La Humanidad, el Centro Místico de todos los Reinos.

V.B. Anglada


Tal como hemos venido diciendo en páginas anteriores, el Reino humano, el Cuarto dentro de la evolución espiritual de la Tierra, es el Centro de la vida planetaria, debido precisamente al número CUATRO que le distingue, personifica y cualifica en orden a la evolución de la Naturaleza entera. Tal como decía un Maestro de la Jerarquía en el pasado siglo a un grupo de discípulos: “La Cadena infinita de la Luz y de los Conocedores pasa por el Reino humano, como la circulación de la sangre pasa por el corazón”. La descripción no puede ser más afirmativa ni más categórica.

La función del CUARTO Reino, el reino humano, es tremendamente importante debido a la posición que ocupa dentro de un esquema septenario de evolución universal y cabe preguntarse, después de analizar críticamente la obra del hombre aquí en la Tierra, si el ser humano ha respondido plenamente a las exigencias kármicas de su especial cometido como eje de evolución de los Reinos y, en caso contrario, determinar cuales han sido las causas de su aparente fracaso. Bien, no hay que argumentar demasiado sobre tales extremos, teniendo en cuenta el grado de evolución de los seres humanos en la presente Cuarta Ronda y sus dificultades por mantenerse dignamente en el centro de la evolución planetaria, siguiendo el imperativo del CUARTO Rayo que cualifica al CUARTO Reino y debe llevarle a la Luz de la Revelación y de la integración espiritual por medio de las crisis y las tensiones psicológicas que surgen inevitablemente del conflicto de la separatividad, del egoísmo del yo y del apego a las cosas materiales.

El Reino humano, la humanidad en su conjunto, está evolucionando por fases, por grados o niveles de integración espiritual y la esperanza de la evolución y del cumplimiento planetario se halla depositada actualmente en los discípulos mundiales, los cuales constituyen CUATRO grandes grupos, conectado cada uno con una jerarquía específica de Devas AGNISHVATTAS. Veamos:

a. Discípulos en observación o probación.

b. Discípulos aceptados (por haber pasado con éxito las pruebas exigidas).

c. Discípulos en el Corazón del Maestro (a los que se prepara para Iniciación).

d. Discípulos Iniciados (que van de la primera a la tercera Iniciación).


Cada uno de estos CUATRO grupos, se dé o no se dé cuenta de ello, se halla espiritualmente vinculado con la evolución de los CUATRO primeros Reinos de la Naturaleza:

a. Los Discípulos Iniciados se hallan especialmente vinculados con la evolución de los seres humanos de cierto grado de integración espiritual.

b. Los Discípulos en el Corazón del Maestro colaboran en la obra de introducir la luz de la conciencia en los seres humanos de escasa evolución espiritual y en las unidades superiores de vida animal, o especies más evolucionadas de este Reino.

c. Los Discípulos Aceptados realizan una idéntica actividad sobre las unidades de vida del Reino animal menos evolucionadas.

d. Los Discípulos en Probación perfeccionan, a través de las disciplinas físicas de sus vidas, las actividades de los Reinos vegetal y mineral.

La obra de los Señores del Karma en la vida de la Naturaleza halla a través de estos cuatro grupos y la correspondiente hueste de Devas afines, unos puntos de contacto para poder influir en la vida de los Reinos. No es necesario advertir que cada uno de los grupos de Discípulos es un centro de inspiración para todos los seres humanos los cuales, en determinadas fases o períodos de sus vidas, deberán convertirse a su vez en discípulos en una u otra de las clasificaciones antes descritas.

