdo, terminábamos allí mismo y nos alegrábamos que se haya recuperado, por más que precisaba seguir viniendo. Adela insistió en quedarse y Evangelina se retiró insultando por lo bajo.
Luego al quedar a solas, Adela pidió disculpas por la compañera diciendo que estaba muy nerviosa. Eso no precisaba aclararlo, se veía a simple vista y continuamos con ella durante varios martes, hasta que el último, vino el amigo que la había mandado la primera vez con su esposa a buscarla para llevarla donde vivía, en el interior de Córdoba, sorprendido que ya no usaba más bastón, caminando por sí misma y con mucha fuerza. Evangelina estaba a unos metros y de lejos apenas movió la cabeza para saludar sin articular palabra, esa fue su despedida.
Cuando se fueron todos y quedé a solas, apareció Meimei y mentalmente dijo lo siguiente:
–David, aquí puedes ver un caso concreto de vampirismo energético, que viene desde hace muchos años. Una se nutre de las energías de la otra, es decir, Evangelina le absorbe las fuerzas a Adela y ella se complace. Conviven juntas y están permanentemente en sintonía. La simbiosis mental fueron los hilos que no se pudo cortar.
–Meimei –dije sorprendido–, noté que había un lazo intacto, pero nunca pensé que era de una persona encarnada “o viva”, a otra igual.
Buscaba algún espíritu obsesor que la perseguía.
–Esto no deja de ser una obsesión de encarnado a encarnado –contestó Meimei–, pero no se las puede separar ya que no lo desean. Evangelina vive como un “parásito” pegada a Adela, se alimenta de ella y a su vez, Adela se complace, son conscientes de esto debido a que tienen conocimientos espirituales y ya recurrieron a varias personas diciendo que les hicieron “un trabajo”. Sólo que a ti te mintieron, porque apenas se recompone Adela, vuelven a lo mismo, hay muchas más personas en éstos estados de lo que supones, en distintos grados.
Meimei no entró en mayores detalles, pero me di cuenta de la convivencia que tenían y no salía de mi asombro, no por la relación que tenían ya que había visto muchos casos así y merecen todo nuestro respeto y cariño, sino porque una vez que se recuperaba volvía a caer en lo mismo y era un círculo vicioso que venía de muchísimos años atrás. Ahí me di cuenta del porqué Evangelina se la veía con tantas fuerzas y energías y el odio con que nos miraba, mientras que Adela había llegado con un bastón, ya que casi no podía caminar, es más, la habían traído en silla de ruedas este amigo la primera vez, por lo que para mí esto era increíble de la manera que se había recuperado, sin bastón y fortalecida.
También ahora me explicaba que no tenía un diagnóstico clínico, no obstante, con el tiempo y al bajarle las defensas orgánicas, cualquier enfermedad se podría instalar en ella y la otra posibilidad, era que los fluidos nefastos y oscuros de Evangelina, a través de las moléculas y células que pasaban por el campo peri espiritual, se “condensaran” en el organismo físico, produciendo cualquier tipo de enfermedad, y ahora visible mediante alguna radiografía, tomografía o lo que sea. Esta situación la veía a diario, lógico que en diferentes niveles e intensidades, incluso dentro de una misma familia.
–Meimei –dije desconcertado–, tengo que decirle a este amigo que le advierta sobre lo que ocurre.
–Las dos son conscientes de esto –contestó–, pero supongamos que quiera salir del estado en que se encuentra, no sería posible desligarlas, por lo que debes avisarle a tu amigo que no podremos hacer más por ella, ya que de aquí a un tiempo, cuando se desgaste nuevamente, querrá venir y será un círculo vicioso, debido a que todos estos desarreglos que se encuentran por el momento en su aura o peri espíritu, es decir, el cuerpo del espíritu, pasará a su organismo físico.
–Antes de proseguir con este tema –pregunté–, ¿qué diferencia hay entre aura y peri espíritu?
–El peri espíritu es el cuerpo del propio espíritu para hacerse reconocible, es el que le da la “forma” tanto en el plano espiritual entre los propios espíritus, como cuando se materializa o se lo percibe mentalmente, caso contrario sería como una “chispa sin forma definida”, que es el del propio espíritu. Ya dimos el ejemplo de una lamparita de luz.
