Creando la realidad. Dos cerebros en tu cuerpo.
Varios/Otros
Hola a todos. Es muy lindo estar aquí con ustedes en la transmisión de este mes de VirtualLight. Hola, Steve y Bárbara, gracias como siempre por invitarme. Estamos haciendo la presentación para diciembre de 2018. Creo que soy la más entusiasta para decir: ¡Hasta luego 2018! Sé que falta una entrega más, pero será para enero, así que les voy a desear felices fiestas dos veces, una más luego, pero este show es la finalización del show de este año. Estoy muy entusiasmada. Tengo mucho que cubrir. 2018. Si se parecen a mí, si están en este estado de evolución –y creo que muchos de nosotros estamos en caminos similares- tal vez estemos transitando líneas paralelas unos de otros, pero nos parecemos en que el 2018 fue un año muy intenso, ¿no? Sacó a relucir todo lo que tenían que encarar si estaban dispuestos a enfrentarlo. Los obligó a hacerlo, los sacó un poco del juego. Para mí fue mi caída allá por febrero. Y si están dispuestos y son valientes, tienen que zambullirse profundamente y el beneficio de eso es que cuando salen del otro lado tienen un conocimiento más profundo de sí mismos, una comprensión más profunda del significado de por qué suceden cosas en su vida y con quiénes están relacionadas y qué les están reflejando para que lo exploren. Y 2018 fue un año que hubiera podido quebrarlos de haberlo querido, personalmente, económicamente, políticamente. Hubo mucha división en el planeta, hubo mucha actividad de la Tierra, actividad humana colectiva e introspección personal, que por lo general llegó mediante algo impactante, algo intenso. En mi caso fue una lesión, pero para otro pudo ser un cambio de relación, un cambio de trabajo, una mudanza. No fueron insignificantes. 2018 no fue un año intrascendente, así que al finalizarlo se vuelve muy importante para mí reflexionar realmente qué completé para poder dejarlo ir, cerrarle la puerta, ser muy clara respecto a qué aprecio de él, cómo crecí, qué aprendí, y tomar esa experiencia de expansión y volverme hacia el 2019 y avanzar hacia él sin llevar una gran bolsa del 2018 sobre el hombro. Entonces se convierte en un diálogo interno, en una conversación que todos tenemos a veces.
Y encontré esa conferencia en TEDx, que me pareció sumamente interesante porque quería traerla al campo espiritual con nuestra conversación de hoy en mi segmento. Él es irlandés, su nombre es Ruairi Robertson y habló de nuestro microbioma.* Es un biólogo y vale la pena verlo si les interesan esta clase de cosas,** porque él dijo que no se trataba solo de nuestro cuerpo físico, sino que conecta nuestro cuerpo físico con nuestro proceso de creación. Así que escucharlo me hizo comenzar a cuestionarme algunas cosas, empezar a atar cabos y relacionarlas con algunas de las cosas hermosas que canaliza Steve que sencillamente lo llevó a otro nivel para mí.
