El hombre en relación con los planos del sistema solar.

V.B. Anglada


Hemos hablado de los Rayos en función de los Reinos de la Naturaleza. Sin embargo, su expresión Psicológica en relación con el ser humano se halla curiosamente invertida debido al hecho de que la Mónada espiritual del hombre se halla en proceso de incorporación de sustancia material, habiéndose iniciado ya en muchos seres humanos el proceso espiritual de liberación o de redención de la misma. Vemos así, que el aspecto más elevado del ser humano en el arco evolutivo de su vida espiritual expresa como característica distintiva la fuerza liberadora del primer Rayo el cual, en la vida expresiva de la Naturaleza origina según vimos anteriormente el Reino Mineral y el cuerpo físico denso de todas las especies vivientes.

En nuestro estudio de los Rayos analizaremos al ser humano desde el ángulo de vista de los SIETE Planos de la Naturaleza o, si ustedes lo prefieren, de acuerdo con las dimensiones del espacio y siguiendo el estudio de su composición física, emocional, mental y espiritual, entrando así en la comprensión de su apariencia más densa y objetiva, de sus cualidades psicológicas y de su maravillosa vida interior. Teniendo en cuenta que la energía que cualifica al primer Rayo no ha sido revelada todavía debido a su tremendo poder destructivo y que sólo se conocen algunos de sus aspectos o subrayos, nuestro estudio del ser humano sólo tendrá en cuenta SEIS Planos o SEIS expresiones de la Vida evolutiva del Universo, habida cuenta de que el primer Plano de la Naturaleza en donde se expresa la indescriptible potencia del Primer Rayo corresponde única y exclusivamente a la Vida íntima de la propia Divinidad.

Tal como dijimos el mes anterior éste es el Plano Divino y en nuestros estudios esotéricos se le asigna el nombre de PLANO ÁDICO. Hay no obstante una misteriosa relación entre el Primer Plano y el Séptimo Reino, habida cuenta de que el Primer Rayo está potentemente vinculado con el Séptimo por leyes de afinidad cósmica nacidas del poder del Sonido creador de la Intención de Dios con el del Cumplimiento Universal. El Séptimo Rayo de la Magia Creativa ha de convertir en visibles y objetivas todas las Ideas que surgen de la Mente Divina inspiradas por Su tremendo Poder de Síntesis y de indomable Resolución. En realidad, todos los Rayos y todos los Reinos son solidarios, consustanciales e interdependientes. En el Segundo Plano de la Naturaleza, el Plano Monádico, actúan las energías del Segundo Rayo, el Rayo del Amor unificante y atrayente de todo el contenido universal.

Se le denomina también el Plano espiritual y es precisamente en dicho Plano donde tienen su Vida, su Mónada o Su Espíritu todos los seres vivientes, sea cual sea el Reino que los cualifica y su grado de evolución. El Reino humano, el Cuarto Reino de la Naturaleza, ocupa el Cuarto subplano del Plano Monádico y al grupo específico de Mónadas humanas en dicho subplano se lo conoce esotéricamente bajo el nombre de Cuarta Jerarquía. Las demás Jerarquías Creadoras dentro de nuestro Sistema Solar ocupan cada cual su correspondiente subplano dentro del Plano Monádico. Su situación en el mismo viene determinada lógicamente por la evolución espiritual de las Mónadas que en su totalidad constituyen el Plano Monádico, llamado también ANUPADAKA. La Quinta Jerarquía Creadora del Plano Monádico está constituida por todos los grupos de Mónadas provenientes de todos los lugares del Sistema Solar conectadas con esta Quinta Jerarquía Creadora de nuestro Sistema Solar.

Al Tercer Plano se le denomina Plano Átmico. Es el Plano de la Inteligencia Creadora de la Divinidad y a través del mismo el Tercer Rayo infunde Actividad inteligente a todas las Mónadas en encarnación como Almas individualizadas. Desde el ángulo de nuestro estudio ATMA es el aspecto Voluntad de la Mónada humana. Inducidas por tal aspecto las Almas individuales deciden reencarnar cíclicamente y es también por medio del tremendo poder de Resolución del ATMA que las Almas alcanzan finalmente la Liberación y redimen totalmente la sustancia material de sus cuerpos expresivos.

