Analicemos esta prohibición.
Allan Kardec
Como ya era habitual, ese día vinieron media hora antes del inicio para conversar de dudas personales con respecto a la espiritualidad, hasta que llegó la hora de apagar los celulares, diez minutos antes de las 20hs para comenzar la tarea. Como siempre, una de las personas abrió al azar un librito de preparación de ambiente, para sintonizarnos con la espiritualidad superior, dejando de lado los problemas del día, por lo tanto, ésta preparación era mental y no un simple trámite. Norberto lo leyó en voz alta al capítulo en que se abrió, el cual contenía dos o tres páginas. Había una persona que venía por primera vez, lo que me extrañó porque era muy creyente en su fe, y aquí apenas nos preparábamos para servir, no convencer a nadie. Como supuse, fue la primera en hacer una pregunta.
–David –dijo Silvia–, en la Biblia prohíben el contacto con los espíritus y su comunicación, y además no creo que existan. ¿Qué dices a esto?
Desconcertado, noté que Meimei me miraba cariñosamente para hacerme entender que debería tener la misma tolerancia que ella la tenía conmigo, por lo que me sentí un tanto avergonzado de haber pretendido comenzar una discusión. Al mismo tiempo nos miramos entre todos, porque este asunto lo habíamos hablado en la reunión anterior, y entrar a debatirlo sería bajar la frecuencia vibratoria, no obstante, sentí la inspiración de mi mentora espiritual.
–Silvia –contesté–, analicemos esta prohibición. Si esto está “prohibido”, es porque la posibilidad de establecer contacto con el mundo espiritual es posible, y siendo así, es porque reconocen la existencia de los espíritus y la comunicación con ellos, cosa que el espiritismo no lo inventó, sino que demostró racionalmente su existencia y ya la Biblia hablaba de ellos. No podían prohibir algo que no fuera posible y menos aún con seres que no existiesen, ¿no crees? ¿No es una contradicción aferrarse a creer en una prohibición con seres inexistentes? Sino existen los espíritus, ¿entonces por qué prohibir una comunicación con “la nada”?
Noté que la intención por la que había venido no era mala, sino que estaba influenciada por espíritus perturbadores que se encontraban fuera del círculo de protección y el plano espiritual me permitía verlos. Pero si la “acompañaban” a ella sería porque había una ley de afinidad y una lucha interna muy grande en busca de consuelo a su alma...
Pedí mentalmente ayuda espiritual, y poco a poco noté que se iba adormeciendo influenciada por las vibraciones de serenidad y paz sobre su sistema nervioso alterado, que lentamente se iba calmando a fin de que no perturbara a los demás amigos y la reunión pudiese cumplir su cometido. Para que no quedara margen de dudas, volví a recalcar:
–Amigos –dije–, ¡el espiritismo no descubrió los espíritus y al Mundo Espiritual y menos aún los inventó! Apenas probó y comprobó su existencia a través del método teórico experimental, que es científico, es decir, observación, experimentación y repetición, en este caso Kardec repetía las mismas preguntas de su cuestionario a diferentes médiums desconocidos entre ellos y que hasta el día de hoy lo vienen corroborando muchos más.
Hice otra pausa intuyendo que este punto estaba aclarado.
–Siempre fui creyente hasta que me desilusioné de los religiosos, pero más que eso, sentía que precisaba otra cosa, ayudar, hacer algo por los demás, sino mi vida no tenía sentido, –exclamó Valeria–. Ahora yo quiero analizar.
Me sorprendió la firmeza y seguridad con que hablaba, observando maravillado que Meimei le ponía su mano sobre la frente transmitiéndole indicaciones telepáticas.
–Cuando iba a las iglesias –continuó–, tanto las demás personas como yo misma, les poníamos velas a los santos. ¿Pero quiénes son los “santos” y “santas”? ¿Por acaso no fueron hombres y mujeres que vivieron como cualquier ser humano? Se podrá decir que habían sido buenas personas, especiales o lo que sea, pero eran seres humanos como todos, de carne y hueso, tuvieron padre, madre, algunos hermanos y hermanas, aprendiendo en un mundo atrasado como es nuestro planeta, por lo tanto, considero la palabra “santo” a un ser superior, más elevado o bueno que el resto, nada más. Y lo que deduzco de esto, ¡es que en la propia iglesia le prendíamos velas a los espíritus de estas personas “muertas” llamadas santos!, porque no dejan de ser espíritus, fueron hombres y mujeres. ¿Acaso no es una contradicción esta prohibición?
