Compartir valores.
Varios/Otros
Mientras yo crea que puedo hacer feliz a alguien o mejorarle la vida a alguien, me equivoqué. Porque es lo mismo que si yo creyera que alguien puede hacer eso por mí. Lo que si podemos hacer es compartir valores. Si yo tengo amor en mi corazón, capacidad de servicio, si tengo capacidad de aceptación, eso puedo compartirlo con otro pero no puedo darle lo que ellos no son capaces de recibir, en eso es donde está la sabiduría del Universo y allí es donde empieza la Aceptología.
Hagan lo mejor que saben hacer pero aquello que no está en sus manos hacerlo, es porque no corresponde. Si puede hacerse es porque corresponde y será perfecto. Pero cuando yo empiezo a sufrir por lo que no puedo cambiar, entro a luchar contra la vida.
El proceso de comprensión del test tendría que ser éste: las respuestas correctas son todas NO, pero la razón por la que son no, no es por ausencia de poder sino por comprensión de la necesidad de una experiencia pedagógica de quien está en una situación determinada. Y toda experiencia pedagógica termina en el mismo instante en que la persona comprende lo que el ejercicio le enseña.
Hagamos una reflexión: ¿Luchas contra aquello que no aceptas? ¿No aceptas porque no comprendes? Entonces no comprendes cómo está organizada la vida. No comprendes cómo está organizado el universo. Si entendemos como está organizado el universo, no tendremos que luchar contra él.
Las dos luchas son:
* Lucho contra lo que hago, cuando no estoy satisfecho con lo que estoy haciendo, cuando no valoro lo que hago, cuando no valoro la función que tengo, o,
* Lucho contra lo que no puedo hacer, porque no tengo los recursos, porque eso no me corresponde hacerlo y porque no es necesario hacerlo.
Puedo luchar en dos formas: o contra lo que esta sucediendo en mi vida, o contra lo que quisiera que sucediera. La idea es: no luchen contra ninguna cosa; ni contra lo que hacen ni contra lo que quisieran hacer. Lo que hacemos es lo que corresponde con nosotros. Disfrútenlo. No se quejen de ello. No luchen contra eso. Y lo otro, lo que no pueden hacer, es porque no corresponde con ustedes; por lo tanto no sufran ni luchen contra eso.
Si yo dejo de hacer una cosa, eso no va a hacer que el universo se desequilibre. El universo pondrá a otra persona para que la haga. Las razones para que yo deje de hacer algo pueden ser muchas... Porque dejé de tener un cuerpo físico, porque deje de tener los recursos, porque comprendí que no necesitaba hacerlo, o por cualquier otra razón.
Igual, si eso es necesario, el universo colocará a alguien en ese cargo y así, no es que yo vaya a desorganizar el universo por mis decisiones; lo que voy es a organizar mi vida frente al universo.¿Puedes ver la diferencia? Mientras yo no comprenda que no tengo la capacidad para desorganizar el universo, ni para “organizarlo” tampoco, que lo que sí tengo es la capacidad para fluir con el orden que ya existe en el universo... Mientras no comprenda eso, la lucha será interminable y el sufrimiento y el conflicto también.
Lo más sencillo para salir del conflicto y de la lucha, es comprender que el Universo es un Orden Perfecto y Necesario.
Vamos a referirnos a los seres humanos. Todos los seres vivientes tienen una función, pero específicamente, nosotros los seres humanos, tenemos una función que es exactamente la actividad que nos corresponde desarrollar en el plano físico de la materia. No hay nadie que no tenga una función. Para no confundirnos, la vida sabe exactamente cual es la función de cada uno de nosotros. La función es algo de pronto completamente diferente de lo que yo quiero, de lo que a mí me gustaría, de lo que a mí me parece, de lo que yo considere justo o injusto, adecuado, inadecuado o no... Eso no tiene nada qué ver con ello. Eso es el problema humano.
Cuando yo comienzo a orientarme en la vida por mis creencias, por mi ego, por mis gustos, si no acierto -podría hacer que de pronto mis gustos o mis creencias estén de acuerdo con mi función y diría “Qué rico”, pero como esto no sucede con tanta frecuencia...-, lo más probable es que yo empiece a orientarme desde allí y empiezo a encontrar una cantidad de bloqueos y de problemas. Como decíamos hace un rato, en el universo todo es necesario y todas las funciones son importantes pero no todas las funciones son para las mismas personas, entonces yo necesito saber cuál es la mía y no me puedo orientar para mi función diciendo: “Bonito el trabajo de Fulano o de Fulana. A mí me gustaría hacer lo de Zutano...”. Eso no me sirve de orientación. A mi me sirve de orientación es ver para mí o para una persona específicamente, qué le funciona a ella, porque eso es lo que le corresponde hacer a ella. Por eso cuando hacíamos el test veíamos que hay una buena cantidad de cosas que no podemos hacer.
