Reunión de vibraciones.
Varios/Otros
A la hora señalada, comenzó la reunión. Abrieron un librito al azar, cuya lectura cayó como un bálsamo de paz. Decía que cuando comenzamos a incursionar en el país de nuestra propia alma, para un crecimiento interior, nos encontraremos con incomprensiones y burlas de aquellos que aún siguen dormidos en sus consciencias, no obstante, debemos perseverar comprendiéndolos antes que nos comprendan. Intuí que no fue al azar y los comentarios que realizaban las personas de la mesa, ampliaban aún más mi entendimiento. También explicaron que esta parte de la tarea, se llamaba “preparación de ambiente”, para que haya armonía y podamos fortalecernos con las vibraciones que se iban formando, saturadas también por medio de los espíritus presentes. Nos advirtieron a todos, dejar los problemas y preocupaciones de la puerta para afuera, creando de esta manera, una atmósfera compatible para sintonizarnos con el Plano Superior.
Luego otra persona haría lo que llamaban “oración de apertura”.
Esto me extrañó mucho. Aún arraigado a los viejos paradigmas del pasado, pensaba que iría a pronunciar un rezo conocido y todos lo iríamos a repetir en coro. No obstante, mi abu pidió a los presentes que lo acompañáramos con nuestra mente y corazón en silencio. Percibía que en pocas palabras, pronunciadas con tanto amor, esta persona realmente sentía profundamente lo que decía, y en su simplicidad, oró de la siguiente manera:
“Maestro Jesús, nos prometiste que cuando dos o más personas se reúnan en Tu nombre, también estarías en medio de ellas. Hoy nos encontramos, encarnados y desencarnados, unidos alrededor de Ti. Gracias por la oportunidad de servir, y de esta manera te pedimos permiso para comenzar la tarea”.
Sentí que el ambiente se iluminaba. Mi abu pareció presentir mi asombro y sin mirarme, apenas aclaró a los presentes:
–Una cosa es rezar, decir algo que nos enseñaron de memoria, en la cual no se diferencia de una poesía memorizada ni una hipótesis matemática y otra diferente es la oración, en donde utilizamos nuestros corazones y mente. Es una invocación a las fuerzas Celestiales, emitiendo ondas vibratorias que no se pierden en la nada, pues esta no existe. Las oraciones pronunciadas y realizadas con sentimiento, emiten ondas que son receptadas y vuelven nuevamente al emisor en forma de energías luminosas para fortalecer, dar ánimos y esperanzas, no sólo al que lo pronunció, como también a todo su alrededor. Cultivemos este hábito en nuestro hogar, y beneficiaremos aún a aquellos que por el momento no nos comprenden.
“Oía asombrado estos conceptos, no era el único que pensaba como ella. Las personas tienen una idea equivocada de la diferencia entre rezar y orar, por los rituales exteriores y fórmulas memorizadas que nos inculcaron en los distintos templos. Muchas veces, en la sinagoga, sentía que era un trámite más, por la frialdad del ambiente, queriendo impresionar con rituales exteriores y movimientos absurdos a los presentes”.
“Pero aquí me encontraba, aprendiendo y sintiendo la simplicidad del amor que brotaba desde lo más Alto, como respondiendo al humilde pedido de todos los corazones allí presentes. Desde hacía mucho tiempo no sentía tanta paz y una serenidad inexplicable, más aún con todas aquellas personas que no conocía, pero que nos sentíamos identificados con sólo una mirada. ¡Qué sensación hermosa! Parecía como si realmente el Cristo, a través de sus mensajeros espirituales, estuviera allí presente, en medio de todos nosotros”.
“Luego, otra persona abrió un libro leyendo una parábola y a continuación la explicación del mismo en “Instrucciones de los Espíritus”, seguido por comentarios de los demás componentes de la mesa. Oía sorprendido la forma racional de las mismas, ¡esto era lo que siempre había querido saber! ¿Qué libro sería el que estaban leyendo, con tanta lógica y sentido común, adaptado a nuestros días? ¿Qué codificación, dictado por los Espíritus Superiores, llegaba hasta lo más profundo de mi alma?
¿Cuál sería el título de este compendio que abría mi mente contestando lo que siempre estuve procurando?”.
