Vuestro punto principal de discusión, la barrera emocional.
Seth
SESIÓN DE UNA CLASE DE PERCEPCIÓN EXTRASENSORIAL MARTES, 9 DE FEBRERO DE I97I
(Esta sesión es una continuación del interesante material que Seth nos dio sobre su propia percepción mientras se está dirigiendo a un grupo de gente; esos datos aparecen en la sesión 575 del capítulo ocho.)
Bien, tengo algo que decir a esta de aquí (Sue W.), y a este otro (Jim H.), y en cierto sentido también a todos vosotros. No hay necesidad alguna de que justifiquéis vuestra existencia. No necesitáis, por ejemplo, escribir o predicar para justificaros a vosotros mismos. El ser es su propia justificación. Sólo cuando os dais cuenta de esto podéis empezar a utilizar vuestra libertad. De lo contrario estáis haciendo demasiados esfuerzos.
Esto es aplicable también a nuestro amigo Ruburt. Si te empeñas demasiado en justificar tu existencia, comenzarás a cerrarte a otras áreas de tu vida. Sólo tendrán sentido esas áreas que significan una justificación segura para ti, y las otras comenzarán a desaparecer. No tienes que justificarte en ningún sentido.
Bien, si quisierais abriros a vuestra propia realidad durante diez minutos al día, no había preguntas de autojustificación, porque os daríais cuenta de la naturaleza milagrosa de vuestra identidad propia. Ya he dicho esto otras veces en clase: ahora mismo estáis tan muertos, y tan vivos, como lo estaréis siempre. Podéis estar tan muertos en vida como pensáis que está un cadáver; incluso más muertos, por contraste.
Cuando vengo aquí a hablar enfoco mi energía, pero no hacia esta habitación como destino, ya que en vuestros términos esta habitación no existe para mí. En vuestros términos, esta habitación ni siquiera existe para "vosotros".
Vosotros "fingís" estar de acuerdo en que sí existe; nosotros no nos encontramos en ningún "lugar" en el espacio o en el tiempo. El verdadero encuentro que tiene lugar aquí no tiene nada que ver con esta habitación o con las personas que creéis ser. Vosotros sabéis que la habitación es una alucinación, que estáis tan en trance como cuando estáis en el tiempo psicológico. Sólo quiero que comprendáis que, si esta vida es un trance, entonces podréis girar la dirección de vuestra conciencia para percibir las realidades mayores que existen en el presente. Podréis ser conscientes de vuestra propia identidad mayor, igual que yo lo soy. Vosotros os sentáis en medio del milagro que sois y pedís señales. Lo que yo os abriría es vuestros ojos internos.
Como ya sabéis, vosotros sólo aceptáis aquellas sugerencias, ideas y obsesiones que os convienen en este tiempo. Por tanto, no estáis a merced de ninguna neurosis de una vida pasada, ni tampoco hay ningún miedo de vuestra vida presente que no podáis superar. No he dicho que tengáis que superarlos, sino que dentro de vosotros está la capacidad de hacerlo.
La decisión es vuestra de acuerdo con vuestra comprensión. No vais a ser acosados de un nivel de la realidad a otro por un miedo que no comprendéis. En esta vida no os amenaza ningún miedo de vuestra temprana infancia, o de las llamadas vidas pasadas, a no ser que creáis tan firmemente en la naturaleza del miedo que permitáis que os domine. Cada una de vuestras personalidades es libre de tomar aquellas experiencias y emociones que quiera de los milagrosos depósitos de realidad, y de rechazar aquellas que no quiera.
Permitidme daros un ejemplo más concreto que cada uno de vosotros pueda usar a su manera. Supongamos un mal entorno en esta vida: eres pobre, perteneces a una raza minoritaria, no eres intelectual, eres mujer, tienes un defecto físico grave y no eres bella. Bien, tú has preparado estos retos para ti en una de las llamadas vidas pasadas. Esto no quiere decir que no puedas usar todo tu valor y resolución para resolver estos problemas. Los has preparado con la esperanza de que "podras" resolverlos. No los preparaste como piedras de molino alrededor del cuello, para ahogarte antes de tiempo.
