La Concreción de las Formas.

V.B. Anglada


El tercer aspecto del proceso de construcción de las Formas por parte de los Devas podría ser descrito técnicamente como de CONCRECIÓN. En el devenir del mismo han de ser construidos los elementos internos dentro de los organismos físicos mediante los cuales la entidad central dentro de no importa qué tipo de forma puede establecer contacto con su propio vehículo de manifestación. Esta parte del trabajo de construcción viene encomendada a una especie particular de Agnis, o Devas del fuego, los cuales tienen el poder de extraer del centro mágico de la materia sustanciada en proceso de estructuración constante los más seleccionados y sutiles átomos de materia etérica para constituir con ellos las delicadas fibras de los tejidos nerviosos de los cuerpos o de las formas más evolucionadas, así como aquellos que constituyen la radiante estructura magnética, o doble etérico, de la cual todo tipo de forma viene revestida, sea cual sea su grado de evolución.

A este proceso contribuye necesariamente el propio aliento vital del alma o conciencia, la cual, desde las zonas más profundas, está tratando de proyectarse hacia el exterior en un intento supremo de aproximación a los demás seres y a las demás cosas existentes. En el Reino mineral, aparentemente dormido y sin conciencia, hay también un centro de actividad relacionado con los espíritus o elementales del fuego que no puede ser percibido ni surgir raudamente al exterior debido a las misteriosas leyes impuestas por la Divinidad al Señor Deva que guía los destinos de aquel Reino. El Reino mineral, deberemos repetirlo de nuevo, constituye en su totalidad "la osamenta del planeta", es decir, la base sólida sobre la cual se erigirá la noble estructura de los demás Reinos de la Naturaleza. Pero podemos asegurar que pese a su inaudito grado de solidez, o de acumulación de elementos químicos, no está absolutamente desprovista de Sensibilidad.

Examinada una tosca piedra, de la clase que sea, utilizando la clarividencia mental, aparece -tal como lo hemos dicho ya en otras ocasiones- como una estructura viviente surcada por una profusión de líneas ígneas de energías, las cuales están conectadas con el centro místico o vital de la piedra donde, esotéricamente hablando, se halla la conciencia de la piedra y desde donde actúa la misteriosa fuerza que científicamente llamamos "gravedad" y de la cual es responsable en su integridad el poderoso Deva Regente del Reino mineral, quien, según se nos ha enseñado ocultamente, es un precioso Agente del Gran Arcángel YAMA, Señor del Plano Físico en su totalidad.

El centro místico de una piedra o de cualquier otro mineral es un asiento secreto del Fuego de Kundalini, pero éste no ha logrado todavía constituir un aspecto reconocible o perceptible en la vida de la Naturaleza, por carecer del suficiente número de pétalos en la vida causal de este Reino y del necesario sistema de comunicación del fuego interior latente en la piedra o en los minerales, para que un violento choque o fricción externa pueda hacer aflorar a la superficie, tal como ocurre con la piedra pedernal y con ciertos metales. Este fuego, técnicamente descrito como "de Fricción", es la base de la radiactividad que puede apreciarse ya en muchos elementos minerales en la vida de la Naturaleza cuando las unidades de vida y de conciencia que los integran se hallan en una muy elevada fase de su evolución en la vida del Reina mineral. Esta es una forma de afirmar que las piedras, el elemento natural aparentemente más tosco, poseen sensibilidad aunque apropiada a su propia condición y naturaleza evolutiva.

La Sensibilidad del Reino vegetal es notoria y las líneas de Fuerza que partiendo del Centro místico de las plantas convergen en la superficie del suelo son expresiones del mismo fuego de Kundalini, aunque convenientemente manipulado y dirigido -por cierto tipo de devas del agua y del aire. Estos devas lo convierten en aquella sustancia, base de la vida en el Reino vegetal que llamamos "SAVIA". Podríamos decir, en forma muy esotérica, que la SAVIA es el Fuego de Kundalini, tal como es capaz de expresarlo el gran Arcángel VARUNA, el Señor de las Aguas y Regente del Plano astral en su totalidad, a través del poderoso Deva cuya misión es atender las necesidades del Reino vegetal. En este Reino, y utilizando la clarividencia mental, es posible apreciar el desarrollo de dos pétalos o de dos vías de distribución del Fuego de Kundalini, los cuales en su mutua interdependencia producen la infinita gama de delicadas formas en este suntuoso y bendito Reino.

Es de notar al respecto la relación de analogía que existe entre el Reino vegetal, el segundo de la manifestación planetaria, los dos pétalos del Fuego de Kundalini desarrollados y el segundo Rayo de Amor y de Sabiduría, expresión esencial de la Vida de la Divinidad. Las líneas de fuerza que rigen la vida de las formas de las plantas es la obra de los Ángeles que ordenan el proceso de Construcción en este Reino y su misión es establecer una definida relación e intercomunicación entre estas líneas de fuerza con determinados centros de su estructura geométrica, así como con el sol, el aire y el agua, siendo vivificadas desde sus raíces por los "espíritus de la tierra", una especie de gnomos expertos en el arte de extraer de las profundidades del suelo los elementos semietéricos que constituyen el alimento de todas las formas de vida del Reino vegetal, desde la minúscula hierba que cubre de verdor de los prados y los bosques hasta el más ingente y poderoso árbol.

En el Reino animal, y visto el proceso desde el ángulo de Concreción de las Formas, se combinan todas las fuerzas de la Naturaleza y las energías dévicas que constituyen la vida de los Reinos precedentes. Podríamos decir que tres principales tipos de Devas constructores intervienen en el proceso: los que cualifican la potencia de las piedras y de los demás minerales y construyen la estructura ósea de todos los animales vertebrados, los que crean la sensibilidad de las plantas e intervienen asimismo en la construcción del apropiado sistema respiratorio y sanguíneo de los organismos físicos que lo precisen y aquellos, más evolucionados, que crean los delicados tejidos que constituyen el sistema nervioso de los animales y la contraparte nádica por donde oportunamente circulará la energía ígnea de Kundalini. En el Reino animal el Fuego de Kundalini ha desarrollado ya tres pétalos en la Vida de la Entidad Dévica que rige su expresión evolutiva.

Esto significa, desde el ángulo de la analogía, que hay una muy directa relación entre el tercer Reino, los tres pétalos desarrollados, y el tercer Rayo, el de la Actividad creadora de la Divinidad. La sensibilidad en el Reino animal ha sido agudizada al extremo de producir lo que podríamos llamar "una crisis de movimiento", mediante la cual las infinitas especies pueden desplazarse por la tierra, el mar y el aire, constituyendo diferentes centros de vida dentro de la Unidad central, la Vida Dévica animadora de dicho Reino, la Cual coordina y centraliza en Sí la actividad de los Devas directores de los dos Reinos precedentes y está directamente conectada con el trabajo del Gran Arcángel AGNI, el Señor de todos los Fuegos de la Naturaleza.


VICENTE BELTRAN ANGLADA

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