Esto es lo que dijo Ruairi Robertson. Comenzó su charla con sala llena, miró a las personas en la primera fila y dirigiéndose a la primera, le dijo: “Tú acabas de ganar la lotería. Son diez millones de dólares. ¡Felicitaciones!” Y miró a la persona a su lado: “Y tú acabas de comerte el brownie de chocolate más delicioso que se haya horneado alguna vez”. Y a la siguiente persona, le dijo: “Y tú acabas de tener sexo”. Y a la última, le dijo: “Tú tuviste todo eso a la vez. Felicitaciones. ¡Bien hecho!” De modo que la multitud se rió a carcajadas sin saber a dónde iba con eso. Continuó su disertación diciéndonos cómo nuestro cerebro crea estos neurotransmisores, que son sustancias químicas generadas en nuestro cerebro que nos brindan una sensación de felicidad, o alegría, o entusiasmo. Y todos lo sabemos. Pero ahora la ciencia realmente está comenzando a prestarle atención a algo que se conocía desde hace mucho tiempo pero fue olvidado en nuestra historia y es que todos tenemos este órgano invisible en el intestino grueso, que es nuestro microbioma. Pesa igual que nuestro cerebro (3 libras = 1,360 kg) y tiene exactamente el mismo número de células. Olvidé cuántos millones de células dijo que tenía. Lo que me interesó es cómo relacionó los hechos y llamó a este órgano nuestro segundo cerebro. Ahora bien, en nuestra comunidad espiritual utilizamos mucho el término “instinto visceral”, “confía en tu instinto” (trust your gut). Hay una razón para esto. La ciencia está empezando a relacionar el hecho de que nuestro intestino podría estar creando más sentimientos nuestros que nuestro cerebro y ahora está probado que cuando la serotonina –esa sustancia química que nos hace sentir felices – está baja, tendemos a ver el mundo desde otro enfoque, tendemos a la depresión, a cierta tristeza, a una perspectiva humana sombría. No producimos suficiente serotonina. Todos creen que la serotonina la produce el cerebro, pero los microbiólogos acaban de probar que un 90% de la serotonina se produce en nuestro intestino. Y nuestro intestino está compuesto de más células bacterianas que células humanas. Presten atención, porque en realidad esto no está referido al alimento y la nutrición sino a cómo creamos nuestra realidad.
Ruairi habló de un zoólogo ruso que descubrió los fagocitos, que son células de defensa de nuestro sistema inmunológico. Esta es la parte que me interesó. Ruairi continuó hablando del nacimiento y la muerte y de nuestra predisposición, de cómo nos defendemos con los alimentos y la nutrición. Pero yo deseo llevar esto al terreno espiritual, porque, refiriéndose a los fagocitos, dijo que cada célula bacteriana tiene conciencia, tiene la voluntad de sobrevivir y prosperar y en nuestras entrañas constantemente está desarrollándose esta lucha entre nuestras bacterias buenas y nuestras bacterias malas. Tenemos miles de especies y él las comparó con el ámbito de una selva tropical donde hay todo tipo inimaginable de células y según con qué las alimentemos, será lo que creemos químicamente, lo que entonces produce nuestros sentimientos. De ese modo, los fagocitos tomarán partes de lo que se introduce en el intestino y las distribuirá a los nódulos linfáticos, a las células del corazón, las llevará a través de la corriente sanguínea a los diferentes órganos. Lo que me fascinó es que se entabla una conversación. Los fagocitos distribuyen lo que se introdujo, la nueva bacteria que entró e ingresa entonces al cuerpo a través del sistema inmunológico. Y el sistema inmunológico habla consigo mismo, de modo que todas sus células se encuentran y mantienen una conversación y deciden si van a combatir a esa nueva introducción o si la van a aceptar. Y así es como realmente trabajamos en nuestro cuerpo. No se trata solo de la comida.
Lo que pensamos, lo creamos, ¿verdad? ¿Cuántas veces escucharon al grupo hablar -y de hecho lo hicieron recientemente- acerca de que nuestros ojos son proyectores y lo que esperamos ver es lo que aparece frente a nosotros? Pero vayamos atrás un paso o dos. Cuando están esperando verlo, ¿qué está ocurriendo? ¿Qué está pasando aquí entre los dos cerebros? ¿Cómo se introduce ese pensamiento en el cuerpo? Todos los días, a cada momento, ustedes tienen pensamientos que se convierten en cosas. Y cómo se convierten en cosas es cómo se introducen en ustedes a través del diálogo consigo mismos. De modo que no es tan “de seguidores de la nueva era” decir que la felicidad, el intentar encontrar un estado de felicidad, o un estado neutro o algo que esperar, crea literalmente el bienestar en su cuerpo. Literalmente. Lo introduce como un pensamiento. Todo lo que comen, cada conversación que mantienen mientras comen.
