La sanación es sólo el comienzo.
Varios/Otros
El libro que usted está leyendo es prueba de lo que pasa cuando se pone a trabajar el Acto de Permitir. Quiero compartir con ustedes la serie de sincronicidades que tuvieron lugar para que este libro existiera.
Inmediatamente después de mi ECM y mi curación, yo estaba eufórica y quería gritar a los cuatro vientos, lo que yo sabía. Quería que todos supieran lo que me había pasado y que sintieran lo que yo estaba sintiendo. Sin embargo, al mismo tiempo, sentía miedo de compartirlo abiertamente y de tomar cualquier acción en el sentido de publicar mi historia o captar atención. Simplemente no me sentía preparada para manejar toda esa atención y el escrutinio que sentía iba a atraer.
Como el yin siempre parecía combinar con el yang en el ciclo de la vida, observé que aunque de alguna manera estaba preocupada sobre cómo sería recibida mi experiencia, algo todavía medecía que necesitaba compartirla con una audiencia mucho mayor. Sentía tanto el deseo de hablar sobre esto como la necesidad de retirarme. Sabía que cuando el tiempo fuera correcto y cuando yo me sintiera lista en mi interior, el camino para obtener una mayor atención y exposición, se desenvolvería con la facilidad que presentí durante mi ECM.
Mientras tanto, simplemente seguí el entendimiento que obtuve con mi experiencia tal como lo describí en el capítulo anterior. Permanecía leal a mí misma y continuaba con el negocio de vivir la vida en la forma que me hacía más feliz –siguiendo mi éxtasis. Estaba segura que aquellos que estaban listos o necesitaban oír lo que yo tenía que decir, me encontrarían. Estuve abierta en todo momento a todas las posibilidades respecto a qué tan lejos sería capaz de llegar mi mensaje, de manera espontánea. Básicamente, siempre he permanecido en el estado de permitir, cuando se trata de este asunto, pero nada me preparó para lo que estaba por suceder...
En marzo de 2011, yo me encontraba en los Emiratos Arabes Unidos, visitando a Sunita, mi amiga de infancia, quien acababa de abrir un centro de entrenamiento holístico allá. Ella me había invitado a compartir mi historia con una audiencia en Dubai y yo estaba muy animada pues todo había salido extremadamente bien. Había estado insegura acerca de cómo sería recibida y quedé gratamente sorprendida con el resultado. De hecho, la visita parecía impulsar un cambio interno que me abrió la sensación de estar lista, finalmente, para compartir mi historia con un mundo más grande.
Por primera vez desde mi ECM, sentí una transformación en el salón donde estaba dando mi charla –pero el cambio fue realmente en mi interior, aunque éste afectó a todos los presentes. Yo estaba extasiada por la sanación que se estaba llevando a cabo ante mis ojos. Las personas estaban recibiendo lo que necesitaban de mi experiencia y todos sintieron que algo estaba sucediendo de una forma muy poderosa.
Reconocí, nuevamente, que otros necesitaban saber lo que yo había experimentado. Me di cuenta que había empezado a perder contacto y no le había permitido fluir al verdadero YO. Una vez más, había estado escondiendo mi verdadero ser por miedo y ansiedad. Así que fue allá en Dubai donde me sentí en contacto con mi Ser Expandido y Magnificente, nuevamente. Estaba lista a emprender cualquier rumbo que la vida me llevara. En ese salón, dejé caer toda mis inhibiciones respecto a compartir mi experiencia con el mundo, a pesar de que no tenía idea de cómo iba a ser recibida.
Estaba dispuesta a seguir lo desconocido y a confiar en la ambigüedad.
Hasta ese momento, había pensado que la ECM era especial sólo para mí y aunque yo había traído un mensaje para compartir con otros, la sanación especialmente parecía beneficiarme a mí. Esto era parte de la razón para sentir miedo de compartir mi historia -no estaba completamente consciente de cómo otros se iban a beneficiar de mi experiencia. Sin embargo, en ese salón, ese día, algo cambió. Al mirar la reacción de los otros y la transformación que se estaba llevando a cabo, de pronto entendí que tanto el que yo me enfermara de cáncer como mi sanación, eran realmente para el planeta. Si todos nosotros somos Uno, lo que me pase a mí, nos pasa a todos. Y lo que pase para mí, también pasa para todo el universo. Entendí que la razón por la cual me enfermé y luego escogí regresar, era para servir como un instrumento de sanación que tuviera lugar en otros –no simplemente sanación física, sino, aún más importante, sanación emocional, ya que nuestros sentimientos son realmente los que manejan nuestra realidad física.