Los filamentos producen la “chispa”, que es el espíritu, y el contorno formado por vidrio, es lo que le da la forma, que por lo general es la de su última encarnación. A su vez y como ya habías escrito, sirve para que las moléculas y células se aglutinen a fin de dar forma al cuerpo físico al renacer, es decir, que también es el molde preexistente junto al mapa genético o genoma humano del cuerpo físico, por lo que éste último es efecto y no causa. La mente, como la parte emocional, generan una emanación y a su vez la expansión fluídica del peri espíritu, que es una de sus propiedades, formando el aura, “el campo psíquico o atmosférico” de la persona, de manera ovalada a su alrededor, por lo que puede causar rechazo o simpatía con sólo acercarse al “campo” de otra persona, ya que los fluidos se “inter penetran” y por ley de afinidad se atraen o repelen, y esto último ya es también una ley de la física: atracción y repulsión de los fluidos.
Me encantó la simplicidad con que transmitía las lecciones y continué con el tema que había interrumpido.
–¿Por qué no pueden desligarla, Meimei? Discúlpame que desvié el asunto que tratábamos.
–Está muy bien David, no has interrumpido. Mucha gente se pregunta esto mismo y aprovechamos para aclarar este punto. Ahora sí, continuando con lo que me preguntaste, esta simbiosis mental y la vida que lleva Evangelina como parásito sobre Adela, viene de hace muchos años, casi de toda la vida y están tan arraigadas una con la otra, que separarlas provocaría el desencarne de Adela, que es la más débil. Es lo mismo que una plantita, al principio puedes sacarla despacito y trasplantarla a otra maceta, pero si tiras de golpe, la raíz se cortaría y moriría.
Aquí pasa lo mismo ya que transcurrió demasiado tiempo, y las dos se complacen a pesar del daño que sufre Adela, que en este caso su organismo físico es el más débil y los fluidos de una ya están “enraizados” y consolidados en la otra–, contestó Meimei.
Viendo mi asombro, prosiguió:
–Estas uniones y dependencias ocurren más de lo que supones, claro que en diferentes grados. Se ven en parejas que están años enteros haciéndose daño una a la otra, con dependencia crónica, incapaces de vivir una vida más feliz, porque ya “se acostumbraron” y “no pueden separarse”. Lo que para los demás no es algo normal, para ellos sí, justamente porque entraron en la rutina de gritos, peleas y discusiones, pareciendo que “se nutren” de esta manera, cuando en realidad envenenan el organismo físico y psíquico, oscureciendo sus células con impredecibles consecuencias a corto y mediano plazo. También sucede en ámbitos familiares cuando alguno de sus hijos vive “apegado” a uno de sus progenitores de manera enfermiza con reciprocidad de ambos lados, aterrorizados de que algo le pudiera pasar al otro.
Deben saber que el destino de todos es la felicidad y la paz, independientes por dentro, pero “acostumbrarse” a estos comportamientos alienantes, van degenerando las células orgánicas como dijimos, hasta que esta “causa” produzca su “efecto” en algún órgano del cuerpo físico. El odio produce cánceres y tumores, ya que no son otra cosa que células que se han oscurecido con el tiempo y aquí no hablamos de karmas. Debemos desapegarnos por dentro, David, la vida en la Tierra es efímera, pasajera, por lo que cuando partan de allí, llevarán todas las virtudes conquistadas pero también los defectos. Vemos muchísimas personas que al fallecer, continúan llorando en espíritu junto a sus seres queridos, ya que estos continúan reteniéndolos mentalmente, y de esta manera no los dejan ser libres, felices, desligarse para continuar aprendiendo en alguna colonia espiritual. Y al que partió, le faltan las fuerzas de la oración para poder salir de estos estados e independizarse.
En el caso contrario, hemos visto personas al punto del suicidio, debido a que un padre o una madre fallecidos y encontrándose desencarnados al lado del hijo o la hija, en su ignorancia y egoísmo, les piden mentalmente que dejen su cuerpo físico a través del crimen del suicidio para poder continuar juntos. Pero lo que no saben, es que el suicida, luego del desenlace fatal, continúa ligado a su cuerpo físico por el tiempo que le faltó vivir en la Tierra a través del cordón de plata o fluídico, sintiendo todas las sensaciones de descomposición de su organismo, como también la invasión de los gusanos, por lo que es una tortura.