“No era la Biblia, ya la había leído numerosas veces sin entender nada. Me parecía un conjunto de absurdos, simplemente porque no había explicaciones lógicas y menos aún relacionándolos con las leyes que estaba aprendiendo y como se encadenaban perfectamente. Intuía que aquel libro sería la clave para despejar todas mis dudas al respecto y que las enseñanzas de Jesús habían sido desvirtuadas con el tiempo, pero lo que era peor aún, modificadas y hasta cambiadas. Esto hacía con que mi admiración por Aquel ser tan extraordinario, fuera creciendo cada vez más. ¿Qué Ser tan misterioso, con sólo tres años de ejemplificación de Sus enseñanzas, desde los treinta hasta los treinta y tres años de edad, consiguió marcar y dividir a la humanidad en dos eras? “Antes de El y después de El”. ¡En sólo tres años! ¿Quién sería? ¿El mismo Dios o un mensajero de El?”.
Luego de las lecturas, apagaron todas las luces. Mi abu explicó que no era nada raro, lo hacían por simples razones. Para facilitar la concentración; aceleración de la glándula pineal a fin de favorecer la emisión de mayor energía; muchos de los presentes emanaban ectoplasma(*) que los espíritus lo utilizaban para modificar en los vasitos con agua, las moléculas del líquido de la vida, en radiaciones de luz, aclarando racionalmente que obedece a las leyes de la física espiritual, como conductora de electricidad que es, para fortalecer el cuerpo físico y espiritual de cada uno y que el término, “agua bendita”, no es algo que se consigue en determinados templos por procesos místicos que el fiel no entiende.
Nadie está privado de poner a la noche en su mesita de luz un vaso con agua, pidiendo con fe para que sea magnetizado.
(*) (Nota aclaratoria). Materia plástica fluídica, emanada a través del cuerpo físico y etéreo, que combinada con los fluidos espirituales sirven para los trabajos de ayudas curativas, como también para los fenómenos de efectos físicos y materializaciones. Siendo que esto último no se busca en dichas reuniones. La asistencia a estos trabajos, no dispensa de ninguna manera los tratamientos médicos ni los reemplaza en absoluto.
–El ectoplasma, continuó, puede sufrir variaciones ya que es sensible a la luz, de la misma manera que los negativos de un rollo fotográfico pueden ser velados por la misma.
Habiendo explicado esta simple pero valiosa enseñanza, pidió que cada uno pensara en lo mejor que pudiera, emitiendo, de esta manera, vibraciones saludables. Cada persona podía pensar en algo que le agradaba:
En mucha luz; un paisaje de la naturaleza; en ríos; montañas; o cualquier cosa que favoreciera a emitir energías positivas, como aquel que quisiera mentalizar la figura del Cristo con mucho brillo, y nunca ensangrentado. Me gustó, ya que no imponía nada.
Primero comenzó a enumerar las oraciones “colectivas”, para aliviar dolores en los hospitales a los enfermos; por aquellos que estaban a punto del suicidio y la locura, envolviéndolos en vibraciones de esperanza; por la paz en el mundo, etc.
Segundo, las vibraciones a distancia para las personas que necesitaban con urgencia y no podían asistir, ya sea por enfermedades u otro tipo de impedimentos, envolviendo a cada uno en vibraciones de equilibrio, paz y salud. Estas personas sabían de antemano y estaban en aquellos momentos sintonizadas mentalmente al grupo, también con sus vasitos de agua.
En tercer lugar, por los hogares de cada uno de nosotros, para envolverlos en vibraciones coloridas y de armonía, especialmente a todos los que allí vivían, crean o no.
En cuarto lugar, pidió al plano espiritual por cada uno de los que estábamos presentes, enumerándolos por el nombre y pidiendo que nos envolvieran en las vibraciones que ella intuía que necesitábamos: a algunos de coraje, a otros de fe, y así sucesivamente. Me llamó la atención, en este punto, que se acordara los nombres de todos y los dijera por la misma ubicación en que estábamos sentados. Finalmente pidió al Cristo por los vasitos de agua, para que los amigos Celestiales los fluidificaran en Su nombre, con energías de salud para el cuerpo físico y el alma.