¿Los espíritus de las iglesias sí existen, son buenos y el resto no? ¿Mi abuela que ya partió de este Mundo se volvió “mala”, a tal punto que la propia iglesia dice que comunicarse con otros espíritus que no están “en su lista” son demonios? Mi abuela era una persona hermosa, bondadosa y la sé sentir a mi lado cada vez que me invade la soledad o nostalgia.
¡No se volvió mala ni demonio! ¿Por qué querían asustarme? ¿Por qué siempre miramos al pasado? ¿No hay argumentos presentes? ¿”Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”? Tratamos de analizar algo que supuestamente se dijo hace más de dos mil años, y digo supuestamente porque ya sabemos que el espiritismo como tal y su propio término, surgió el 18 de abril de 1857 con “El Libro de los Espíritus”, y de la manera que lo explicó David, antes no existía esta palabra, los espíritus existieron siempre y apenas estamos estudiando una ciencia que prueba racionalmente su existencia, cómo ayudar y qué recaudos debemos tener de los impostores que lucran con ella.
“Todos quedamos sorprendidos por la seguridad y fluidez de sus palabras, mientras Meimei sonreía amorosamente como siempre lo hacía. Parecía que Silvia comprendía todo ahora de una manera diferente, aprendiendo a pensar y no aceptar dogmáticamente lo que le decían, y percibía que no había sido casualidad que la hayan dejado llegar, porque precisaba explicaciones simples y racionales al mismo tiempo, cansada en su interior de sufrir por falta de paz, aún que no lo admitiera”.
–Debo agregar –dije bajo la influencia de Meimei–, que más de un tercio de los Papas fueron declarados “santos” o “beatos”, sino son muchos más, ¡y esto ocurrió apenas hasta el siglo V!, lo que demuestra que eso no fue lo que enseñó Jesús, sino la humildad sin ostentación. Sus palabras fueron desvirtuadas hasta que los propios espíritus, o “las voces de los Cielos”, vinieron a hacerlas “recordar”. Ahora bien, ¿quién creó las leyes de la Naturaleza? ¿Dios o alguna entidad del mal? Porque si fuera este último, ya sea llamado diablo o satanás, sin entrar en detalles de cómo fueron desvirtuadas estas palabras para dominar al pueblo en su momento mediante el miedo infantil, serían iguales en poder al propio Creador. Pero el plano espiritual, como ya lo aclaramos, nos revela los atributos de Dios y entre ellas dice: “Es Eterno, Único, Inmaterial (su naturaleza difiere de todo lo que conocemos como materia), Inmutable, Perfecto, Todopoderoso, Soberanamente Justo y Bueno”.
Si es “Eterno” y “Único”, no podría haber otros seres maléficos y que hayan hecho Leyes Universales, con el mismo poder y la misma autoridad que Él, porque se anularían los atributos del propio Creador, es decir, ya no sería “Eterno” porque habría otros seres eternos con el mismo poder y por lo tanto tampoco sería “Único”, debido a que habrían varios dioses eternos e igualmente de poderosos, lo que no es para nada corroborado por la ciencia espírita y el sentido común lo rechaza. Entonces queda la conclusión confirmada por el plano superior.
A lo que voy para resumir, es que si es “Único”, “Eterno” y además sus leyes son perfectas como Él mismo, caso contrario el Universo sería un caos cuyas leyes un día estarían bien y al otro no o se anularían, dándose todo al azar, “las comunicaciones con los espíritus estarían dentro de Sus Leyes, de la Naturaleza, del Universo y ya no serían ningún milagro porque no las anularía, siendo éstas Inmutables como su Creador, sino estarían sujetas a cambios, mudanzas y no existiría la Inmutabilidad, por lo tanto, tampoco sería Perfecto”, sino que ahora la ciencia espírita o espiritista lo está estudiando y revelando, porque siempre existieron y no se estudiaron correctamente, y menos aún los médiums tendrían “dones o privilegios”, sino oportunidades de ayudar desinteresadamente las horas que puedan sintonizándose por afinidad a espíritus que se complacen con sus tendencias, ya sean buenas o malas, dejando el libre albedrío a cada uno en como lo usa, no obstante existir una ley de causa y efecto, ya que la siembra es libre pero la cosecha obligatoria.