Al Cuarto Plano se le llama Plano Búdico. Es el Plano de la Unidad ya que es a través del mismo que se expresan las cualidades o las energías del Cuarto Rayo, el de la Armonía y Belleza de la Divinidad creadora. La misión del Cuarto Rayo y del Cuarto Plano Búdico en la vida de la Naturaleza es UNIFICAR todo cuanto existe en el Universo; es el lazo permanente de unión entre Dios, el Creador, y Su obra, el Sistema Solar. El Cuarto Rayo unifica todos los Rayos y el Cuarto Plano todos los demás Planos. En una escala menor, aunque asimismo trascendente, el Cuarto Reino o Reino humano sirve de vínculo permanente de unión de los Reinos inferiores con los superiores. A escala individual y utilizando como siempre la analogía, podríamos decir que el Cuarto Centro etérico, el Chacra Cardiaco, ocupa una posición similar y sirve de enlace magnético entre todos los demás centros etéricos, siendo por ello un centro distribuidor de la energía universal.

Como ustedes irán apreciando, todo en nuestro Universo está absolutamente relacionado y a medida que continuemos aplicando el principio hermético de la analogía todo el conjunto universal aparecerá indisolublemente unido dentro de un infinito Plan de entrañables vinculaciones.

El Quinto Plano del Sistema Solar, o Plano Mental, vivificado por las energías del Quinto Rayo es, en realidad, el Quinto Subplano del Plano Físico Cósmico y a través del mismo y por medio de Aquellos excelsos AGNISHVATTAS que llamamos los Ángeles Solares o misteriosos Hijos de la Mente, los seres humanos adquirieron un día conciencia individualizada. Las energías del Quinto Rayo determinan el espíritu de investigación y dirigen las tendencias creativas del ser humano hacia el reconocimiento de la Verdad divina en sus vidas, así como el proceso de ideación mediante el cual le es posible al hombre conocer a Su Creador a través de toda posible forma objetiva de la Naturaleza.

El Quinto Rayo actúa muy poderosamente por medio de la Quinta Raza Aria, y aplicando la analogía podríamos aceptar como muy lógica la idea de que nuestra actual quinta subraza dentro de la Raza Aria está predestinada a recibir un tremendo impulso evolutivo del Quinto Rayo ya que se manifiesta ostensiblemente por medio de los tremendos avances técnicos y formidables descubrimientos científicos de nuestros días.

Al Sexto Plano, o Plano Emocional, se le denomina también Plano de los Idealismos Creadores. El Rayo que lo vivifica, el Sexto, encarna las altas cualidades de Devoción de la Divinidad con respecto a Su Obra de Creación Universal. En este Plano pueden ser observadas las Aspiraciones del Logos Solar y el infinito Amor que siente por todo lo creado. En el Segundo Plano, el Monádico, el Amor se expresa en su pura esencia productora de las cualidades magnéticas y atractivas que permiten la estabilidad y coherencia vital del Universo. En el Sexto Plano se observa esta misma coherencia, pero dentro de un Plan organizado de separación de formas y de conciencias que invita constantemente a la reunión de cada uno de los fragmentos de vida, aparentemente dispersos y sin cohesión, pero dotados de un anhelo infinito de reconstruirse dentro de la Unidad indestructible de que forman parte. Las conocidas frases místicas del Adorador y del Amado, del matrimonio sagrado del alma con el Cristo interno y la ardiente lucha del hombre en pos del ideal soñado o presentido en el corazón, son aspectos característicos del Sexto Rayo lo mismo que la extrema devoción hacia la conquista de alguna meta religiosa, científica, social o humana expresando Amor hacia aquello que se quiere alcanzar. Hay una serie de razones, principalmente la del tiempo de que disponemos en cada una de nuestras conversaciones, que nos impiden extendernos en más detalles sobre cada una de las actividades universales que se realizan en cada Plano. Estamos seguros, sin embargo, que aplicando cada cual el principio de analogía podrá extender considerablemente cuanto venimos diciendo de acuerdo a las luces de la propia visión.

El Séptimo Plano, o Plano Físico, debe expresar en forma concreta y objetiva la Intención primordial de manifestación del Señor del Universo. La Idea y la Forma deben complementarse a un extremo tal de perfección que ambas constituyen un solo Cuerpo Místico de Expresión Universal, es decir, que el Verbo de Revelación debe hallar un Cáliz apropiado en cada cosa concreta de Su vasto Plan de Creación. Tal es la misión del Séptimo Rayo en este Séptimo Plano de manifestación física. Tal como anteriormente dijimos, el Séptimo Rayo se expresa en forma de Magia organizada, siendo Magia -tal como vimos en nuestras primeras conversaciones- un término que trata de describir la actividad natural de la Divinidad que consiste en apropiarse de sustancia de distintos grados de densidad para hacer objetivas a través de la misma Sus universales concepciones.