Ahora bien, el propósito del Señor del Mundo a través de la Jerarquía incide en la vida de la humanidad, produciendo un despertar gradual de la conciencia humana. Esta conciencia, como Uds. saben, repite en su vida evolutiva los tres aspectos universales de Vida, Cualidad y Apariencia a través de su mente organizada, su naturaleza astral y su cuerpo físico. Así la mente humana deberá ser consciente un día del Centro místico de SHAMBALLA; la naturaleza astral se convertirá a su vez en el Amor de la JERARQUÍA y el aspecto objetivo o corporal tendrá que reflejar también en tiempo y espacio la obra de la Divinidad reflejando perfectamente el Arquetipo de Belleza de la Creación. Es obvio comentar que en el desarrollo de esta triple actividad de la conciencia intervendrán tres tipos específicos de Devas: AGNISCHAITAS (plano físico), AGNISURYAS (plano astral) y AGNISHVATTAS (plano mental). La analogía, convenientemente interpretada nos llevará siempre a inevitables puntos de coincidencia.


* Los Tres Departamento de Trabajo de la Jerarquía y la Obra de los Devas.

Cada uno de los tres sectores de vida organizada del planeta en orden a la evolución de la humanidad, técnicamente definidos como vida material, cualidad emocional y mente organizada, persigue un Arquetipo de perfección. Tales son estos Arquetipos:

a. Vida Material. Deberá encarnar el Arquetipo de Belleza física y el equilibrio perfecto de las funciones orgánicas.

b. Cualidad Emocional. Deberá reflejar oportunamente el Arquetipo de Bondad, que es una expresión natural del Amor e indica desarrollo de la sensibilidad humana.

c. Mente Organizada. Capaz de captar el Arquetipo de Verdad que se halla presente en el devenir de cada cosa creada y se manifiesta como Luz e Inspiración.

La resolución humana de estos tres Arquetipos esenciales que llevan a la perfección, constituyen la obra particular de tres excelsas Entidades planetarias definidas esotéricamente: el MANÚ, el BODHISATTVA y el MAHACHOHÁN, cuyo trabajo en orden a la evolución planetaria se centraliza en tres esferas muy definidas de contacto:


a. El Departamento del MANÚ.

Esta excelsa Entidad planetaria tiene a su cargo la evolución y desarrollo de las Razas humanas conforme van apareciendo en la vida del planeta. Puede decirse así que cada Raza, con sus correspondientes siete subrazas, están a cargo de un MANÚ. Tiene bajo sus órdenes un considerable número de Devas AGNISCHAITAS, con la misión de preparar y construir en materia etérica el cuerpo físico de cada nueva subraza a la búsqueda del tipo racial que mejor corresponda a las intenciones y proyectos del MANÚ. Una vez que ÉSTE ha dado el visto bueno -si podemos decirlo así- a algún Arquetipo racial o subracial, se le materializa bajo forma física densa utilizando los correspondientes factores mendelianos más afines, es decir, a través de cuerpos físicos que de una u otra manera alcanzaron cierta perfección en belleza y atributos semejantes a aquellos mediante los cuales el MANÚ de una Raza trata de expresar una nueva forma física humana y un más noble carácter racial.

La actividad de los Devas raciales es semejante, aunque en una escala superior a la de los elementales que edad tras edad y ciclo tras ciclo construyen los cuerpos físicos de los seres humanos, sin embargo, su trabajo es eminentemente selectivo y deben construir nuevos compuestos moleculares más sutiles, a medida que avanza la evolución espiritual y el alma humana exige cuerpos físicos cada vez más refinados, complejos y mejor organizados. Desde el ángulo esotérico, los Devas raciales son mucho más evolucionados que los Devas constructores de los vehículos físicos de los seres humanos ya que, en orden al proceso general de la evolución humana, tienen asignada la tarea de construir los Arquetipos que constituyen la Meta de perfección para cada Raza y para cada subraza.

Estos Devas, AGNISCHAITAS, trabajan bajo las órdenes inmediatas del MANÚ de la Raza, siendo siete las Razas humanas que han de aparecer durante el proceso de evolución de un planeta y varios los MANÚS, o Señores raciales que, en la vida de la humanidad deberán dar cumplimiento al Plan general del Creador. Es obvio, también, que el destino de una Raza y la programación de sus naturales atributos, es una obra genuinamente espiritual cuyos planes y propósitos están en la mente de los MANÚS, siendo virtualmente Su cometido idear el Arquetipo final de una Raza y preparar a tal fin siete Arquetipos menores, los cuales vendrán a ser como peldaños de la Gran Escalera que conduce al esplendor definitivo de aquella Raza, con la expresión física que representa el Arquetipo racial plenamente constituido y desarrollado.