Piensen que hace siglos, cuando los indígenas solían cazar, hacían ceremonias, les agradecían a los animales lo que iban a consumir, nunca se desperdiciaba nada, se apreciaba todo, y su sistema de creencias era que el Gran Espíritu o Dios estaban proveyéndoles y a cambio ellos tenían que dar las gracias. A medida que ingerían al animal, este se volvía parte de ellos, se descomponía hasta un microbio, una bacteria introducida en el cuerpo, fagocitos entregándola a las distintas partes de su cuerpo y todos los órganos encontrándose y teniendo una conversación y decidiendo: ¿Lo aceptamos o lo consideramos un invasor? Entonces ese animal, como ofrenda, se convertía en parte de ellos. Y como resultado, también creían en la reencarnación, porque entonces ese animal ascendía en la escala de la reencarnación y un día podría regresar como humano. Evolucionamos. Esa es una conversación espiritual que nos muestra cómo creamos nuestra realidad durante todo el día.
De modo que si en 2018 elegimos tomar las noticias, y la ira, y el descontento, y nos enredamos en este constante tira y afloja todo el tiempo, ¿qué estamos creando?, ¿qué estamos poniendo en el colectivo?, ¿qué están haciendo esos fagocitos y cómo está siendo introducido esto? Y más importante aún, ¿cómo está respondiendo nuestro sistema inmunológico a eso? Lo va a combatir, ¿no es así? No le va a gustar todo lo que le está llegando. Entonces lo perciben como “Esto va a ser malo, y esto va a ser malo, y esto va a ser malo”. Entonces, ¿qué sucede? Súbitamente, nuestro sistema inmunológico está en una lucha constante. De modo que nuestras enfermedades inmunológicas están aumentando ¿no? Está comenzando a tener sentido atar cabos aquí. Pero no porque estemos viendo todo lo que viene hacia nosotros, porque a esa altura podemos elegir. Podemos decir: “¿Qué puedo hacer con esta información? ¿Cómo puedo darla vuelta y trabajar con esto para hacer algo bueno con ella, para encontrarle algo bueno? Tal vez no me guste nada de lo que estoy oyendo, pero mi elección -en lugar de introducir eso en mi cuerpo y que luego mi cuerpo tenga que defenderse de este proceso de pensamiento- será hacer algo lindo por otro, encontrar algo por lo que tenga que estar agradecido.” Eso realmente nos lleva a una experiencia práctica y a un proceso ¿cierto? para que puedan observar su día y mirarse a sí mismos. No se pueden pasar todo el día sintiendo resistencia a todo lo que está pasando en el mundo y luego recurrir a la espiritualidad por cinco minutos y esperar crear bienestar en su cuerpo, o salud, o cualquier derivado que deseen: seguridad económica, o felicidad en su relación, etc. Siempre se trata de nosotros y de cómo se introduce todo y es reducido a un microbioma que entonces es repartido e introducido en diferentes partes de nuestro cuerpo. Y esa conciencia decide junta si lo va a aceptar o lo va a combatir. Los pensamientos se vuelven cosas, gente, seriamente; ellos se convierten en su cuerpo, en su bienestar, en sus oportunidades, en su firma energética en el mundo.
Robertson habló mucho acerca de sonreír, de esa expresión de alegría, de lo que hacen los fagocitos, cómo se alimentan los microbiomas de eso y lo replican, de modo que ustedes están creando más bacterias buenas. Habló de Iliá Méchnikov, el zoólogo ruso, que en 1908 ganó el premio Nobel por ese descubrimiento. Fue una conferencia muy interesante, porque este zoólogo, al descubrir inadvertidamente estas células defensivas de nuestro sistema inmunológico, estaba viviendo en Francia en una época donde el problema principal era el brote de cólera que estaba matando a miles de personas. Y él creía tanto en la forma en que trabajaba este proceso, con el segundo cerebro, este cerebro intestinal, que bebió un caldo de cólera y no se enfermó. Lo probó con otro colega y él tampoco se enfermó. Lo intentó con un tercer colega que se enfermó gravemente y casi se muere. En aquel entonces, la expectativa de vida era de 40 años y Méchnikov llegó a vivir hasta los 70 porque estuvo trabajando conscientemente con su microbioma, no solo en la comida sino en los pensamientos y las acciones. Así que a medida que avanzan hacia el 2019, tengan en cuenta qué introducen en sus entrañas y sigan a esos instintos viscerales, sigan a esas oportunidades que se les presentan y dicen: “¿Terminaste con el 2018? ¿Qué aprendiste? ¿Dónde creciste? ¿Qué tuviste que atravesar?” y “¿Cómo puedes usar eso avanzando para traer mejores experiencias al mundo para ti mismo y para los demás?”