Ustedes recordarán también cuanto dijimos en aquellas anteriores conversaciones en el sentido de que todo proceso mágico es el resultado de Palabras y Sonidos, encarnando cualidades, que finalmente se convertían en formas geométricas. El Séptimo Plano es, por así decirlo, una gigantesca forma geométrica que refleja con absoluta fidelidad en tiempo y espacio la Voluntad y la Idea definida del Creador con respecto al Universo. Ustedes dirán, quizás, que todos los Planos ofrecen idéntica triple característica de Vida, Cualidad y Apariencia. Así es, en efecto, pero en el Séptimo Plano y a través de las energías del Séptimo Rayo esta realidad es todavía más evidente y descriptible por cuanto este Plano es el de la más densa objetividad y el que más concreta y definidamente ha de encamar los Arquetipos de perfección que el Señor del Universo ha diseñado para cada Reino, para cada Raza y para cada especie.

Pregunta: Según he deducido de sus palabras, el conocimiento de los Rayos que nos condicionan y nos rigen puede ayudamos en el proceso de la evolución. Pero... ¿bastará el simple conocimiento para lograr esta evolución?

Respuesta: El conocimiento de los Rayos que influyen en nuestra vida puede ayudamos a clarificar el camino a seguir, a desarrollar científicamente ciertas facultades de orden psicológico necesarias para el desenvolvimiento de nuestra personalidad y preparar así la introducción consciente de las energías del Alma en nuestra vida. Tenga usted en cuenta al respecto que el conocimiento de los Rayos que actúan en y a través de nosotros, puede deparamos la orientación precisa hacia la vida inmortal del Alma, teniendo en cuenta -tal como hemos dicho otras veces- que Rayo es al propio tiempo energía, cualidad e intención y que cualquiera de nosotros viene condicionado por la actividad de SEIS Rayos. Estos son:

a. El Rayo Monádico
b. El Rayo del Alma Espiritual (El Ángel Solar)
c. El Rayo de la Personalidad (el Alma en Encarnación)
d. El Rayo de la Mente
e. El Rayo del Vehículo Emocional
f. El Rayo del Cuerpo Físico

Esta diversidad de Rayos, examinada desde el ángulo de vista meramente intelectual puede aparecer como demasiado compleja, como una especie de rompecabezas entre cuyos elementos parece existir una profunda descohesión o falta de sincronismo. En realidad esto no es así ya que existe una perfecta adaptabilidad entre los distintos Rayos que intervienen en el proceso evolutivo. Se precisa, no obstante, de una gran concentración mental sobre los hechos que concurren en nuestra vida y condicionan nuestra conducta para ir determinando progresivamente la cualidad característica de cada Rayo y poder actuar así más conscientemente en el devenir de la existencia. Me preguntará usted, quizás, qué utilidad puede tener para nosotros el conocimiento de los Rayos.

Yo le responderé que es la misma que precisa el buen artesano con respecto a las herramientas que utiliza en su trabajo, ya que lógicamente este conocimiento le permitirá realizar obras verdaderamente meritorias por poco que le ayuden la inspiración y el buen deseo. Se trata de definir la cualidad de los Rayos por medio de la atención y de la observación consciente de las reacciones físicas y psicológicas ante los incontables acontecimientos de nuestra vida social de relación. Otra cosa que hay que tener en cuenta es que los Rayos son las avenidas de contacto no sólo de la vida material, sino también de la vida espiritual. Así, desde el ángulo de vista esotérico, el RAYO es un SENDERO de aproximación a los bienes inmortales y no podemos separar por tanto el conocimiento de un RAYO -singularmente el que cualifica al Alma- del desarrollo de nuestra vida interna. Hay que tener presente, también, que el conocimiento de los Rayos lleva consigo el de la técnica específica de realización dentro de aquella línea de Rayo.

Se trata de una técnica natural de aprovechamiento de las energías que nada tiene que ver con los ejercicios de Yoga ni con los métodos conocidos de meditación a los cuales estamos tan familiarizados. Se trata de una serie de impactos íntimos sobre el ser psicológico que lo llevan a cambiar fundamentalmente el curso de sus pensamientos, emociones y actos. Un día nos daremos cuenta en virtud de la propia experiencia que existe una estrecha vinculación entre el conocimiento de los Rayos y la capacidad de la atención consciente sobre cuanto ocurre dentro y fuera de nosotros mismos. La profundidad de la atención y la observación consciente nos mostrarán sin equívoco posible cuál ha de ser la línea de Rayo que deberemos seguir...


Pregunta: Entonces..., ¿no cree usted en la eficacia del Yoga como instrumento de conocimiento individual?