Es lógico pensar también, después de las afirmaciones anteriores, que habrá un grupo específico de Devas de alta evolución espiritual trabajando directamente bajo la dirección del MANÚ, cuyo trabajo consiste en preparar en materia etérica los diseños del Arquetipo racial tal como los planea el Señor de la Raza y siete los grupos de Devas constructores, asimismo muy evolucionados, que construyen en materia más densa, sólida o sustancial los diseños o bocetos que someten a su consideración los Devas que trabajan con los Arquetipos ideados por el MANÚ de la Raza.

Hay que reconocer asimismo que la obra de los Devas raciales en sus múltiples divisiones, se verá recompensada en cada nueva edad y en cada nuevo ciclo de vida por la experiencia vital del MANÚ y de los Devas de las Razas precedentes, cuya memoria permanente registrada en los éteres akáshicos permite corregir fallos, construir nuevos compuestos moleculares e imprimir más sensibilidad a las células corporales de los vehículos físicos anteriores, preparando así el luminoso camino del Arquetipo racial de la séptima subraza de la Séptima Raza que aparecerá sobre la Tierra representando en cuerpo físico y bajo apariencia objetiva la gracia, belleza y armonía de una suprema Decisión solar.


b. El Departamento del BODHISATTVA.

De la misma manera que el MANÚ de una Raza debe idear el Arquetipo racial o físico que le corresponde, así el BODHISATTVA, o Señor de las Almas Iluminadas, tal como se le describe en lenguaje místico, tiene la misión de infundir luz, amor y comprensión en las unidades de vida humana que constituyen el Cuarto Reino. Su trabajo, visto desde el ángulo esotérico, constituye el eje del proceso evolutivo pues debe desarrollar la simiente del Espíritu en todas las almas y dotarlas del impulso interno mediante el cual se elevarán gradualmente de la materia más densa al más elevado espíritu creador. Para lograr tal fin estimula la creación de todos los sistemas religiosos, educacionales y artísticos cuya finalidad sea el desenvolvimiento espiritual del alma humana y su acercamiento al Corazón de la Divinidad presente en todas y cada una de las cosas creadas.

El BODHISATTVA trabaja con diversas jerarquías de Ángeles AGNISURYAS con objeto de purificar los deseos materiales de los seres humanos y convertirlos en aspiración superior. Así, de la misma forma que el Señor MANÚ trabaja específicamente con los cuerpos físicos y etéricos de los hombres, el BODHISATTVA lo hace con sus vehículos emocionales, siendo el objetivo final de todo Su trabajo desarrollar en el corazón de la humanidad el principio básico del Amor, con sus inseparables aspectos de bondad, compasión y justicia. Se espera, al final de la presente Cuarta Ronda, que el principio crístico del Amor del cual es Custodio el Señor BODHISATTVA, esté tan desarrollado en una gran mayoría de la humanidad, que justifique la entrada en la vida del planeta de una nueva y más abundante Vida, símbolo de perfección humana y esperanza suprema de la Jerarquía espiritual de nuestro mundo.

Al igual que ocurre con la obra del Señor MANÚ, la tarea asignada al Señor BODHISATTVA mueve a la acción a siete categorías de Devas en los distintos subplanos del Plano astral, comandados por esplendentes Ángeles AGNISURYAS, teniendo como meta de sus actividades la dignificación del alma humana y el contacto espiritual con los excelsos y misteriosos Devas del Plano búdico, cuyas Vidas están llenas de Amor por todo lo creado y son los impulsores en la vida planetaria de la llama infinita de la Gran Fraternidad Cósmica, de la cual nuestro Logos Solar es uno de los grandes exponentes en virtud del Segundo Rayo de Amor que cualifica Su Vida radiante y del cual surgen Sus infinitas e indescriptibles creaciones.


c. El Departamento del MAHACHOHÁN.