Lo primero que debemos hacer es determinar, con una medición real, qué es lo que cada uno de nosotros necesita hacer. Para ello vamos a responder dos preguntas, y esas dos preguntas nos van a dar una orientación de qué es lo que realmente necesito hacer para no luchar contra la vida. Se trata de aprovechar la vida, de trabajar en la vida, de tener una actividad pero no de luchar ni de pelear ni de sufrir. Eso no es necesario. Hay una actividad que nos corresponde a cada uno de nosotros. Esa actividad, la idea es disfrutarla, aprovecharla. Darle a esa actividad lo mejor que tenemos. El problema es cuando trato de hacer lo que no me corresponde, y entro en la lucha y en los conflictos.
O estoy haciendo algo que sí me corresponde pero no me gusta, entonces lucho contra ello. Quiero hacer algo que me gusta pero no me corresponde, entonces lucho por conseguirlo. Estoy luchando contra el Orden del Universo y lo que necesito es fluir con el Orden del Universo, no en contra de él.
Para poder determinar esto, necesitamos observarnos en nuestras particularidades. Esto no se puede generalizar; es absolutamente individual.
Preguntas: ¿Por qué crees que no tienes el poder para cambiar ciertas situaciones, y, aquellas donde no tienes el poder, por qué crees que no lo tienes?.
¿Como podrías determinar realmente la función que te corresponde realizar a ti?.
Cuando tú estás haciendo algo y tienes los recursos para hacerlo, esa es tu función. Cuando quieres hacer algo y no tienes los recursos, esa no es tú función. Independientemente de que el universo tenga porcentajes o asignaciones para cada cosa. A algunas personas les corresponde hacer ciertas cosas y a otras cosas diferentes. Cuando trato de hacer las que no me corresponden, pues voy a generar una cantidad de bloqueos.
No hay obras ni buenas ni malas, todas son necesarias, cuando alguien dice: “Yo trabajo por la niñez, yo trabajo con los enfermos o yo trabajo con los ancianos”, todas esas son funciones necesarias hasta que él tenga los recursos o las posibilidades.
Alguien dice, “Yo tengo un Hospital, y tengo la posibilidad de tener ochenta camas pero a mí me gustaría tener quinientas”, pero no tiene más recursos... Hay que decirle, “De manera que ochenta son las que te corresponden; trabaja y siéntete feliz con las ochenta”. Esto no es cuestión de luchar ni de sufrir ni de hacer ninguna cosa diferente a ponerle mi entusiasmo, mi amor y mi energía a lo que hago, hasta donde la vida me muestre que es el punto correcto y exacto.
Muchas veces queremos hacer cosas más allá de lo que corresponde a nuestras funciones o de los porcentajes que están asignados en el universo, y allí es donde empiezan nuestros fracasos. Lo que tú estés haciendo, si lo puedes hacer, es lo que te corresponde. Por ello, disfrútalo. No vayas a sufrir por ello. Si sufro por lo que estoy haciendo, quiere decir que estoy luchando contra la vida. Si sufro porque no puedo hacer cosas que me gustaría hacer, estoy luchando contra la vida.
¿Cómo sé que estoy viviendo correctamente y no luchando? Primero, porque no trato de hacer cosas que no me corresponden, es decir, aquellas para las cuales no tengo los recursos para hacerlas; esas no me corresponden. Y aquellas para las cuales si tengo los recursos, aquellas en las que estoy trabajando, esas son las que me corresponden... A esa, ponle tu entusiasmo, tu alegría, tu amor... Todo lo mejor de ti.
Los Maestros dicen algo supremamente simple: “A cualquier cosa que tú hagas ponle lo mejor que tienes”. No hay ninguna razón para que una persona dé menos del ciento por ciento de su capacidad en la función que hace. Si alguien llega a poner menos del ciento por ciento, lo que tiene es una limitación mental.
Una vez alguien a colocado el ciento por ciento de sus cualidades, de sus virtudes, de sus conocimientos y de su entusiasmo a algo que esta haciendo, de allí para adelante no puede hacer nada más porque ya esta usando todos sus recursos, el resto ya son de las leyes de correspondencia o de armonía o de cualquier otra ley del universo. Por lo tanto, sufrir por lo que no se dé, después de que tú haces lo mejor, es absolutamente inútil porque cierra posibilidades y genera bloqueos. Lo sabio es lo que dicen los Maestros, “Da siempre lo mejor de ti y ábrete a recibir los resultados, jamás te cierres a recibir lo que la vida tiene para ti”. Pero no quieras hacer cosas que no te corresponden, porque entonces te irás en contra del universo.
En el fondo es algo muy sencillo lo de la aceptación: lo que necesito es acomodar mi mente al orden del universo, y no tratar de acomodar el universo a mi propio ego.
Lo que Ustedes estén haciendo, háganlo con el mayor entusiasmo aún en las labores en que de pronto siento que no es lo mío. En esas con mayor razón, porque ahí se trasmuta el destino en misión y si les gusta lo que están haciendo, maravilloso, porque habrá necesidad simplemente de valorar cada vez más eso.
