El éter, la causa de todo tipo de fenómenos.

V.B. Anglada


Por tanto, dentro de un vasto Plan general de conocimientos útiles al investigador parapsicológico, habrá de admitirse desde un buen principio que los fenómenos psíquicos o paranormales, así como todos y cada uno de los fenómenos de la vida en la Naturaleza, “se realizan en el Éter”. Ocultamente hablando, el Éter es la MATRIZ de toda posible manifestación universal, sea cual sea el Plano o nivel en donde tenga lugar.

Un estudio cada vez más profundo y consecuente del Éter llevará a grandes y sorprendentes conclusiones, lo mismo en el orden esotérico que en el parapsicológico y científico, teniendo únicamente presente que el Éter es una sustancia universal que surge de la actividad del Tercer Logos, Aspecto Creador del Espíritu Santo, y que sus infinitas modificaciones bajo expresiones, normales u objetivas constituyen la base del estudio oculto de los Ángeles, de los Devas, de las Fuerzas Ocultas de la Naturaleza, cuya misión es estructurar toda la infinita gama de formas que constituyen la Vida absoluta de la Divinidad en el Universo.

Dijimos también en otra parte de este estudio que el ECTOPLASMA, al que constantemente se hace referencia en las investigaciones parapsicológicas, es ENERGÍA SUBSTANCIADA, o Éter en proceso de materialización o solidificación de acuerdo con un Plan general de estructuración de formas, y que los “Agentes Universales” que están en la base de este proceso de estructuración constituyen una vastísima organización oculta que se extiende desde los pequeños elementales que viven en contacto con el Reino mineral y son sus obreros insignificantes aunque totalmente imprescindibles, hasta los poderosos Arcángeles o Mahadevas que rigen la estructuración de un Plano del Universo. Así, el proceso de estructuración de las formas se realiza en todos los niveles de vida y de conciencia y la Naturaleza entera se beneficia de sus indescriptibles cuidados.

Desde este punto de vista podemos imaginar que habrá “agentes dévicos” en todos los estratos de la vida organizada del planeta y del Universo, con la única y exclusiva misión kármica -si podemos decirlo así- de construir el adecuado tipo de formas que precise cada una de las unidades de conciencia en evolución dentro del infinito e indescriptible marco de la Creación. Por ello, si el estudio parapsicológico ha de ser realmente fecundo, práctico e inspirador deberá partir racional e inevitablemente del reconocimiento de los “agentes dévicos” y de los “elementales constructores”, cuya misión es construir formas, ya sea en los niveles objetivos o en los subjetivos, dotarlas de vitalidad, preservarlas de la acción del tiempo en tanto sean necesarias para el cumplimiento de determinada misión o evolución y, finalmente, destruirlas diluyéndolas en el Éter y haciéndolas retornar al “Estanque de las Unidades Expectantes”, a donde se reintegran todos los átomos físicos, astrales y mentales en el momento de la Muerte.

El reconocimiento de “un agente o de un grupo de agentes ocultos” tras cada uno de los fenómenos objetivos o subjetivos puede constituir, tal como hemos dicho anteriormente, el punto de partida de la perfecta investigación parapsicológica, prosiguiéndose después el estudio de acuerdo con el principio clave de la analogía que ha de deparar visión justa, amplio sentido analítico y la inevitable introducción en los niveles causales.


Vicente Beltran Anglada

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