Al Señor MAHACHOHÁN se le define también como El Señor de la Civilización y puede decirse que es la Entidad planetaria a cuyas órdenes trabaja mayor cantidad de Devas. Tiene a su cargo el desarrollo de la inteligencia en el alma humana y para llevar a cabo Sus planes y proyectos en orden a la total evolución de la humanidad, ejerce asimismo autoridad sobre los Departamentos mundiales de la Ciencia, del Arte, de las Religiones organizadas y del Aspecto Mágico de todo ritual, ceremonia o liturgia con objeto de conectar a los seres humanos con el Reino angélico y con su aspecto espiritual más trascendente.

A igual que el MANÚ y el BODHISATTVA, el MAHACHOHÁN ejerce poder sobre numerosísimas huestes y jerarquías dévicas realizando su evolución en uno u otro de los siete subplanos del Plano mental, en un intento supremo de realzar la inteligencia humana y elevarla a las cumbres del propósito espiritual más elevado, convertir al hombre en un perfecto Conocedor, en una semilla fértil dentro de los áridos desiertos del mundo, con capacidades despiertas para crear en los niveles mentales situaciones nuevas y más apropiadas para el desarrollo de la cultura de la Raza y la expresión sublime de un tipo de civilización que provea a las necesidades de evolución espiritual de todos los seres humanos. El trabajo específico de los Devas que trabajan bajo las órdenes del MAHACHOHÁN es dotar a las almas de los hombres de luz e inteligencia para que puedan captar el significado íntimo del Amor y desarrollar planes tendientes a hacerlo objetivo y revelador en el devenir de las relaciones sociales.

Los Ángeles AGNISHVATTAS de la mente superior, en multiplicidad de huestes, jerarquías y funciones, cooperan con el Señor de la Civilización en la obra de hacer comprensible el Plan de Dios en las mentes de los hombres. Sus actividades son increíblemente diversas, pues por la calidad de sus respectivas misiones han de introducir luz en todas las áreas de la vida organizada de la humanidad, estimulando el germen de la inteligencia latente en el cerebro de los seres humanos y acelerando el proceso de iluminación espiritual, con el consiguiente resultado del desarrollo de la mente y el gradual acercamiento al supremo Manantial de Luz de donde surge la energía que cualifica al aspecto inteligencia en la vida de todo lo creado.

Resulta evidente, pues, de acuerdo con todo cuanto acabamos de decir, que Devas de todas las jerarquías dentro de los tres grupos principales que trabajan en estrecho contacto con la humanidad, es decir, de los AGNISCHAITAS, los AGNISURYAS y los AGNISHVATTAS, actúan conjuntada y muy estrechamente para producir el HOMBRE NUEVO al cual hizo referencia el Iniciado Pablo de Tarso. Las leyes infinitas de la evolución gravitando sobre todo lo creado, y muy especialmente sobre la humanidad, han hecho posible el acercamiento dévico al mundo de los hombres. Las incontables legiones de Devas de distinta evolución, especialidad, hueste o jerarquía, han dotado a la Naturaleza de todos sus maravillosos encantos.

Sin embargo, la obra más bella e infinitamente más importante dentro de la evolución cíclica de los Reinos, la Humanidad, se halla todavía en sus primeras fases de desarrollo espiritual y los Arquetipos de Verdad, Bondad y Belleza, que deben ser revelados en virtud del trabajo particular de los Grandes Señores Planetarios, el MANÚ, el BODHISATTVA y el MAHACHOHÁN, están todavía en proceso de estructuración. Según se nos dice ocultamente los Ojos del Logos Solar están fijos sobre la Tierra, ya que debido al lugar que el esquema terrestre ocupa dentro del Sistema universal, es muy importante que este pequeño planeta en donde vivimos, nos movemos y tenemos el ser, se alinee definidamente con los Planes del Gran Señor Solar y aprenda la trascendente lección del acercamiento cósmico, cuyo recuerdo intuitivo se halla oculto en el corazón de todo ser humano y constituye el anclaje perenne de la Vida de Dios en la vida mística de la humanidad.



Vicente Beltran Anglada
CONVERSACIONES ESOTERICAS

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