Si me encanta lo que hago corresponde con la misión. Igual ponle todo el entusiasmo y serás cada vez mejor. Si no te gusta lo que haces, pero eso es lo que la vida te colocó hacer, ponle todo el entusiasmo y terminarás con tu destino y se volverá misión. O sea, siempre haremos misión si le ponemos entusiasmo a lo que hacemos. Lo demás, simplemente acéptalo. Primero, no te corresponde si no tienes como hacerlo y, segundo, para el universo no hace falta que ninguno de nosotros haga algo diferente a lo que hace, porque lo que hace es lo que ha sido asignado dentro de un Orden y un Plan Perfecto.
Si logramos comprender esto tan simple nos liberaríamos de todos los sufrimientos, luchas y angustias, y seríamos mucho más eficientes tanto para nosotros como para los demás.
Por supuesto, que cuando decimos “da lo mejor de ti” nos estamos refiriendo a una acción, porque cómo hago para dar lo mejor de mí cuando no estoy haciendo nada. En la inercia no puedo. En la inercia si no estoy dando ni lo mejor ni lo peor.
Recuerden algo...En el Universo nada responde a la inercia. Ante la inercia no hay sino una sola respuesta: la muerte, porque aquello que no sirve para nada, no necesita existir. Por lo tanto, es obvio que está descartada la inercia. Pero la acción puede ser una acción sabiamente encaminada o puede ser una acción encaminada desde el ego o desde la ignorancia, y esa generará una serie de situaciones de esas que llamamos “problemas”.
Recuerden esto: el universo funciona de una manera perfecta, con nosotros o sin nosotros. Que yo piense que tengo una misión importantísima para el universo, eso es mi ego. No hay ninguna misión importantísima para el universo. Si tuviera tal misión, yo sería importantísimo para el universo y eso no es así. Es lo contrario: el universo es muy importante para mí, porque yo estoy dentro de él y si no fluyo con él, no puedo tener éxito en nada.
La clave para poder entrar en la Aceptología y soltarnos a la vida, está en comprender lo más simple; por eso les estoy dando frases sencillas para ello: el Universo funciona conmigo o sin mí, entonces, ¿qué tan importante soy yo?.
Para el universo no... Para mí sí soy importantísimo, para mí soy fundamental... Para mi felicidad soy indispensable porque nadie puede hacerme feliz, no puedo ser feliz a menos que yo mismo lo haga. No vayan a confundir el contexto universal con la experiencia individual y particular; son dos cosas muy diferentes.
Por eso les digo algo muy simple: cada uno de nosotros es indispensable para sí mismo; no para los demás, no para el universo... Se nos quita un peso de encima... ¿o no? Si yo llego a comprender esto la liberación espiritual que llego a tener es tan grande que en ese momento es que puedo empezar a amar al prójimo como a mí mismo.
Mientras yo tenga preocupaciones o sufrimientos no estoy amando, y no tengo sufrimientos cuando comprendo cuál es la función de un ser humano para así mismo aprender dos cosas: ser feliz y amar. Para los demás o para el resto del universo interactuar con el resto de universo a través de la función que le corresponda y no de otra función diferente a la que le corresponda. Es como si yo me preocupara porque no soy astronauta o no soy médico, ya hay suficientes astronautas y médicos no se necesitan más. Lo que hagamos cada uno de nosotros solamente es necesario para nuestra evolución y es necesario para la interacción, con nosotros o sin nosotros el universo va a seguir funcionando, de que nos vamos a preocupar? Con esto quiero decir que si nos preocupamos por los demás no le servimos a los demás. Solamente si actuamos con sabiduría podemos ser útiles para los demás y para nosotros.
No sirve sufrir, no sirve preocuparnos, no sirve luchar contra la vida... Eso sólo produce resultados pésimos como los que estamos viviendo en el planeta Tierra ahora.
Los seres humanos no aspiramos a fracasar en algo. Mas aunque no aspiramos a fracasar, es evidente con qué facilidad fracasamos. La pregunta es: ¿qué hago yo para tener un fracaso?.
Si podemos responder esta pregunta, ya empezaremos a orientarnos en el orden de la vida y no en contra de ella.
Se hace algo para fracasar así como también se hace algo para tener éxito. Si tengo buenas relaciones, si tengo buena salud, si tengo suficientes recursos para que mis necesidades sean cubiertas y tenga yo una vida de satisfacción como corresponde a cualquier ser humano, y si además tengo paz interior, ese resultado indica que yo he hecho algo para obtenerlo. Inversamente, si tengo fracasos, yo también he hecho algo para obtener los fracasos. Si no sé cómo hago para obtener un fracaso, tampoco sé cómo hago para obtener un éxito... Necesito saber, no creer.
* Los resultados son evidentes: si tengo fracaso, no sé tener éxito. Entonces lo que necesito hacer es aprender.
Extracto de Gerardo Schmedling
349 lecturas