Previamente, había pensado que mi sanación del cáncer era la culminación de mi viaje -parecía ser la cima de todo lo que me había pasado en mi vida y el final de mi historia. Pero entendí en Dubai que mi recuperación era sólo el comienzo. Era la apertura de un nuevo capítulo, de un mayor desenvolvimiento y todo lo que yo tenía que hacer era dar un paso adentro de la ambigüedad.
De nuevo, supe que no tendría que hacer nada; esto simplemente se desenvolvería, siempre y cuando, yo permitiera que esto pasara y en ese momento pensé: ¡Déjalo que suceda! Lo que sea que tengas para mi, ¡estoy abierta para recibirlo! ¡Ahora entiendo!
Llevaba en Dubai una semana cuando desperté el 16 de marzo y verifiqué mi correo esperando encontrar mensajes de cumpleaños de mis amigos y miembros de mi familia. Para mi sorpresa, había un mensaje de un asistente editorial de Hay House, que decía: “Wayne Dyer es un gran seguidor suyo después de haber leído su ECM. Si está interesada en escribir un libro sobre su experiencia, Hay House estaría muy interesada en trabajar con usted en su desarrollo y publicación”.
Mientras leía esas palabras, no podía contener las lágrimas que bajaban por mis mejillas. ¡Qué increíble sorpresa de cumpleaños! ¡Qué confirmación para mis sentimientos del día anterior!
Yo ya había empezado a escribir un libro y aún más, había pensado cómo haría para publicarlo; el proyecto parecía difícil y más allá de mis capacidades para lograrlo. Y hasta el día anterior, no había estado preparada del todo para extender mi alcance a un mundo mayor.
Sin embargo, durante los últimos meses, muchas personas me habían preguntado si yo estaba escribiendo un libro sobre mi experiencia. Cuando contesté que sí, me preguntaron si ya tenía una casa editorial y dije que no.
La mayoría entonces me dijo: “Aunque tu historia es sorprendente, es realmente difícil conseguir estos días, un editor que siquiera lea el manuscrito. Ahora hay tanto material de tipo espiritual, que probablemente no quieran mirarlo. Debes estar preparada para ser rechazada una y otra vez.”
También oí: “Necesitas un agente literario para que, simplemente, lleve el manuscrito al escritorio del editor. Ellos ni siquiera mirarán algo que no venga a través de un agente literario,” y “Lo mejor será que tú misma lo publiques. ¡Eso es mucho más fácil!”
A todos y cada uno de estos individuos, yo les respondí: “Realmente no planeo ir a tocar las puertas de los editores o rogarle a la gente que reciba mi libro. Mi historia se extenderá a su propia velocidad y si se supone que alcance las masas, el universo conspirará para que eso suceda.”
En este punto, había mencionado a varios amigos que de todas las opciones que existían, yo soñaba que un día Hay House lo publicara, porque pensaba que eran los mejores en este género y me encantaban todos sus escritores. Entré en su sitio en la red y encontré que ellos no aceptaban manuscritos que no les llegaran a través de un agente literario. Ni siquiera sabía cómo empezar a buscar un agente, así que simplemente lo solté y continué con mi vida.
Como lo expliqué antes, desde mi ECM, tenía la impresión que algo grande estaba pasando. Me sentía guiada y dirigida, aún en esos momentos cuando mi vida no parecía ser dirigida en ninguna dirección en particular. Aún confiaba en lo que había sentido durante mi experiencia y sabía que todo estaba bien, tal como debía ser. Recibir el correo de Hay House confirmaba que lo que había sentido todo este tiempo era perfectamente correcto.
Obviamente, respondí emocionada diciendo, “Si, si, si.” Hasta le dije al asistente editorial que era mi cumpleaños y que ¡éste era un regalo muy lindo!
Algunos días después cuando regresé a casa en Hong Kong, recibí un mensaje de mi vieja amiga Verónica Lee, contándome que ella había estado oyendo a Wayne Dyer en su programa de radio hablando de mí y mi ECM. Me contó que él había hablado sobre mí varias semanas seguidas, de modo que fui a la página web de Radio de Hay House, accedí a los archivos y empecé a escuchar.
Allí estaba Wayne, ¡hablando de mi experiencia semana tras semana! Por supuesto que estaba emocionada de oírlo hablar de mí a una audiencia tan amplia.