Al finalizar las vibraciones, solicitaron que sigamos en oración para facilitar un intercambio espiritual a través de mi abu. La curiosidad fue creciendo y abrí los ojos para ver si cambiaba la cara, golpeaba la mesa o acontecía alguna cosa rara, ya que desconocía su proceso. Nada de eso sucedía. Simplemente vi aquel espíritu joven y simpático de unos momentos atrás que se acercaba suavemente a ella, con mucha sintonía y felicidad, pidiéndole permiso para transmitir por su intermedio. Su campo energético se unía al de ella, emitiendo sus pensamientos. A este proceso lo llamaban de incorporación y a su modalidad, de “psicofonía”.
Saludó a todos, alentándonos a no desistir de nuestra reforma íntima y persistir en vencer nuestras tendencias negativas, para poder ayudar a nuestros semejantes que aún duermen en la inconsciencia, advirtiéndonos que nadie puede dar lo que no posee, por eso la necesidad de ir cambiando los pensamientos y actitudes, además de que nadie debería lucrar con las facultades que posean, y una hora a la semana, donándose a si mismo, tiene mucho más valor que asistir todos los días a los diferentes tipos de reuniones o trabajos de ayuda, descuidando lo primero y mas importante: nuestro propio hogar y el trabajo para la necesaria sustentación. Luego les habló a diferentes personas para orientarlas y animarlas a no decaer. Finalmente se dirigió a mi en esto términos:
–David, debes comenzar a estudiar sobre las diferentes mediumnidades que tienes y no dudar tanto. Debemos advertirte, también, que no puedes escribir en cualquier momento que un espíritu se te presenta, ¿oíste bien? Debe haber una disciplina para que no caigas en el engaño a través de la obsesión y mistificación. Elige uno o dos días a la semana, siempre cumpliendo estos horarios rigurosamente. Previamente lee “El Evangelio según el Espiritismo”, codificado por Allan Kardec, es el libro que estuvieron leyendo y que tanto te preguntabas por su título. Analiza lo leído y haz una oración para recibir el concurso y protección de los benefactores espirituales, para luego escribir en un cuaderno. Esta facultad se llama “psicografía”, y tiene diferentes modalidades. Los demás días, debes rechazar el pedido de espíritus que desean escribir por tu intermedio, explicándoles que no es posible, salvo en aquellos pactados previamente y si el plano superior lo permite.
Los espíritus no son seres especiales, si no las almas, ahora llamadas espíritus, de los que vivieron en la tierra y por lo tanto, están los bien intencionados, como aquellos burlones. No creas que por ser espíritus son sabios. Lee en “El Libro de los Espíritus”, codificado por Allan Kardec, ítem 96: “Diferentes órdenes de Espíritus” y de allí en adelante, principalmente: “Escala espiritista”, ítem 100, en donde hay una clasificación de los diferentes grados de adelanto de los espíritus. Esto te servirá para una guía preliminar.
Sin embargo, como muchas veces quieren engañar para fomentar el orgullo a través de halagos y firmando con nombres venerables, como el mismo Cristo, debes aprender a reconocerlos por sus fluidos. Un espíritu adelantado, siempre irradiará energías de amor que las sentirás y por el contrario, si quieren perjudicarte, aún que te elogien, cosa que evitamos hacerlo, los reconocerás por sus emanaciones pesadas, y muchas veces podrás sentir un malestar físico y una sensación “pegajosa” de su peri espíritu sobre el tuyo.
Finalmente se despidió de todos y un señor de la mesa pronunció la “oración del cierre final de los trabajos”, con mucho amor y agradecimiento a los mensajeros espirituales que nos habían asistido en nombre del Cristo.
Después prendieron las luces, cada uno tomó su vasito con agua y mi abu explicó que este trabajo lo podemos y debemos hacer cada uno en su casa, para oxigenar el hogar con mucha luz y paz, escogiendo siempre un día a la semana y el mismo horario, propiciando de este modo la asistencia espiritual amiga. También que no es necesario que dure tanto tiempo, ya que en las vibraciones u oraciones, podemos pedir por el mundo, parientes, amigos, familiares y el mismo hogar y sus componentes, cosa que no lleva más de 20 minutos y de resultados sorprendentes.