Pueden elegir ver todo lo que les llega desde un enfoque negativo o pueden elegir darlo vuelta, considerar lo que están ingiriendo, qué le están introduciendo a su sistema inmunológico, cómo están trabajando con su sistema inmunológico, cómo están actuando y creando ese mundo ante ustedes por lo que introducen a través de sus pensamientos, de su nutrición, de su descanso y mediante la práctica de su espiritualidad. Es un compromiso, ¿no es así? Y no podemos pasar demasiado tiempo quejándonos de las cosas sin actualizarlas de verdad, sin literalmente introducirlas a nivel celular en nuestros cuerpos, los que entonces votarán si las hacen retroceder. Y su sistema inmunológico está trabajando para ustedes, pero ¿se dan cuenta de que tiene que luchar contra ustedes? Ustedes mismos se convierten en el invasor de su propio sistema si ven todo a través de ese enfoque. Es interesante, ¿no es cierto? Entonces, a medida que avanzan, considérenlo, tomen en cuenta cómo funciona esto, observen su práctica diaria, observen su vida, observen al mundo. Lo más importante es que vinieron aquí con un propósito y ahora, cada vez que escucho a Elrah decir “Sonrían”, tengo que preguntarme si no está solo tratando de levantarnos. Creo que está teniendo una conversación con nosotros que tiene múltiples niveles. ¿Y qué hará su cuerpo mientras lo introducen? Lo aceptará ¿no es así? Los fagocitos lo distribuirán a diferentes partes de nuestro cuerpo y entonces nuestro sistema inmunológico votará y luego lo ingerirá para entonces alimentar el microbioma del intestino que luego nos dará esa reacción química, esa serotonina, esos neurotransmisores que nos hacen sentir felices, que nos hacen expandir, que nos hacen abrirnos, que nos hacen sentir parte de una comunidad. Suceden muchas cosas en esa sola palabra que él dice, suceden muchas cosas en nuestro cuerpo en estas conversaciones de energía que tenemos, y realmente quería finalizar este año trayéndoles una nueva conversación a ustedes, a nosotros, para que entonces, a medida que pasan sus fiestas, que pasan tiempo con sus familias, que viajan, que reflexionan sobre su año, ustedes sean el factor más importante respecto a cómo viven su vida ustedes consigo mismos en esa conversación que están teniendo. Y les deseo una conversación realmente poderosa, realmente relevante, para que puedan introducir eso que los alimenta, eso que los cuida, eso que los ilumina, eso que hace que sigan adelante entusiasmados, sabiendo que nadie influencia su trayectoria a menos que lo ingieran regularmente y su sistema tenga que pelear por ello y luchar en contra y resistir, introducir más de aquello con lo que puede expandirse. No es tan difícil como creen y nadie se los puede quitar jamás. Así que ténganlo en cuenta mientras avanzamos, a medida que el camino se vuelve más intenso. Sabemos que estamos en esa trayectoria, pero ustedes lo deciden todo el día.
Nos veremos el mes que viene. Si celebran el día de Acción de Gracias, feliz día de Acción de Gracias para ustedes y un muy, pero muy feliz cumpleaños para Bárbara, ya que falta poco para que cumpla años (el 24). Los veré pronto. Adiós por ahora.
(**) Microbioma: El término microbioma se refiere al número total de microorganismos y su material genético
(**) Food for thought: How your belly controls your brain | Ruairi Robertson | TEDxFulbrightSantaMonica
https://www.youtube.com/watch?v=awtmTJW9ic8
https://www.espavo.org/
www.megadamson.net/
Desgrabación y traducción: Traductoras voluntarias de Espavo.
Noviembre de 2018
Meg Adamson-Gour
VirtualLight Broadcast de diciembre 2018
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