Poco después de esto, yo quería sorprender a Wayne y decidí llamar a su programa mientras él salía al aire en vivo, aceptando llamadas y contestando preguntas. Debido a la diferencia horaria, su programa sale al aire a las 4.00 a.m. hora de Hong Kong. Así que puse mi alarma para las 3.30 a.m., me levanté, me sintonicé en línea y empecé a marcar. Las dos primeras veces la línea estaba ocupada, pero para mi dicha, finalmente logré la comunicación y ¡ni siquiera eran las 4.00 a.m. todavía!
La persona que contestó el teléfono preguntó mi nombre y de dónde estaba llamando. Me dejaron en espera. Cuando el programa realmente comenzó, después de la introducción y lo demás, la productora de Wayne, Diane Ray, dijo: “Mira, hay una llamada de Hong Kong, ¿por qué no tomamos esa?” Mi corazón dejó de latir cuando la oí decir eso. (Después supe que era extremadamente difícil lograr la comunicación en el programa de radio de Wayne.)
Aún antes de entrar en la línea, Wayne dijo, “¡Dios mío, creo saber quién es! ¿Es quién yo estoy pensando?”
“Hola, soy Anita”, le respondí.
“Dios mío, es Anita, quien tuvo la ECM! ¡Estoy tan emocionado de tenerte en mi programa!”, él exclamó. “Diane, ¿puedes detener todas las demás llamadas? ¡Voy a pasar el resto de programa con esta llamada!”, Luego, me pidió que compartiera mi historia al aire.
Después de que el programa terminó, Wayne me pidió que me quedara en línea. Hablamos un poco más y me dijo que estaría honrado de escribir el Prólogo de mi libro, si yo se lo permitía.
Yo pensaba, ¿permitirle? – ¿estás bromeando? ¡Yo estaría emocionada!
Wayne continuó diciéndome que él había impreso la historia completa sobre mi ECM que estaba en la red, la cual es de aproximadamente 21 páginas. Él había hecho cerca de 40 copias y las había repartido a todos los que conocía. La había compartido con su madre, quien había obtenido de ella, mucho alivio. También me dijo que me había citado varias veces en su último libro, “Wishes Fulfilled” (Deseos Cumplidos).
Lo único que yo podía pensar era: ¿Realmente está pasando esto? ¿Wayne Dyer me citó en su último libro?
Luego, intercambiamos nuestras direcciones y teléfonos y Wayne me dijo que era bienvenida para llamarlo a cualquier hora.
¡Estaba llena de gozo! Pasé los siguientes días caminando en las nubes, sin poder comer o dormir, con la sensación constante de tener mariposas en el estómago. Sentía que estaba en el borde de algo realmente grande y supe que sería una prueba retadora para mi habilidad de agarrarme fuerte y no hacer nada más que ser yo misma, disfrutar el paseo y... permitirlo.
Durante las siguientes semanas, tuve muchas oportunidades de hablar con Wayne por teléfono para discutir el libro y su dirección; me leía el hermoso prólogo que había escrito, lo cual hizo que llorara de nuevo. Soy un poco débil para estas cosas –especialmente cuando tengo la visión de mi ECM desenvolviéndose ante mí.
Durante una de nuestras conversaciones, Wayne me contó que cuando leyó mi experiencia por primera vez, él no le pidió a Hay House que me ubicara. Les dijo que ellos tenían que encontrarme, y que si yo estaba escribiendo un libro, ¡ellos tenían que publicarlo!
Como se pueden imaginar, yo estaba que explotaba con esta revelación y le pregunté cómo se había enterado de mi experiencia. Me dijo que había oído de mí a través de una mujer llamada Mira Kelley, quien vive en New York, y luego nos presentó vía correo electrónico. Mira y yo empezamos a escribirnos y hablar por teléfono; ella me contó todos los pequeños e increíbles eventos que tuvieron que darse en el momento preciso, para que Wayne tuviera acceso a mi ECM.
Él no navega en línea, ni le gusta pasar una gran cantidad de tiempo en la computadora leyendo artículos largos, así que él no había tropezado con mi historia por accidente.
* Aquí los dejo con Mira para que les narre la cadena de eventos, en sus propias palabras:
El 11 de enero de 2011, hablé con un amigo quien me dijo que Wayne Dyer estaba llevando un grupo a Europa en una excursión llamada “Experimentando lo Milagroso.” Mi intuición se ancló en la palabra milagroso. Yo sabía que Wayne tenía leucemia y al oír esta palabra de alguna forma me llevó a entender que él estaba listo para un milagro.