Lo único que tenéis que hacer es daros cuenta de vuestra propia libertad. Vosotros dais forma a la realidad que conocéis, y no de manera esotérica, simbólica o filosófica. No hay una especie de alma mayor que le dé forma para vosotros; tampoco podéis poner ahí la responsabilidad. En el pasado, de manera individual y colectiva os habéis lamentado ante dios o ante el destino de la naturaleza de vuestra realidad personal, de aquellos aspectos que verdaderamente no os gustan.
A la personalidad se le da el don más grande de todos; vosotros conseguís exactamente aquello que queréis. Vosotros creáis a partir de la nada la experiencia que es vuestra. Si no os gusta vuestra experiencia, mirad en vuestro interior y cambiadla. Pero comprended también que sois responsables de vuestras alegrías y de vuestros triunfos, y que la energía para crear cualquiera de estas realidades proviene del ser interno. Lo que hagáis con ella depende de cada personalidad individual.
(Durante el descanso los miembros de la clase discutieron sobre el destino y la predestinación.)
Alguna noche me gustaría que aquella señora de allí me hablara de la predestinación.
(Bernice M.: —A mí me gustaría que tú me hablaras sobre ella.)
No estáis «programados». Nada sucede porque "tiene" que suceder. Cada uno de los pensamientos que tenéis ahora cambia la realidad. No sólo la realidad como vosotros la conocéis, sino todas "tiene" las realidades.
Ningún acto vuestro predispone a un ser futuro a actuar de una manera concreta. Existen depósitos de actividad que podéis utilizar o no, según escojáis.
(Bernice M.: —¿ Tomamos decisiones instantáneas? Por ejemplo, hoy yo estaba pensando en el terremoto de Los Ángeles. Un hombre sale a la calle y cae un ladrillo y lo mata. ¿ Qué es lo que hace que esta única persona en todo el edificio salga a la calle?)
Este individuo en particular era bastante consciente de lo que le podía ocurrir, en lo que podríamos llamar una base inconsciente. No estaba predestinado a morir. Escogió tanto la hora -en vuestros términos- como el método, por sus propias razones.
(Bernice M.: -Escoja quien escoja, él estaba destinado a morir.)
No estaba predestinado. Él lo escogió. Nadie escogió por él.
(Bernice M.: -Pero él ya había tomado la decisión antes.)
¿Antes de qué?
(Bernice M.: -Antes de que lo matara el ladrillo.)
Él sabía que estaba preparado para ir a otras esferas de actividad. Inconscientemente buscó a su alrededor los medios y escogió los que estaban más directamente disponibles. Este individuo en particular había hecho su plan tres días antes. No había ninguna predestinación implicada. Porque caiga una rama de un árbol no quiere decir que estaba destinada a caer de esa manera en particular, o en ese momento. Hay una gran diferencia entre escoger libremente y la predestinación.
(Jim H.: -¿No has dicho tú antes, cuando te referías a la mujer que había nacido en una raza minoritaria, que en ese caso los retos habían sido marcados por una personalidad anterior, hablando en nuestros términos*)
Por la totalidad del ser.
(Jim H.: -¿La decisión se tomó cuando esa personalidad anterior había vuelto a la totalidad del ser para un período de reevaluación?)
Debéis daros cuenta, repito, de que estamos hablando de divisiones debido a las conveniencias, porque las divisiones no existen. Al mismo «tiempo», por así decirlo, que esta personalidad nace en una raza minoritaria, puede nacer rica, segura y aristócrata en una era completamente distinta. Ella está buscando distintos métodos de experiencia y expansión. ¿Me comprendes?