Algunos de los presentes lo llamaban “Evangelio en el Hogar”, pero difería mucho de lo que se nos había enseñado desde pequeños en los distintos templos, por eso el cambio de nombre a “vibraciones”, para evitar el rechazo de algunos componentes de la familia. Sería lo mismo pero con otro título.
Sonreía ante sus palabras, ya que a mi mismo me producía un rechazo al principio. A partir de aquel momento, me propuse hacer esta tarea una vez a la semana, estudiando “El Evangelio según el Espiritismo” y desarrollar la psicografía.
“Mi abu advirtió, con énfasis, que no son sesiones mediúmnicas en el hogar, y ese paso debe ser salteado, dejándolo para reuniones como las que se hacían allí y con médiums experimentados y preparados en la mesa. Lo repetía una y otra vez para que no quede ningún lugar a dudas”. Luego que todos se retiraron, quedé a solas con ella. Me miró seriamente y dijo:
–David, ya sabes cual es tu tarea, no hace falta que la repita.
–Abu, voy hacer el entrenamiento y ver donde consigo el libro que leyeron hoy, pero, ¿si no soy espírita? –dije.
–¿Eres cristiano?
–Sí, descubrí la diferencia entre ser católico, apostólico, romano y cristiano. Todo aquel que practica la ley del amor, sea cual fuere su religión o creencia, es un cristiano, a mi entender.
–Muy bien, David, este libro te ayudará a ser mejor cristiano todavía, haciendo accesible las palabras del Cristo a nuestra época y su relación con las leyes de la espiritualidad. Puedes leer sobre budismo y no ser budista, de la misma manera, puedes informarte sobre estas leyes que rigen en el mundo espiritual e influencian en las personas, sin necesidad de ser espiritista o espírita, porque ser cristiano y espírita, es una sola y misma cosa, como lo explica el plano superior. Es aplicar las enseñanzas de nuestro Maestro, con la visión de la consciencia lúcida.
Ahora, si me disculpas, tengo otra tarea que hacer con la clase que dirijo en una Institución Espírita.
–¿Qué tarea, abu? –pregunté intrigado.
–Dirijo las escuelas de médiums en la Alianza espírita y otra en una Federación, aquí en San Pablo, para orientarlos a que estudien y desarrollen sus facultades a disposición del Bien. Hoy tenemos la clase de “desdoblamiento espiritual”.
–¿Desdoblamiento espiritual? –repetí.
–Si David, puedes llamarlo desprendimiento del cuerpo físico en el sueño, viaje astral o como más te guste. Nosotros le damos este nombre para unificar ideas.
–Sentí hablar de viajes astrales, ¿son lindos? –pregunté.
–No lo hacemos por diversión ni curiosidad. A determinada hora, todos los alumnos de mi clase, que tienen esta facultad, se preparan, leyendo párrafos de este libro que leímos hoy, luego hacen una oración pidiendo la protección de sus guías espirituales y en la clase siguiente comentamos que recordó cada uno. De esta manera podemos descartar si fueron sueños comunes, ya que todos se desprenden en el sueño.
–¿Qué serían los sueños comunes? –exclamé.
–Los que se mezclan con las preocupaciones cotidianas del día, las tendencias que cada uno tiene yendo a esos mismos lugares, reuniéndose con personas afines y al despertar parecen absurdas las cosas que soñaron.
–¿Y cómo los puedes diferenciar si todos repiten lo mismo en la clase para demostrar que tienen esta facultad?
–Como te comenté, no lo hacemos por diversión ni curiosidad. Nos juntamos en el plano espiritual para diversas tareas, ya sea de estudio o para ayudar. Tengo esta facultad y por eso las superviso. Por otra parte, cada alumno tiene su cuaderno en donde anota lo que recuerdan y lo leen en voz alta. La facultad del desdoblamiento espiritual, se caracteriza por la nitidez, lucidez y la consciencia del recuerdo al despertarse, de los momentos en que han estado desprendido de sus cuerpos. Ahora, David, debo ir a prepararme. A las 23hs en punto comenzamos...
Me miró de manera enigmática, como adivinando lo que pensaba...
–Abu, ya me tengo que ir, hablaremos otro día.
Ella sonrió y dijo:
–Nos vemos, David...
Extracto de LA ERA DEL sexto SENTIDO
Diario de un médium adolescente
Levín, Carlos Marcelo
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