Respuesta: Yo digo, de acuerdo con la lógica, que el conocimiento de los Rayos nos situará en óptimas condiciones para elegir el Yoga más conveniente a nuestra vida individual. No es a través de un Yoga elegido al azar que determinaremos la cualidad de nuestros Rayos, sino que será precisamente el conocimiento de los Rayos lo que facilitará la elección del tipo de Yoga más correcto y oportuno. Hay que entender por Yoga -tal como esotéricamente se nos ha enseñado desde los tiempos del gran Patanjali- la Ciencia de Unión, pero siempre que el camino, el método de entrenamiento y la calidad de las energías estén de acuerdo con los Rayos que deben conectamos con aquella Realidad más alta que todos queremos alcanzar. No basta seguir un sistema de Yoga general, tal como se hace frecuentemente, sino que hay que observar mucho nuestras reacciones más profundas para determinar con justicia el grado positivo de identidad entre el sistema de entrenamiento y la calidad de los Rayos.

De no ser así el Yoga puede ser una dificultad más que una ayuda en el camino espiritual.

Pregunta: Usted ha hablado de los Siete Chacras y de sus correspondientes glándulas endocrinas al hablar del ser humano. Pero no ha hecho referencia alguna sobre aquel gran centro llamado “Alta Mayor” en los estudios esotéricos. ¿Es que, de acuerdo con el estudio de los Rayos, carece de importancia?

Respuesta: Muy al contrario. El Centro Alta Mayor tiene para el esoterista una tremenda importancia por cuanto constituye “la llave de paso” o de comunicación entre los centros etéricos enlazados a la columna vertebral con los dos que están alojados en el interior de la cabeza, el del entrecejo y el de la cúspide de la cabeza. Si bien el centro Alta Mayor no es un chacra, tal como entendemos corrientemente la expresión de este término, sí constituye un vínculo de unión entre los chacras de la cabeza y los que están debajo de ella. Su importancia depende mayormente de la evolución individual, cuando el aspirante o el discípulo han proyectado las energías en la dirección correcta y deben llevar el fuego, esotéricamente hablando, desde los centros situados debajo del diafragma hacia los centros superiores de la cabeza. En etapas superiores de evolución espiritual se establece un Triángulo de energías que enlaza a los centros de la cabeza y al centro Alta Mayor.

El Fuego de Kundalini ha rebasado entonces los centros que se hallan enlazados con la columna vertebral y busca -como tal esotéricamente se dice- el Fuego de FOHAT que desciende de la Mónada espiritual.

Pregunta: Usted nos ha hablado en las dos últimas conversaciones acerca de planetas sagrados y de planetas no-sagrados al referirse a los Rayos. ~ Quisiera aclararnos esta idea?

Respuesta: Sí, con mucho gusto y con esta respuesta daremos término a nuestra conversación de hoy. Al referirme a planetas sagrados y no-sagrados no hice sino establecer una distinción entre los Logos planetarios que habían alcanzado la Quinta iniciación solar que los convierte en Adeptos cósmicos y los que todavía no habían alcanzado esta evolución superior. Los primeros poseen un Cuerpo, o Planeta, radiante y puro por cuanto han extinguido el karma psicológico de Sus vidas y han redimido cada una de las parcelas de sustancia que compone aquel rutilante vehículo. Los Logos planetarios que no llegaron a esta exaltada evolución están sufriendo de una u otra manera, aunque totalmente más allá y por encima del más elevado entendimiento humano, los efectos de su propio y particular Karma individual.

Algunos poseen la tercera o cuarta Iniciación cósmica y están sufriendo las crisis que el proceso redentor de la sustancia de sus respectivos planetas exige De ahí que Sus Cuerpos planetarios no poseen todavía la suficiente cantidad -si podemos decirlo así- de sustancia luminosa o redimida para poder ser conceptuados como de “Planetas Sagrados”. Pero, todos sin distinción, están avanzando hacia aquel exaltado estado de evolución que tiene como meta la Liberación, o Redención total de Sus indescriptibles Vidas. Como recordaremos, tales son los planetas sagrados o redimidos: Vulcano, Venus, Saturno, Júpiter, Mercurio, Neptuno y Urano. Los no-sagrados son: nuestro planeta Tierra, Marte y Plutón. Se nos dice esotéricamente que hay todavía dos planetas más dentro de nuestro Sistema Solar para completar los doce que exige su armonía con las Doce Constelaciones del Zodíaco, pero que no han entrado todavía en proceso de manifestación cíclica.


Vicente Beltrán Anglada

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