Luego reencarnarán con lesiones en donde se produjo el crimen, es decir, si fue con un tiro en el corazón, nacerán con problemas congénitos en esa zona cardíaca por el tiempo que le faltó vivir para que su peri espíritu se recupere, ya que como “molde” del organismo fue lesionado allí mismo y necesitará un tiempo recomponerse para que nuevamente las células y átomos se vuelvan a aglutinar sin esa herida, en la propia “matriz” del organismo físico; si fue un tiro en la sien, repercutirá peri espiritualmente en el sistema nervioso, donde las células tampoco podrán aglutinarse de momento y nacerá con limitaciones mentales y así por delante.
Luego volverá al plano espiritual para reprogramar otra existencia con un peri espíritu sin lesiones y por lo tanto el cuerpo físico sano, ya que el peri espíritu o Modelo Organizador Biológico es el molde donde se aglutinan las moléculas que lo irá a formar, ahora sin las heridas causadas de forma violenta por ella misma, pasando por un examen igual o parecido, ya que las pruebas no se anulan, apenas se postergan, sumado con el agravante también de todas las personas que hizo sufrir quitándose la vida y no pensaron en ellas debido a su egoísmo, ya que la ley de causa y efecto es inmutable. Entonces como verás, es una ilusión pensar que todo termina en el suicidio, tal como hablamos en el anterior libro. Hay que tener más fuerza y valentía para enfrentar los desafíos de la vida, que la cobardía de huir de ella quitándosela pensando equivocadamente que así todo termina y queda en la nada...
Oía todo atentamente, pensando cómo el velo de la ilusión era tan fuerte en estas personas.
–Así es –continuó Meimei–. Es una lástima ver lo que causan los apegos y estos comportamientos “parasitarios”, en donde se nutren de las energías nefastas, en vez de procurar la Paz de Jesús, con un desconocimiento total de sí mismos y la espiritualidad. Nos referimos también a los diferentes vicios. Los sociales, por ejemplo bebidas, cigarrillos o drogas, y cuando parten de la Tierra buscan a quien “acoplarse” potenciando el punto débil de esta persona, para saciar el vicio que no pudo superar mientras vivía en el mundo físico perpetuándose en el plano de los espíritus, y lo absorben a través de los vapores que emiten a través de los poros y del mismo humo de sus víctimas, por lo que la persona enviciada, momentáneamente sentirá que la bebida o el cigarrillo fue como si no lo hubiesen consumido y continuarán haciéndolo hasta caer exhaustas, viéndose personas que a pesar de arrastrar un carrito con oxígeno ya sea por una enfisema pulmonar, continúan sintiendo la necesidad de fumar nuevamente.
Se ven los comas alcohólicos, especialmente los fines de semana entre los jóvenes. En estos casos, la necesidad es de los dos: del espíritu desencarnado pegado a la persona que se complace, y de ésta última ya que “le da lugar”, por más que se queje, caso contrario dijimos que si la persona reacciona y rechaza todo esto a través de la oración, habrá incompatibilidad vibratoria y se “desprenderá” de la parasitosis que sufre. Recuerda cuando hablaste con el grupo y dijiste que el espiritismo es la ciencia que estudia el mundo espiritual o de los espíritus y el material o de los Hombres, la relación entre ambos y que hay una influencia permanente en los pensamientos de unos sobre los otros. Todos somos emisores y receptores, viviendo en un océano de ondas vibratorias, captando pensamientos y emociones que se sintonizan al nuestro, o al contrario, se rechazan al no haber afinidad.
–Querida amiga –pregunté–, en la codificación se habla de este tema y por eso la necesidad de estudiarlo seriamente.
–Sí, David –dijo Meimei–, más precisamente en “El Libro de los Espíritus”, Allan Kardec preguntó al Plano Superior, a través de numerosos médiums desconocidos entre unos y otros que caían en trance profundo, la siguiente pregunta que está en la número 459: “¿Influyen los espíritus en nuestros pensamientos y acciones?”, y los espíritus respondieron: “En este aspecto su influencia es mayor de lo que creéis, porque a menudo son ellos quienes os dirigen”.
–Daría la sensación que somos manejados como robots –dije–.