Inicialmente me convencí de no contactar a Wayne, pero la sensación que tenía de hablar con él persistía y se volvió cada vez más intensa. Me dije a mi misma que si yo estaba destinada a ser una herramienta en las manos de Dios, tenía que permitir el desarrollo de cualquier milagro que necesitaba llevarse a cabo. Varios días más tarde, le escribí una carta a Wayne.
Cuando él me llamó un mes después, yo había olvidado el incidente. Hablamos brevemente y estábamos por colgar, cuando interrumpí la despedida de Wayne. Para mi propia sorpresa, dije que había algo que le quería enviar, algo que él necesitaba leer. Sin ninguna vacilación, me dio un número de fax.
Ese “algo” era la historia ECM de Anita, que había llegado a la bandeja de entrada de mi correo apenas el día anterior, a través de una lista de personas que intercambian correos electrónicos sobre temas espirituales. La persona que envió el mensaje destacó la sección de la historia que hablaba de todos los tiempos sucediéndose simultáneamente, lo cual captó mi atención debido a mi trabajo en regresiones; al leer el recuento de Anita, me hizo experimentar la sensación mágica de estar encerrada en la verdadera vibración de mi espíritu.
En el mismo momento en que Wayne y yo colgamos el teléfono, la pregunta ¿Por qué?
volvió a salir a flote. Por qué me siento tan obligada a compartir la historia de Anita con Wayne? La única explicación que pude encontrar en ese momento fue que describía tan perfectamente lo que yo creía y lo que yo podía ofrecer. A través de enviarle a Wayne la historia de Anita, yo le estaba diciendo: “Yo sé que puedes sanarte instantáneamente. Esa posibilidad existe y si escoges conocerte a ti mismo como salud perfecta, yo te puedo ayudar a crear esa realidad.” Me hubiera tomado mucho más tiempo durante la conversación para explicarle lo que Anita tan sencilla y elocuentemente había puesto en palabras.
Ahora veo una segunda razón. Entiendo que soy parte del proceso que busca llevar las palabras inspiradoras de Anita al planeta entero. El tiempo estaba absolutamente sincronizado. Si ese correo hubiera llegando antes, no hubiera estado en la primera fila de mis pensamientos y yo no lo hubiera compartido con Wayne. Si hubiera llegado más tarde, no hubiera recibido este enorme reconocimiento. La sincronicidad de este evento tan mágico nos recuerda que cada cosa pasa a la vez, en el mismo momento sin tiempo, simplemente como Anita lo había descubierto durante su ECM.
Wayne y yo acordamos hacer una regresión y volé a Maui para encontrarme con él. El 15 de abril, cuando fui a la casa de Wayne, él estaba en el teléfono. Cuando colgó me dijo que estaba hablando con Hay House y que ellos publicarían el libro de Anita. Su entusiasmo me confirmó que él estaba listo para su propio evento milagroso. Su sesión fue profundamente poderosa y yo comparto su creencia de que está sanado de la leucemia.
Miré nuevamente el mensaje que me trajo la historia de Anita y encontré que venía de alguien que yo no conocía –Ozgian Zulchefil, un ingeniero que vive en Constanta, Rumania.
Cuando le compartí estas sincronicidades inspiradoras y sobrecogedoras de las que él fue parte, me respondió que estaba feliz porque yo me tomara el trabajo de decírselo, aunque no recuerda dónde encontró la cuenta de la ECM de Anita. Él dice que esto nos sirve como confirmación de que constantemente nos afectamos unos a otros con lo que hacemos y decimos, aún cuando no estemos conscientes de ello. Por lo tanto, él concluyó: “Es importante tener una actitud buena y positiva en cada momento de nuestras vidas aunque no le veas la razón para hacerlo, en primer lugar.” No pude dejar de sonreír.
Sólo hace unos días, recibí un correo sugiriendo que viera una entrevista inspiradora con una mujer llamada Anita Moorjani, quien se había curado milagrosamente de un cáncer, seguido por una ECM. Sentí una oleada de emoción mientras recordaba que Wayne y yo coincidimos en que nuestra reunión había permitido que las poderosas palabras de Amor de Anita, tocaran y elevaran a millones de personas. Recibir ese correo fue la confirmación de que el círculo se había completado. Simultáneamente, las palabras de Anita habían ayudado en la creación de la sanación de Wayne. Al permitir que el Espíritu se moviera a través mío, me volví una herramienta en las manos de Dios de una manera que no hubiera imaginado jamás.