En conclusión, el Creador no anularía sus propias Leyes de la Naturaleza, como lo es la comunicación entre los dos planos de la vida, porque otro de sus atributos (*) como lo dijimos, es la “Inmutabilidad”, es decir, no está sujeto a cambios, mutaciones ni modificaciones, caso contrario todas las Leyes Universales no tendrían estabilidad ni equilibrio, por lo que nada de lo que estudiamos entra dentro de los fenómenos llamados “milagrosos”, sino que obedecen a leyes que el plano superior dictó y se codificó con la palabra Espiritismo. Una doctrina científica seria, que debe ser estudiada como tal y no como si fuese un cuento de hadas, porque sólo así comprenderemos entonces que todo espiritista que estudia esta Doctrina, nunca puede cobrar ya que tiene su propio trabajo y vive de ello, apenas dona horas disponibles.
Tampoco hacen “amarres” o solucionan “problemas amorosos” porque respetan el libre albedrío para que a través de los errores y aciertos, podamos aprender, tener experiencia y evolucionar, y menos aún lo que está de moda hoy por hoy, que “le muestran la cara del enemigo”, un absurdo, en vista de que justamente el plano superior nos recomienda transformar a un enemigo en amigo, no crear discordias ni incentivar los odios, caso contrario estas pruebas que no son casualidades, sino acosos y venganzas tanto del pasado como del presente para perjudicar, se seguirán repitiendo mediante obsesiones o persecuciones espirituales, tal como pasa en la Tierra entre las personas, y se perpetuarían hasta cerrar este círculo con amor, a través de encarnación tras encarnación, existencia tras existencias, por lo que nunca incentivarían “mostrando la cara del enemigo” a “precio razonable”, fomentando venganzas ni odios que estos mismos médiums hacen, y luego, paralelamente, ofrecerle a su “cliente” “trabajos de protección” por otro precio.
Al mostrar “la cara del supuesto enemigo”, que puede ser cierto o no, crean una industria de la venganza cobrando los trabajos “que dicen solucionar como parte del servicio” y así comienza el círculo vicioso nuevamente, porque el atacado buscará a su vez revancha mediante otro médium irresponsable o inclusive con el mismo, aunque parezca increíble. No fue sin otra razón que el Cristo, un Espíritu Cósmico y Gobernador Espiritual de la Tierra, nos trajo enseñanzas hace más de dos mil años y que ahora, a través de la Codificación, el plano espiritual nos explica racionalmente lo que nos quiso transmitir, porque los tiempos ya han llegado. No se puede perpetuar eternamente estos odios, revanchas y venganzas, debido a que en determinado momento el círculo se tiene que cerrar con amor a través de penosas pruebas para todos los implicados, incluso de aquellos médiums que lucraron para que continúen las discordias. La Ley de Evolución es Inmutable.
–¿Y cómo se relaciona lo que acabas de decir con alguna parábola de Jesús? –preguntó Antonio–.
“Meditando unos segundos, Meimei vino en mi auxilio haciéndome recordar una extraordinaria frase que nuestro Maestro nos dejó para ser comprendida tantos siglos después”.
–“Por tanto, si traes ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”, (Mateo, 5:25 y 26). Lo puedes encontrar en “El Evangelio según el Espiritismo” ya que el Plano Superior explicó claramente su significado. Para ser más preciso, busca el Capítulo X, ítem 5 y luego las “Instrucciones de los Espíritus”. Recuerda que este libro fue Codificado en 1.864 con plena actualidad en nuestros días.
Haciendo una pausa más extensa para que quedara claro este concepto, proseguí.
–Como regla general –agregué–, de acuerdo a las preguntas echas mediante un cuestionario previamente elaborado y luego compilados por Allan Kardec al plano superior mediante diferentes médiums desconocidos entre ellos, son unánimes en responder lo siguiente: “Siempre se debe desconfiar cuando hay dinero de por medio”.
Como noté que Silvana estaba ávida de conocer más y su postura se estaba modificando con una agradable intención de aprender, la invité para que continúe viniendo en las próximas reuniones si estaba interesada, lo que así sucedió.
(*) “El Libro de los Espíritus”, codificado por Allan Kardec, capítulo I, en el ítem 3: “Atributos de la Divinidad”. Recomendamos este estudio serio y comprobado por todo el mundo por una gran cantidad de médiums, lo que demuestra la concordancia de esta revelación, además del sentido común de la misma.
Extracto de Allan Kardec. Entre la Tierra y las Estrellas
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