–Analiza, David –contestó Meimei–. En éste momento te estoy sugiriendo ideas, tú las escribes con tu propio vocabulario y además estás familiarizado con todo lo que estamos dialogando. Pero tienes el libre albedrío de rechazarlo, incluso de no escribir y yo me retiraría respetando tu decisión. En el caso de espíritus atrasados, ellos no respetan el libre albedrío y quieren forzar los pensamientos ajenos con lo que desean. Pero aquí sería lo mismo, la persona puede aceptarlas o rechazarlas. La que fuma, si quiere liberarse podría pedir a través de la oración fuerzas para dejar este vicio que mata tanta gente o las deja con una calidad de vida lamentable, y enseguida recibirá ayuda de su guía espiritual o ángel de la guarda, pero es ella quien debe hacer el esfuerzo, porque nosotros respetamos su decisión.
Recuerda que la Tierra es una Escuela, y si intervendríamos permanentemente, haríamos un daño a la persona que queremos, porque el crecer interiormente hará que en el futuro podamos estar con ella en los mismos planos y la felicidad será inmensa con conquistas bien merecidas. El esfuerzo es personal, individual e intransferible, ¿entiendes?
La miré extasiado y no quería que se diera cuenta, pero su sonrisa angelical me envolvió de emoción.
–Entiendo –respondí–, y le voy a explicar al grupo todo esto porque realmente quedé sorprendido.
–Sucede casi permanentemente y por supuesto que hay diferentes niveles –dijo–, por eso debemos desapegarnos por dentro, ser independientes, no quiere decir distantes ni fríos, sabiendo que somos espíritus inmortales y la Tierra es una Escuela transitoria llena de ilusiones que desvían de los verdaderos valores que precisa el espíritu para crecer, no porque la Tierra lo provoque, sino porque sus habitantes están en esta posición atrasada y por lo tanto ellos inventan cosas para desviarse de los valores inmortales del espíritu. Recién hablamos de los vicios sociales, pero están los del alma. Personas violentas, por ejemplo. Como mujer, veo esposas que son castigadas por sus maridos físicamente, sin hablar de la parte psicológica, o parejas que en la convivencia las maltratan de una forma terrible y luego de soportar mucho y hasta quedar hospitalizadas, hacen la denuncia, pero llegado el día que van a tribunales, levantan la acusación con las excusas más torpes, como haberse caído por las escaleras, la más común. Aquí hay una dependencia recíproca.
A esto le llamamos “parasitosis”, una se acostumbra a la otra por el período de tiempo que sea, es una obsesión de encarnado a encarnado, puede ser corto, mediano o largo, toda la vida e incluso perpetuarse más allá de la tumba, y a esto se suma la absorción de energías que son grandísimas, provocando enfermedades sin diagnóstico clínico hasta un determinado tiempo, ya que luego las energías que se sitúan en el campo áurico, pasan por el peri espíritu a los centros de fuerzas o “chakras” y recién entonces se materializa en el organismo físico, siendo esto último efecto y no causa. Desde aquí se ve que la esposa lo quiere al marido, en una relación enfermiza y simbiótica y éste la golpea y ella lo justifica.
David, ¡vemos tantas justificaciones absurdas que denigra al ser humano! Por supuesto que se ven mujeres que castigan a sus maridos, ya sea con ataques psicológicos, gritos y la mayoría de las veces con manipulaciones de dejar o no ver a sus hijitos sin pensar en ellos; intrigas, rumores falsos y lo más grave es que el marido o la pareja lo saben, pero “se acostumbraron”. Cuando se cultiva el hábito de la oración y la tarea de vibraciones, se cambia la compañía espiritual, como ya hablamos, y por lo tanto la persona que lo realiza comienza a tornarse consciente de que es un espíritu en un cuerpo prestado transitoriamente, apartando a las entidades ignorantes que causan tantas discusiones y peleas por ley de afinidad y sintonía, porque la mayoría dice que no le gusta, que busca la “tranquilidad”, pero como es un estado interior y no exterior, tampoco quieren reformarse ni tomarse una vez a la semana el trabajo de corazón para comulgar con Jesús en la tarea que hablamos y mucho menos la preparación nocturna.