La historia de Mira simplemente refuerza lo que todos y cada uno de nosotros somos –facetas únicas e indispensables del universo infinito. Cada uno de nosotros es una parte integral del grandioso tapiz desenvolviéndose, que continuamente está trabajando en la sanación del planeta.
Nuestra única obligación es siempre ser fieles a nosotros mismos y... permitir.
Al mirar atrás la trayectoria de mi vida, es claro como el cristal que cada paso dado en mi camino -antes y después mi ECM, tanto esos eventos que vi como positivos y aquellos que percibí como negativos- han sido finalmente, para mi beneficio y me han guiado adónde estoy hoy. Lo que también es muy claro, es que el universo sólo me da lo que estoy lista para recibir y sólo cuando estoy lista. Únicamente cuando eliminé mi angustia y ansiedad acerca de que la publicidad demorara el proceso, recibí la confirmación del universo inmediatamente a través del correo de Hay House. Soy Yo quien permite o no, qué tanto de lo que quiero, llegue a mi vida.
El libro que usted está leyendo es, desde mi perspectiva, simplemente la última prueba de esto. Si no hubiera sido por el ambiente en el cual crecí y la forma en la que me vi a mí misma y reaccioné a medida que experimentaba todo lo que transpiraba en mi vida, muy probablemente no hubiera tenido cáncer. Sin el cáncer no hubiera habido una ECM, y eso significaría no tener una visión especial para compartir con el mundo. Si alguno de esos pasos se hubiera eliminado, el resultado podría haber sido muy diferente. Aunque pienso firmemente que no es necesario llegar al estado extremo de una ECM para poder sanar o para tener un gran propósito en la vida, puedo ver que mi camino personal me ha guiado hasta este punto. Todo pasa cuando estamos listos para que suceda.
Ahora he aprendido verdaderamente, que cuando estoy centrada –cuando me doy cuenta de que mi lugar es en el corazón del universo y siento mi magnificencia y mi conexión con todo lo que Es- el tiempo y el espacio se vuelven irrelevantes. Si alguna vez han estado en un sueño profundo y envueltos en un sueño intrincado que culmina en el timbre de una puerta o del teléfono y de repente se despiertan para darse que en realidad están timbrando en la puerta o el teléfono está sonando, entonces han experimentado el no tiempo. Aunque la puerta o el teléfono hayan timbrado apenas unos segundos antes de despertarse, parece como si todo el drama de su sueño girara alrededor de ese momento final.
Así es como la vida se vuelve cuando uno realmente se da cuenta que es Uno con Todo. El tiempo y espacio pierden toda importancia. Por ejemplo, recibí el correo de Hay House en el momento exacto para mí; sin embargo un drama completo se desarrollaba en el lado de Wayne Dyer que culminó cuando recibí el mensaje.
Me gustaría decir también, que después de mi ECM, las cosas se volvieron más fáciles. Ya no le tengo miedo a la muerte, al cáncer, a los accidentes o a cualquiera de las miríadas de cosas que me preocupaban antes. ¡Lo único que quería era expandirme dentro de un mundo más grande! He aprendido a confiar en la sabiduría de mi ser infinito. Sé que yo soy –junto con todos los demás- poderosa, magnificente, amada incondicionalmente y una fuerza de amor.
Esta energía fluye a través de mí, me rodea y no es diferente de mí. Es de hecho, Quién y Lo Qué Soy realmente; creer en ella es simplemente creer en mí misma. Permitirle que ella me guíe, me protege y me brinda todo lo necesario para mi felicidad y bienestar total y esto sólo sucede al ser yo misma. Lo único que necesito es ser el amor magnificente que soy y permitir acontecimientos y circunstancias en mi vida, ya que estoy segura que ellos siempre están a favor de mis intereses, a largo plazo.
Me desapego de resultados preconcebidos y confío en que todo está bien. El Ser yo misma permite que la unidad de mi magnificencia única me guíe en la dirección que es más benéfica para mí y para todos los demás. Ésta es realmente la única cosa que tengo que hacer. Y dentro de ese esquema, todo lo que es realmente mío, viene a mi vida sin esfuerzo, en las formas más mágicas e inesperadas que se puedan imaginar, demostrando cada día el poder y el amor de quién realmente soy.
CAPÍTULO 14 - LA SANACIÓN ES SÓLO EL COMIENZO
Extracto del Libro: “MUERO POR SER YO” de ANITA MOORJANI (Mar/2012)
Traducción libre y gratuita al español de mi esposa y revisión mía (Sep/2012)
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