Desajustados.

Varios/Otros


Son muchos en todas partes.

Mujeres devotas traen en los brazos hijos desamparados que les fueron entregados por determinados amigos que la dejaron sola, desapercibidos de las dificultades de que se reconocen rodeadas, a fin de criarlos con seguridad.

Criaturas sensibles y leales abrazaron obras de elevada significación para los intereses comunitarios, después de entregarse a los compañeros que supusieran fieles a los compromisos que asumieran, se encuentran repentinamente abandonados por ellos, cuando más necesitaban de apoyo.

Jóvenes solos que costean con sacrificio largos tratamientos de sus desorientadas y enfermas progenitoras sin la presencia de los padres que los abandonaron en los laberintos del mundo.

Viudas, jóvenes y valerosas, que lloraran sobre los maridos que la muerte les hurtó a la convivencia, obligadas a trabajo difícil para la manutención de pequeños necesitados.

Esa aceptó actividades remuneradas, en sectores que la revisten con todas las apariencias de una persona en desequilibrio; y aquel otro buscó el amparo de alguien que le evite la falta en los deberes que desenvuelve en beneficio de muchos, exponiéndose al juicio erróneo de cuantos aún no pasaron por el fuego del sufrimiento.

Recuérdate: en la retaguardia de cuantos se observan lesionados en sus propias fuerzas existen siempre los autores de las tribulaciones que cargan.

Si no puedes ofrecerle auxilio y sustentación, no le censures la existencia, marcada de aflicciones que nunca experimentaste en el hogar sin lágrimas.

Semejantes criaturas guardan consigo el mérito de no haber huido de sus propias obligaciones, cuando todo la inducía al desespero y al desaliento.

Ante los desajustados de la Tierra, respétales el camino y calla cuando no le consigas comprender las luchas mezcladas de llantos que desconoces.

En verdad, hoy lloran y sufren, pero surgirá un día en que serán bendecidos y erguidos por la defensa de Dios.


No siempre conseguirás besar la mano que te hiere, pero en cualquier tiempo, dispones de la posibilidad de ofrecerles la bendición de la tolerancia.


Meimei - Francisco Cándido Javier. Palabras del corazón.

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