–En el sexo desenfrenado ocurre otro tanto –continuó–, lo hablamos en profundidad anteriormente. Cuando no hay un amor verdadero, respeto mutuo y sí apenas una atracción carnal, por lo general uno de ellos es el que se nutre de las energías sexuales, absorbiendo y desgastando a la otra persona, llegando a estados fisiológicos lamentables en el transcurso del tiempo. Por lo general, la que “absorbe”, deja a la otra persona extenuada, débil, sin fuerzas, con el sistema inmune bajo por no tener altas las defensas orgánicas debido al desgaste energético, produciendo una falta de lucidez mental en el transcurso del tiempo debido a la idea fija de imágenes deprimentes. Esta parasitosis es tan común, que puede llevar a la locura por la desesperación e infelicidad que provoca cuando la persona se encuentra a solas, pero rodeada de entidades enloquecidas en el sexo desenfrenado que precisan más de éstas energías sensuales e irradian pensamientos que son “captados” por la mente enferma.
De ahí es que se produce el bloqueo mental con los años, tal como te había explicado, existiendo en la actualidad clínicas para los adictos a estas emociones extremas. Porque aquí no hablamos de un equilibrio normal y con el amor necesario, sano, que nos haría crecer en pareja.
Aprovechando este tema que tanto veíamos en nuestras tareas de fluido terapia, pregunté:
–Meimei, en el caso de las enfermedades sin diagnósticos clínicos debido a que no se reflejan en los estudios médicos las sensaciones que sufren las personas, ¿qué sucede?
–Ya atendieron varias personas así –contestó–, lo que no quiere decir que todas las causas sean las mismas que voy a comentarte. En una ocasión, si recuerdas bien, vino un joven con problemas en las piernas para caminar, casi las arrastraba e incluso se le iban formando várices.
–Sí –dije–, ahora lo recuerdo.
–Bien –respondió–, este caso es muy común cuando se ha llevado una vida de apegos, dependencias mentales y emocionales al extremo.
Este joven, hijo único en éste caso, aunque debo aclarar que pueden darse en familias con hijos numerosos por lo que una cosa no implica la otra, y quiero dejarlo bien aclarado, dependía mentalmente de la madre, quien a su vez estaba gravemente enferma pero además arrastraba sus piernas al caminar debido a la hinchazón y las várices que tenía, además de la retención de líquido. Al desencarnar y sintiéndose “cómoda” al lado del hijo, quien la sentía complaciéndose durante años de esta manera, sin orar para que su madre pudiese liberarse y partir en paz, generó que los fluidos de ella pasaran poco a poco por absorción a través del campo áurico, hacia su propio peri espíritu o modelo organizador biológico y luego repercutió sobre el organismo físico, debido a que la madre continuaba con los mismos síntomas en las piernas, tal como los sentía en la Tierra, materializada mentalmente con lo terrenal sin cultivar las del alma, pasando los años sin saber que ya no estaba con un cuerpo físico, aturdida y pegada como parásito junto a su hijo, quien a su vez y como dijimos, tampoco hacía nada ni cultivaba el hábito de orar para salir de esta simbiosis enfermiza.
Fue así que poco a poco, estos fluidos provocaron las mismas molestias que tenía la madre al hijo, pasando de un campo áurico a otro que lo absorbía, es decir, de un “transmisor a un receptor”. Por eso este joven tenía los mismos síntomas de su mamá, arrastraba las piernas y las várices comenzaron a aparecer como reflejo de esta absorción. Al desaparecer la “causa”, cesó el “efecto”, y como ustedes le explicaron la tarea de vibraciones, junto a la preparación nocturna pidiendo a su ángel de la guarda para que llevara a su madre a un hospital espiritual a fin de ser tratada y comprendiendo lo que sucedía, en poco tiempo ella también entendió que estaba perjudicando en vez de ayudar, por lo que fue auxiliada a su vez por su propio guía espiritual que respetaba el libre albedrío esperando que despertara de semejante ilusión, y luego el joven comenzó a reponerse, desapareciendo las várices, la hinchazón y caminando normalmente de manera “milagrosa” para los demás.
A esto lo llamamos “enfermedades simuladas”. Como ves, David, no existen los milagros, todo efecto tiene su causa y todo efecto inteligente, a su vez posee una causa inteligente, es un axioma de la que parte la doctrina espírita, al igual que otras ciencias y justamente el objetivo de la Codificación Espiritista es explicar las leyes del mundo espiritual y cómo influyen en las personas...
Extracto de Allan Kardec. Entre la Tierra y las Estrellas
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