(Jim H.: -Sí, entiendo. Pensé que querías decir que los retos habían sido marcados por la totalidad del ser.)
Desde luego. Recuerda, estamos hablando de toda vuestra identidad. Lo que sucede es que vosotros en la actualidad sólo sois conscientes de una parte de ella; y a esa parte insistís en llamarla vosotros. Vosotros sois los seres que toman esas decisiones.
(Bert C: -¿ Qué recursos tendría esa pobre mujer que nació con todas estas desventajas aparentemente insalvables si hubiera dicho a nivel del ego: «No quiero nada de esto; hubiera preferido nacer como aristócrata.» ?)
El ser interno, no obstante, se da cuenta de cuáles son los potenciales que están presentes y que no serían necesarios en otras circunstancias: capacidades que no sólo ayudan a la personalidad actual sino a otras personas, e incluso a la totalidad de la sociedad.
Vuestro punto principal de discusión lo ocasionan las barreras emocionales causadas por la diferencia en los términos. Es como si decidierais trabajar un día en los barrios bajos; sería ridículo que lo hubierais decidido y luego os dijerais a vosotros mismos: «¿Por qué estoy trabajando aquí, en los barrios bajos? Yo prefiero trabajar en la Quinta Avenida.» Vosotros conocéis los motivos, y vuestra identidad total los conoce. Sencillamente los escondéis del ser actual para aseguraros de que la realidad presente no es una realidad irreal.
Un hombre rico que decidiera ser pobre durante un día para aprender lo que es la pobreza, aprende poco, porque no puede olvidar la riqueza que está disponible para él. Aunque coma la misma ración escasa que un pobre, y viva en la misma casa durante un día -o durante un año, o durante cinco años-, sabe que tiene su mansión donde puede volver. Así que vosotros escondéis estos hechos de vosotros mismos para poder relacionaros; olvidáis vuestro hogar para poder volver a él enriquecidos.
Más que de equilibrios, la conciencia está hecha de exquisitos desequilibrios, y el foco de conciencia es hasta cierto punto el resultado de este estado de excitabilidad. En este estado nunca se conocen todos los elementos porque constantemente se están creando otros nuevos. No me refiero a elementos físicos, sino a las características psicológicas de la conciencia, porque incluso éstas se combinan y cambian constantemente.
Vosotros no sois ahora quienes erais hace diez minutos. No sois los mismos seres desde el punto de vista físico, psicológico, espiritual o psíquico, y diez minutos más tarde volveréis a ser diferentes de nuevo. Negar esto sería como intentar forzar la conciencia hacia una forma rígida de la que nunca podría liberarse, como aplicarle reglas para conformar un perfecto paisaje psicológico.
(En este momento la voz de Seth comenzó realmente a retumbar.)
* "Bien, de nuevo me gustaría que os dieseis cuenta de que la energía está disponible. Si Ruburt puede utilizarla, cada uno de vosotros puede usarla a su manera propia. Quiero que quitéis esas barreras que habéis erigido en vuestro interior. Utilizo esta voz como símbolo de la energía y la fuerza que están disponibles para cada uno de vosotros cuando utilizáis esas habilidades que son parte de vuestra herencia."
Deberíais oír vuestro propio eco de mi voz como símbolo de vuestra propia energía y gozo. Olvidaos de los seres atemorizados que sois a veces y en su lugar recordad la esencia mágica de vuestro propio ser, que está cantando por todos vuestros poros incluso en este momento. Ésa es la realidad que estáis buscando. Experimentadla completamente. ¿Necesitáis que alguien viejo y muerto como yo os diga lo que es la vida? A mí me daría vergüenza.
Bien, os deseo que paséis una buena noche y os envío mis más cariñosos saludos y todas las bendiciones que poseo. Que viajéis en paz con alegría y seguridad dentro de vuestros cuerpos y fuera de ellos.
Extracto de Habla Seth II
La eterna validez del alma a través de Jane Roberts
5924 lecturas